Quiénes fueron Francisco Largo Caballero e Indalecio Prieto
El Ayuntamiento de Madrid retirará a propuesta de Vox las calles y estatuas de los dirigentes socialistas de los 30.
Francisco Largo Caballero e Indalecio Prieto fueron dos históricos dirigentes del PSOE durante la década de los años 30. Ambos mantuvieron una enconada rivalidad porque representaron dos almas en el seno del partido. Prieto encarnó un socialismo de corte liberal y Largo Caballero un socialismo corporativista, de corte comunista. Ahora, el Ayuntamiento de Madrid ha acordado que retirará, a propuesta de Vox, las calles y estatuas que honren a ambos políticos.
Los socialistas han vivido agrupados en diferentes corrientes casi desde su fundación. Largo Caballero se hizo con el liderazgo de la formación en 1932. Sucedió a Julián Besteiro, quien llevó al partido por la senda del marxismo, próximo al sindicalismo. Besteiro a su vez sucedió al fundador, Pablo Iglesias.
Largo Caballero tuvo en la cabeza la idea de instaurar en España una Unión de Repúblicas Socialistas Ibéricas, al estilo de la URSS. Y abogó por la nacionalización de la tierra, la disolución de la Guardia Civil y de las órdenes religiosas. Durante su etapa como ministro de Trabajo, durante el bienio 1931-1933, puso en marcha una legislación laboral (jurados mixtos, aumentos salariales...) favorables a los intereses obreros que provocaron una apatía inversora por parte de la patronal. Manuel Azaña presidió ese Ejecutivo.
La entrada de la Confederación Española de Derechas Autónomas en el Gobierno de Alejandro Lerroux, en 1934, le hizo tomar la vía revolucionaria y lideró el levantamiento de octubre del 34, el intento de golpe de estado y la malograda Revolución que solo se consolidó en Asturias, donde la insurrección fue protagonizada por los mineros socialistas, anarquistas y comunistas, y que fue solventada por el general Francisco Franco.
La corriente liberal de Prieto
La otra corriente dentro del PSOE la encarnó Prieto, junto con Juan Negrín y Fernando de los Ríos. Prieto fue el emir del socialismo de corte obrero, republicano y defensor de la idea de España. Fue un posibilista, no un revolucionario. Y dio cuenta de ello su entrada en el Gobierno provisional nada más proclamarse la Segunda República. Fue taquígrafo real y renunció en dos ocasiones a la presidencia del Gobierno de la República.