Refugiados en el metro de Kiev, pero antes en el de Madrid, en el de Londres...
Andenes y estaciones siguen siendo el refugio de los que huyen de los bombardeos en tiempos de guerra.
La crueldad de la guerra en Ucrania nos ha mostrado dolorosos testimonios de bombardeos, muertes, huída y miedo. Entre las imágenes más impactantes: cientos de personas a resguardo en las estaciones de metro, protegiéndose de las bombas bajo tierra, entre mantas y colchones, entre bolsas de comida y juguetes. Fotos que nunca habríamos querido ver.
Pero no son escenas nuevas en nuestra historia. En las estaciones de metro de ciudades como Londres o París, miles de personaban se hacinaban para protegerse de los ataques del ejército nazi durante la Segunda Guerra Mundial. En Moscú, la estación de Mayakovskaya, famosa por su exhibición astística, también se convirtió en búnker para los moscovitas durante los bombardeos alemanes.
En nuestro país, en ciudades como Barcelona o Madrid, muchas de las estaciones de metro que estaban en funcionamiento durante la Guerra Civil se emplearon como refugio de miles de personas que huían de la violencia de la contienda.
Las fotografías que muestran a cientos de personas temerosas y apiñadas en el suelo contrastan con el ajetreo que viven las estaciones cada día, con las prisas, las risas y la música que acompañan los trayectos.
Así es en Ucrania. Pero también fue así en otros lugares... Aquí, las fotos que lo demuestran:
Empatizar con el miedo y la incertidumbre de esas personas que, con lo puesto y algo de comida, recurren a la vida bajo tierra, a las estaciones y túneles de metro para protegerse y salvar la vida de los suyos es lo que pretende la campaña que el Comité Español de ACNUR —Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados— ha puesto en marcha este 20 de junio por el Día Mundial del Refugiado.
Se trata de una experiencia inmersiva que tendrá lugar en la llamada Estación Fantasma de Chamberí, cerrada desde 1966. El lugar traslada al visitante a un escenario del pasado siglo que fue refugio de madrileños durante la Guerra Civil y desde el que no es difícil ponerse en el lugar de los ciudadanos ucranianos y de otros muchos lugares que huyen de las bombas, la violencia y la persecución.
Porque en muchos casos, esos andenes y esos vagones no son más que el primer destino al que escapar.A partir de ahí, dejar atrás toda una vida y emprender el camino a otro país es la única salida para muchos de los damnificados por la guerra. Sólo en Ucrania, en casi 120 días de conflicto, ya son más de siete millones de personas las que han cruzado la frontera.
Estamos ante la mayor crisis de refugiados en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, y en el mundo hay más de 100 millones de personas refugiadas y desplazadas forzosas que han tenido que huir, más del 1% de la población mundial. Es nuestra responsabilidad, la de todos, trabajar para que puedan rehacer sus vidas, buscar soluciones duraderas y devolverles la esperanza.