Cómo se toman en Reino Unido que 4 de los 8 candidatos a primer ministro sean personas de color
"No creo que sea progresista tener un primer ministro de color si se limita a alimentar políticas racistas".
Rishi Sunak, Kemi Badenoch, Nadhim Zahawi, Suella Braverman. Cuatro miembros del Partido Conservador. Todos ellos luchando por convertirse en el próximo primer ministro (o primera ministra). Cuatro personas de color entre los 8 candidatos que han conseguido los 20 apoyos para pasar el corte.
Este altísimo porcentaje de candidatos de minorías étnicas está siendo muy celebrado por algunas personas. Sobre todo teniendo en cuenta que el 6,9% de la población de Reino Unido es de ascendencia asiática y otro 3% son personas negras.
Bajo un gobierno tory que ha sido acusado en múltiples ocasiones de racismo, islamofobia, xenofobia y de crear un entorno hostil para los inmigrantes, los más críticos no olvidan que este logro está empañado.
Kemi Badenoch, por ejemplo, nunca ha estado lejos de la polémica en su papel de ministra de Igualdad. En The Times, escribió que a Reino Unido “se le critica falsamente como opresor de las minorías”. Y el año pasado, durante el Mes de la Historia Negra, rechazó los llamamientos para que se enseñe más la historia de los negros y el privilegio blanco en las escuelas.
Mientras tanto, Rishi Sunak, en el vídeo de su campaña de liderazgo, cuenta cómo sus padres indios se instalaron en Reino Unido y abrieron una farmacia. Hasta aquí, todo suena muy humilde. Pero se le olvida mencionar algunos detalles sobre la riqueza que le despejó el camino. El excanciller, que es es el hombre más rico de la Cámara de los Comunes, fue criticado después de que saliera a la luz un vídeo de 2001 en el que admitía que no tenía amigos entre la clase obrera.
Estos diputados también han apoyado al ahora infame primer ministro Boris Johnson, que en una ocasión dijo que los negros tenían sonrisas de sandía, utilizó la palabra piccaninnies (un término racista para describir a los niños negros) y comparó a las mujeres musulmanas con buzones, tras lo cual se produjo un aumento del 357% de la islamofobia.
Finn*, un joven de 18 años de Hertfordshire, piensa que los candidatos de color defienden un sistema que perpetúa el racismo, en lugar de trabajar para desmantelarlo.
El estudiante, de ascendencia india occidental, sentencia: “No puedo respetar a ningún diputado tory de color, cuando el partido que representan y apoyan ha perjudicado directamente a los británicos de color durante años, como el escándalo Windrush o sus actitudes hacia los inmigrantes de color”.
“Como joven queer negro, nada de lo que hacen me beneficia”.
Finn señala que cuando se gradúe tendrá más deudas que las generaciones anteriores. También dice que “las actitudes hacia la comunidad LGTBIQ están empeorando bajo su mandato, el cambio climático no se está abordando y ni siquiera creen en el racismo institucional. No tienen nada que ofrecerme”.
El año pasado, un esperado informe del Gobierno sobre el racismo a raíz del resurgimiento de Black Lives Matter determinó que no había pruebas de racismo institucional en Reino Unido. Al mismo tiempo, afirmó que el racismo no era la razón de la mayoría de las disparidades entre las minorías étnicas y sus homólogos blancos en Reino Unido.
“Hay muchas pruebas de lo contrario”, asegura Finn. “Todo esto seguiría igual con cualquiera de los posibles primeros ministros de color. No creo que sea progresista tener un primer ministro de color si se limita a alimentar políticas racistas. Ese ‘progreso’ es superficial”.
Finn comprende la importancia de la representación en la política, pero dice que debe ir más allá de la etnia o el género. “Podría haber cualquier número de diputados de minorías, pero si todos tienen las mismas opiniones retrógradas, al resto de su comunidad no le sirve de nada”, afirma.
“Sinceramente, preferiría tener un primer ministro blanco comprometido con el progreso y la igualdad, antes que a uno negro que apoye el sistema actual”.
Tasnim*, una contable bangladesí de 40 años de Bristol, está de acuerdo con Finn. “Creo que la representación es importante en la política, pero solo si representan algo más que el mismo color de piel que yo”, comenta. “Me gustaría ver a más diputados de la verdadera clase obrera en puestos de influencia”.
Tasnim cree que hay muchas posibilidades de que el próximo primer ministro sea una persona de color. “Si una persona de color llega a ser primer ministro, pero lleva a cabo políticas que perjudican a las personas de color, esa representación nos hará retroceder aún más”, advierte.
“Las políticas de la señora Thatcher hicieron retroceder a las mujeres en el ámbito laboral, en lugar de aplicar políticas que las beneficiaran. Los actuales candidatos de color está haciendo lo mismo”.
A James Truscott, comentarista deportivo y periodista mitad jamaicano, le preocupa que el Partido Conservador “utilice a los diputados de color para perpetuar su supremacía blanca”.
“Desde su perspectiva, cualquiera que esté de acuerdo con sus ideas raciales preconcebidas tiene razón y todos los demás están equivocados”, explica este joven de 23 años de Salford.
“Es un sesgo de confirmación y los conservadores lo utilizan como baza para blanquear sus polémicas sobre cuestiones raciales o las acusaciones que reciben de racismo, solo porque una persona negra o asiática está de acuerdo con ellos”.
Trustcott quiere que la carrera por el liderazgo se aleje de la política identitaria: “Lo que alguien hace es más importante que quién es”.
“Si no defiendes a tu propia raza igual que deberías defender tu circunscripción, ¿qué sentido tiene?”, se pregunta.
Algunas personas de color sí creen que la diversidad de los posibles líderes conservadores es un paso en la dirección correcta. Un lector, que desea permanecer en el anonimato, escribe: “No creo que nadie pueda decir honestamente que no es un suceso progresista. Que acabe siendo beneficioso y representativo es otro tema”.
“El único primer ministro ‘no blanco’ que hemos tenido en nuestra historia fue Benjamin Disraeli, cuyo último mandato terminó en 1880, y sufrió mucho antisemitismo”.
“Dentro de unos meses, el candidato tory elegido sustituirá a Boris Johnson y podríamos tener el primer primer ministro de color. ¿Pero está Reino Unido preparado para ello? ¿Qué implicaciones tendrá para la gente de color que vive en Reino Unido? El tiempo lo dirá”.
*Se han omitido los apellidos por motivos de anonimato.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Reino Unido y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.