Un 'Clásico' entre barricadas y pinchazo independentista
La protesta de los independentistas durante el 'Clásico' no ha salido como esperaban.
El ‘Clásico’ que se ha celebrado este miércoles en Barcelona ha sido un partido fuera de lo normal. No por el juego, que ha concluido con un disputado 0-0, sino porque ha tenido lugar en un marco de protestas de los independentistas, que han descolgado las botas y han acudido a la acción que se llevaba avisando varias semanas. 5.000 personas —según la Guardia Urbana— han protagonizado la concentración convocada por la plataforma Tsunami Democràtic en los alrededores del estadio Camp Nou, donde a las 20:00 ha comenzado un partido marcado por los carteles de ‘Spain sit and talk’ y la gran pancarta con la palabra Freedom (libertad) que había en las gradas. Eso sí, la acción no ha salido como esperaban.
Además, se nota el desgaste: muchos se han quedado en casa chupando banquillo y los concentrados eran, según datos de los Mossos, la mitad de los que fueron en las protestas de octubre, cuando alcanzaban cifras como las 13.000 personas. Eso sí, han seguido contando con el apoyo del president de la Generalitat, Quim Torra, que ha exigido esta mañana “respetar el derecho a la protesta de los catalanes contra la injusta sentencia del 1-O”.
El Govern defendía las protestas
“Este Govern tiene el deber de defender las protestas. Esta tarde la gente se manifestará con libertad y el Barça ganará. El Barça ha sido siempre un espacio de libertad”, ha abundado el jefe del Ejecutivo catalán, después de que Ciudadanos le interpelara en la sesión de control sobre su postura ante las protestas.
Las concentraciones de Tsunami Democràtic han provocado el corte de algunas calles de los alrededores del estadio y, a medida que iba avanzando la tarde, la situación se tensaba. Los organizadores han señalado desde el principio en su canal de Telegram que para realizar la acción sorpresa preparada “es imprescindible que el partido se pueda disputar”.
Cargas y 21 heridos
A pesar de eso, al comienzo del partido han comenzado los disturbios. Primero, la policía ha tenido que cargar para dispersar una multitudinaria pelea entre los Boixos Nois y manifestantes que gritaban “fuera fascistas de nuestros barrios”.
Poco después, algunos radicales independentistas han tratado de entrar en el Camp Nou y hacer barricadas, siendo rápidamente dispersados por los agentes. A partir de ahí, se han repetido imágenes que ya vimos en octubre durante las protestas del procés: encapuchados prendiendo barricadas y cargas por parte de los antidisturbios. Ha habido, al menos, 21 heridos y cinco detenidos.
Tsunami reconoce su derrota, aunque no ve un ‘epic fail’
Estas cargas han propiciado una advertencia dentro del estadio, donde que se ha pedido a los asistentes por megafonía para que salgan por el lado donde no había disturbios. Dentro del campo se han intentado lanzar pelotas amarillas, pero ha sido un intento fallido, ya que no han llegado a verse apenas en pantalla y han sido retiradas de inmediato.
El fuerte dispositivo de seguridad ha contribuido a que no se realizasen estas acciones y ha sido la propia plataforma de Tsunami Democràtic la que ha reconocido al final del encuentro en un comunicado que la jornada no se ha dado como esperaban. Han señalado que “la actuación policial ha impedido la gran acción”. Aún así, han señalado que “la gente no ha fallado” y que no creen que sea un ‘epic fail’ (fallo épico).
3.000 efectivos policiales
Para evitar incidentes o incluso una hipotética suspensión del partido, la policía ha desplegado desde primera hora un dispositivo de más de 3.000 efectivos, ha reforzado los controles de acceso y ha acordonado la calle en el hotel donde se alojan las plantillas y el estadio.
Los dos gigantes del fútbol español han chocado casi dos meses después de la fecha inicialmente prevista, el 26 de octubre, cuando las protestas y altercados en Barcelona tras la condena a prisión ese mes de nueve dirigentes separatistas por un intento de secesión en 2017 llevaron a su aplazamiento “por circunstancias excepcionales” y seguridad.
Sin embargo, el retraso en su celebración no ha desanimado a la misteriosa plataforma independentista, que pretendía un evento con una audiencia estimada de 650 millones de espectadores en el mundo para dar publicidad a sus reivindicaciones, aunque no haya salido como esperaban.
Otras acciones de envergadura
Esta plataforma ya ha llevado a cabo otras acciones de envergadura como el bloqueo parcial del aeropuerto de Barcelona o el corte en noviembre durante dos días de la principal autopista entre España y Francia. Ahora quiere hacer una acción visible “en las gradas y el terreno de juego” con su eslogan ‘Spain, sit and talk (España, siéntate y dialoga)’, un lema que busca el diálogo entre el gobierno central y las autoridades regionales independentistas.
En las inmediaciones del estadio, entre cánticos a favor de la independencia y de aliento al FC Barcelona, numerosos voluntarios repartían carteles azules con el lema de la plataforma junto a las palabras “Libertad, derechos, autodeterminación”.
Históricamente afín al nacionalismo catalán, desde el club se había pedido hacer “compatible” la disputa del encuentro con las reivindicaciones políticas, que suelen tener eco en las gradas del Camp Nou.
Los dos equipos en un sólo hotel
Como medida excepcional, los dos equipos se han concentrado en un mismo hotel, en las cercanías del Camp Nou, desde donde se trasladarán juntos al estadio dos horas antes del partido.
Al final del partido, los jugadores de ambos equipos se han dado la mano amistosamente. Una escena que, desgraciadamente, no se produce aún fuera del fútbol y en el ámbito de la política entre Barcelona y Madrid. Y eso que ya estamos en tiempo de descuento para formar Gobierno.