La muerte de Felipe de Edimburgo el pasado viernes ha resonado en todas las casas reales europeas. También en la española. Los reyes Felipe y Letizia mandaron sus condolencias poco después de darse a conocer la noticia con un cariñoso “querido tío Philip” y dirigiéndose a Isabel II como “querida tía Lilibet”.
Esta familiaridad se debe a los lazos que unen a la casa real española con la británica que además son dobles: por parte de doña Sofía y del rey Juan Carlos. Por un lado, Jorge I de Grecia era abuelo de Felipe de Edimburgo y bisabuelo de Sofía. Por el otro, la madre del consorte de Isabel II, Alicia de Battenberg, era prima hermana de Victoria Eugenia, esposa de Alfonso XIII y abuela de Juan Carlos I.
Aunque no ha hecho ninguna declaración pública, la reina Sofía ha querido homenajear al duque de Edimburgo con un guiño en su último acto público. Durante su reunión con la Federación Española del Parkinson, doña Sofía lució dos broches de amapolas —uno color rojo y otro plateado— con los que los británicos homenajean a sus héroes de guerra.
Felipe de Edimburgo pertenecía a la Royal Navy y, durante la II Guerra Mundial, se convirtió en todo un héroe de Guerra. En 1945, cuando capitaneaba el buque Whelp se cruzó con otra embarcación británica que estaba siendo bombardeada por la aviación japonesa. Al verlo, el duque ayudó a salvar la vida de dos de sus ocupantes. Este acto hizo que el entonces rey griego Jorge II le condecorase con la Cruz de Guerra Griega del Valor.
La conocida como amapola del recuerdo (remembrance poppy) es para los británicos un reconocimiento para aquellos que han combatido en un conflicto bélico en nombre de las fuerzas armadas británicas. Concretamente se usan desde 1921 y sirven para homenajear a aquellos que fallecieron en la Primera Guerra Mundial en lo que se conoce como Día del recuerdo, que se celebra el 11 de noviembre con motivo del armisticio, y donde hemos visto a diversos miembros de la Casa Real británica lucirla en sus solapas.
El origen de esta insignia está en el frente occidental de la Gran Guerra en 1915, situado en Flandes (Bélgica), donde según relataban los soldados no crecía nada, hasta que empezaron a florecer amapolas. El teniente coronel médico canadiensse John McCrae escribió entonces el poema In Flanders fields, en el que señalaba que lo único que crecía eran amapolas entre las cruces por los caídos en el campo de batalla.
Junto a Isabel II en su felicitación por su 99º cumpleaños en 2020.
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Felipe de Edimburgo como alumno de Gordonstoun en 1939.
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Marina Prats es periodista de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, música, cine, series, televisión y estilo de vida. También aborda temas sociales relacionados con el colectivo LGTBI y el feminismo. Antes de El HuffPost formó parte de UPHO Festival, un festival urbano de fotografía en el marco del proyecto europeo Urban Layers. Graduada en Periodismo en la Universidad de Málaga, en 2017 estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo y en 2018 fue Coordinadora de Proyecto en la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE. También ha colaborado en diversas webs musicales y culturales. Puedes contactarla en marina.prats@huffpost.es