Quique Peinado: "Hay que aferrarse al morado como se pueda"
"El comportamiento de Pedro Sánchez y de Albert Rivera en el segundo debate electoral me generaba casi hasta ansiedad", asegura el periodista.
Aunque afirma que “la izquierda es una cosa muy amplia”, Quique Peinado tiene muy claros sus colores y defiende que ahora, tal como está la historia, ” hay que aferrarse al morado como se pueda”.
Conocido por copresentar el programa Zapeando (laSexta) o Radio Gaga (Movistar+), por el que ganó el último Premio Ondas a Mejor programa de actualidad, Peinado ha mezclado en su carrera el periodismo con el deporte y el humor. Volcó todas estas facetas en un libro cuyo título no pasa desapercibido en términos políticos: Futbolistas de izquierdas: Entre fútbol y política, en el que rinde tributo a ”gente que cree en lo que piensa y actúa en consecuencia”.
Y, como los protagonistas de su libro, en este cuestionario mantiene su compromiso con la izquierda a la vez que ese espíritu de manifestar libremente sus ideas políticas.
¿Vas a ir a votar el 28 de abril?
Sí, sí, sí.
¿Sabes ya a qué partido?
Yo voy a votar a Unidas Podemos.
¿Has cambiado tu voto desde la última vez que fuiste a votar?
No, no.
¿Cuál crees que ha sido el mejor presidente de la democracia española?
Creo que la mejor persona que ha presidido España es José Luis Rodríguez Zapatero. Todos los presidentes tienen luces y sombras, pero en la era Zapatero los avances sociales fueron muy importantes.También hizo muchas cosas mal, pero gran parte de las sombras de su mandato partieron de una coyuntura internacional que no hubiera habido manera de parar. Cometió el error gravísimo de alimentar la burbuja, lo que nos llevó al desastre, pero también hizo muchos avances. De todos los presidentes, él era la mejor persona, eso seguro.
¿Te consideras un “español de bien”?
Sí, porque pago mogollón de impuestos. Que yo sepa nunca me he escaqueado. Lo que sí me ha pasado alguna vez es que se me pase el plazo y haya tenido que pagar una multa, y es más, creo que es correcto que la tenga que pagar. Ahora que tengo pasta, pago muchos impuestos y creo que los tengo que pagar. Me parece bien hacerlo. Creo que esa es la base como ciudadano. Yo tengo más en común con alguien de derechas que paga sus impuestos, lo hace gustoso, cree que se deben de pagar y que el Estado es importante, que con alguien de izquierdas que evade impuestos.
¿Y qué es ser un “español de bien”? ¿Y un “español de mal”?
Para mí, fundamentalmente es pagar impuestos y contribuir al Estado. Los últimos años estoy en una fase en la que soy de los que tenemos sueldos que están muy bien, y creo que tenemos que pagar muchos impuestos y contribuir para que la gente que tenga menos o esté en situación más vulnerable, pueda tener una vida mejor y que eso se canalice desde el sector público y el Estado, que es como debe de ser. Primero contribuir, y luego pelear para que tus impuestos vayan donde creas que tienen que ir, que eso ya es otra cosa distinta; pero desde luego, si no hay dinero, no hay debate.
¿Has puesto alguna vez la bandera de España en tu balcón? ¿Y la pondrías en algún otro sitio?
Creo que de pequeño, en el Mundial del 90, la puse para animar a la Selección. Soy muy muy fan de la selección española desde siempre, porque como me crié en la derrota, eso me hizo tenerle mucho cariño. Y creo que hice una bandera, no me acuerdo bien cómo, supongo que con cartulina, porque era muy pequeño, tenía 11 años.
¿Una ley que derogarías y otra que impulsarías?
Tampoco tengo conocimientos muy amplios de leyes, pero la Ley Mordaza me parece una aberración. Y cómo le ha afectado a gente de la Cultura que vive de expresarse... me parece una ley aterradora. Por otra parte promovería cualquier ley que controlara el mercado de la vivienda y que impulsara la vivienda pública. Me parece que el principal problema en las ciudades grandes es que la gente no pueda pagar una casa y eso es intolerable. Y para cosas básicas como la luz, el agua, la vivienda o demás, el Estado debería tener un papel muchísimo más grande.
¿Qué te gustaría ver y qué no en esta campaña electoral?
Me gustaría que la gente se entusiasme y vaya a votar. Que si la campaña haya servido para movilizar el voto. Ahora estamos en un momento en el que la desmovilización del voto, especialmente el de la izquierda, puede tener unas consecuencias muy graves. Creo que en Andalucía, una de las claves de lo que ocurrió fue la desmovilización de la gente. La abstención, con todo lo que nos jugamos, me parece casi una irresponsabilidad.
¿A quién te gustaría ver participando en la campaña?
A Julio Anguita. Veo una injusticia histórica que un político de su talla, lo máximo que sacara fuera 21 escaños, y que se le tratara en su día como un loco por parte de algunos medios, cuando, si analizas lo que él decía a finales de los 80 y principios de los 90, las cosas se han cumplido casi como profecías. Es un hombre de una talla intelectual, de una rectitud… y lanzaba los mensajes que tenía que lanzar, independientemente de si eran populares o no. Me gustaría que apareciera y siguiera en política porque creo que en general todo el mundo se portó bastante mal con él. Como decía Fidel Castro: la historia le ha absuelto.
¿Y a quién no te gustaría ver participando en la campaña?
Pues no me apasiona el tema de los fichajes en política. Es decir, sí que creo que la sociedad civil, personas de otros ámbitos externos a la política, se debe incorporar a la política, ya sea un entrenador de baloncesto o un torero. Da igual a qué partido se sumen: me parece que enriquece. Pero este rollo de los fichajes entre partidos me parece como una perversión del sentido mismo de la política y tengo la sensación de que es gente que, aunque sea repudiada por su partido, en vez de dar un paso y apartarse de la política, se va enganchado de un partido a otro porque parece que les da miedo ponerse a trabajar. Por ejemplo, me pareció bien que Soraya Sáez de Santamaría se apartase de la política cuando perdió la carrera por la presidencia del partido. O cuando Eduardo Madina dejó la política al perder la posibilidad de ser secretario del PSOE. Me parece que esa gente es la que hace lo correcto. Esto de “cuando pierdo mi sitio en mi partido, viene otro y me ficha”. Hay muchos que lo han hecho últimamente.
¿Hay presos políticos o políticos presos?
Es un tema que tiene muchas aristas, es muy complicado e implica factores jurídicos y judiciales que no sé analizar bien. Sí que creo que el hecho de que lleven dos años en la cárcel cuando están en preventiva, a lo mejor es excesivo. Y más cuando otras personas que han cometido delitos más graves no se pasan tanto tiempo en prisión. Ahora sí, no tengo el conocimiento para entrar a valorar si son decisiones políticas o judiciales. Pero sí te digo que por ejemplo, ver a Junqueras en la cárcel, con el que estoy ideológicamente lejos en un montón de cosas, me parece una burrada. Pero no sé si viene de que tenemos una mala ordenación jurídica y el código es más duro de lo que debería, o si es una decisión política y los jueces están influidos políticamente.
¿Cómo definirías los dos debates electorales de esta semana en pocas palabras?
A mí me ha parecido de vergüenza ajena, sobre todo el comportamiento de Pedro Sánchez y de Albert Rivera en el segundo debate, que me generaba casi hasta ansiedad. De Albert Rivera no puedo entender su deriva: se me escapa. Me parece que la postura de Pablo Iglesias fue inteligente, a veces un poco hasta sobreactuada, pero me parece que es lo que hay que intentar: los debates deberían tender más a lo que hizo Pablo Iglesias y, en muchas fases de los debates, Pablo Casado, que a lo otro, que insulta un poco a la inteligencia. Me pareció desagradable, bronco, macarra y no me parece que esa sea la manera. No me siento identificado con eso y por ahí nadie me va a llegar o a convencer de nada.
¿Qué te parece que Vox no estuviera en los debates?
Vox es una realidad que está en la calle, en las encuestas, en Andalucía y en mi opinión debería haber estado. Entre otras cosas porque todos los mensajes que lanza Vox son en medios afines, a través de mítines que ellos controlan, o a través de redes sociales en las que no suelen tener contestación, como WhatsApp.
Me parece que haber visto a Santiago Abascal enfrentándose a otros políticos le hubiera servido a las personas para calibrar quién es esta gente. Ellos mismos reconocían que les venía mal participar en el debate en unos mensajes internos que sin querer mandaron a un grupo de periodistas. Yo quiero que les vaya mal, pero creo que es de justicia que, por la representación que tienen y por los muchos apoyos con que cuentan, lo suyo es que hubieran estado ahí, con los otros cuatro candidatos debatiendo.