Ignacio Garriga, la herramienta de Abascal contra Sánchez
Así es el diputado de la ultraderecha que defiende la moción en el Congreso y candidato en las elecciones catalanas.
Ignacio Garriga Vaz de Concicao, diputado catalán de Vox, es el último rostro que promociona la ultraderecha. Este odontólogo de 33 años reconvertido en político, próximo candidato en las elecciones catalanas, compartirá protagonismo con Santiago Abascal y defenderá este miércoles la moción de censura contra Pedro Sánchez en el Congreso.
Garriga, de madre ecuatoguineana y padre catalán de origen belga, arrancará la precampaña subido a la tribuna de la Carrera de San Jerónimo, donde apuntarán cámaras de todos los medios de comunicación. Todo indica que el dirigente ultra no va a desperdiciar la oportunidad que le ofrece su jefe de aprovechar uno de los mejores escaparates para un dirigente político. “Soy consciente de que habrá un antes y un después, me va a catapultar”, dijo a un medio conservador.
La historia de la familia de Garriga es una mezcla de orígenes más allá de España. Por eso, llama tanto la atención su vínculo con la extrema derecha que forjó en 2014, el año en que nació Vox. El diputado ultra, conocido como ‘el negro de Vox’ saca, no obstante, pecho por su españolidad.
Quienes le conocen cuentan que “es una persona que defiende firmemente sus convicciones con fuerza y vehemencia”. Ese es el motivo por el que no dudan de que el interés de Garriga en la política está lejos de lucrarse u obtener algún beneficio personal.
“Se podría valer por sí mismo profesionalmente. Tenía una clínica dental en San Cugat y antes trabajó en otras, aunque no sé si lo hizo con socios”, apunta una fuente que le conoce bien. Pero el propio diputado de Vox confiesa que volver a su vida anterior a la política sería difícil. “Será un problema porque la mayoría de dentistas somos autónomos y yo prestaba servicio en clínicas independentistas”, contó en una entrevista.
Llegó a la política muy joven, a la que estuvo siempre vinculado desde pequeño de alguna forma. Fue delegado de clase y miembro destacado de los consejos estudiantiles desde que entró al colegio hasta que llegó a la universidad, a la que sigue vinculado como profesor en la Facultad de Odontología de la Universidad Internacional de Cataluña.
“Es un poco orgulloso y creído. Él estaba en el lugar adecuado en la hora correcta. Vox necesitaba alguien de sus características. Y, políticamente, es un copia y pega de Javier Ortega-Smith. Es el político ideal para esta gente, porque nunca les va a llevar la contraria. Es dócil, aunque ha aprendido a pelearse en este tiempo. Pero un bolígrafo es más útil que él. A Garriga le da mucho miedo que le pregunten algo que no está en el guión porque no sabe cómo responder”, explica otra fuente que le ha tratado en varias ocasiones en el seno de Vox.
La madre de Garriga, Clotilde Vaz de Concicao, que falleció el mes pasado víctima del coronavirus a los 73 años, llegó muy joven a Barcelona desde Guinea ecuatorial junto a sus siete hermanos siguiendo el consejo de sus padres, Mercedes y Pablo, este último de origen portugués. Y, pronto, Clotilde, con DNI español por haber nacido en 1947, 21 años antes de la independencia del país africano, entró en política con destino a la agrupación del PP en San Cugat del Vallés (Barcelona), donde formó parte de la junta directiva y dio a luz a Garriga. Él terminaría presentándose a la alcaldía en 2015 con las siglas del partido ultra. La suya fue, junto con la de Barcelona, la única candidatura de Vox en Cataluña en aquellas municipales.
La ‘Cloti’, como se la conocía, fue un terremoto político en el pueblo y en la sede popular. “Una mujer impresionante, un bulldozer”, concede una fuente que la trató y que pide anonimato. La madre de Garriga estudió Periodismo en la Universidad de Navarra y, durante la época universitaria, jugó al baloncesto como pívot. En esos años tuvo un compañero que terminó despuntando en los medios: Pedro J. Ramírez, quien, además, fue su entrenador en el Colegio Mayor Goimendi.
La madre de Ignacio Garriga influyó de manera decisiva en su vida. Él mismo cuenta que le mostró la importancia de defender la familia y luchar por un futuro para sus hijos. Fue ella quien le animó a entrar en política. “Aquí sentados no haremos nada”, le decía. Garriga es padre de cuatro niños de entre 2 y 8 años y su mujer, Violeta, es uno de sus grandes apoyos. Pero, por su culpa, según ha sabido este diario, tuvo un encontronazo con antiguos compañeros en San Cugat, a quienes señaló por filtrar que su esposa retuiteaba mensajes de dirigentes independentistas.
El problema es que Garriga, de profundas convicciones cristianas, acabó desencantado con el partido al que su madre se entregó en cuerpo y alma —no se perdía un mitin de José María Aznar— y al que ella misma arrastró en 2005. El dirigente ultra sostiene que le “purgaron” de las Nuevas Generaciones de Barcelona. El hastío por la estrategia del partido en la tierra del procés hizo el resto. Garriga dice que intentó dar la batalla de las ideas, pero fracasó. Y dio el portazo a los populares en 2010.
El aborto fue una de sus grandes peleas dentro del PP. Aunque en San Cugat hay quien no le perdona su salida del partido para entregarse a los brazos de José Antonio Ortega Lara y Santiago Abascal, quien le fichó para trabajar en Madrid junto a él cuando ya había fundado la agrupación ultra en su pueblo. Allí, los populares intentaron pescarle de nuevo, pero les dijo que no. “Ya estaba entregado a Vox”, explica la fuente que trató a su madre.
Garriga, sonrisa perfecta en cada foto, terminó dedicándose a los dientes, aunque, según él mismo, de pequeño quería ser jubilado como su padre, Rafael Garriga. El progenitor del dirigente enviudó en los 70, pero el amor llamó de nuevo a su puerta y volvió a casarse con Clotilde, con quien tuvo dos hijos, el propio Garriga y su hermano Pablo, mayor que él y economista vinculado a la banca de inversión, primero en el grupo CaixaBank, y luego como impulsor de Collins Capital, un fondo de inversión en pymes.
La rama paterna de Ignacio Garriga proviene de una familia burguesa. Su abuelo, Rafael Garriga Roca, fue ingeniero industrial y es parte de la historia de Cataluña porque impulsó, junto a su hermano Antonio, el desarrollo de los productos de reproducción de fotografía en sus albores. La propia enciclopedia lo incluye entre las personas relevantes que vivieron a caballo entre el siglo XIX y el siglo XX. Ahora, el nieto quiere emular al abuelo y entrar en la historia de las mociones de censura en España.