Cómo es posible que un parque temático de la historia de España venda entradas como rosquillas
El Puy du Fou de Toledo, que cierra esta temporada el próximo 26 de octubre, agotó sus primeras localidades en solo 48 horas. Reabre en abril y ya tiene miles de entradas vendidas sin haber hecho todavía promoción.
Un parque temático de la historia de España. No parece, a priori, el mejor reclamo para vender entradas. Sobre todo porque los españoles no le dan demasiado importancia a la asignatura de Historia: es la cuarta en relevancia según el barómetro del CIS de diciembre de 2016. Si a esto le añadimos que lleva nombre francés y que ese nombre no tiene ningún sentido para un español, el éxito se presenta complicado.
Pero una cosa es lo que uno piensa y otra, la realidad. Los datos desmontan la teoría. El sueño de Toledo, nombre del primer espectáculo (y hasta ahora único) del Puy du Fou español, ha conseguido batir todos los récords de ventas. En menos de 48 horas agotó las 60.000 entradas de la primera temporada (del 30 de agosto al 26 de octubre) y tuvo que programar una nueva actuación para el 4 de octubre. Y no sólo eso. Dos días después de abrir la venta de localidades para la temporada primavera/verano 2020 y sin haber hecho promoción ya había vendido más de 3.000 entradas. Ese regreso será el 8 de abril, miércoles de Semana Santa, y se prolongará hasta el 24 de octubre.
“Me esperaba el éxito porque tenemos la referencia del parque francés, pero agotar en dos días fue una gran sorpresa y una gran alegría”, cuenta Erwan de la Villéon, consejero delegado del Puy Du Fou España, a El HuffPost Life. El asombro es comprensible si se tiene en cuenta la crisis que atraviesa el sector de los parques temáticos desde hace más de una década.
Claro que Puy du Fou no tiene nada que ver con esos gigantescos parques llenos de atracciones y tiendas de comida rápida. Por mucho que este espacio a 10 kilómetros de Toledo ocupe 55 hectáreas y que tenga una zona de restauración a la que llaman El Arrabal, el Puy du Fou es por ahora un único espectáculo nocturno de unos 80 minutos que recorre más de 1.500 años de historia a velocidad de vértigo. Sin apenas tiempo para respirar y siempre con Toledo como telón de fondo.
La que que fue capital visigoda y sede de los Reyes Católicos es el espacio donde transcurre el relato que arranca con el rey godo Recaredo I, fallecido en Toledo en el año 601, y que llega hasta nuestros días. Y sí, pasa por la siempre controvertida Guerra Civil. “Todos los asesores españoles nos decían ‘no hagáis esto’, pero no les hicimos caso. Fue en lo único”, añade De la Villéon, para el que, si el Puy du Fou va de historia, era impensable saltarse este episodio.
“Queremos hacer un relato de las grandes emociones, positivas y negativas, y la Guerra Civil no podía estar fuera”, continúa el francés, que reconoce que esta parte ha sido una de los temas más difíciles a la hora de preparar el ‘guion’ de El sueño de Toledo. “Nos nutrimos del asesoramiento de historiadores y especialistas y luego escribimos ese guion poniéndole nuestra propia miel”, añade sobre su elaboración.
Los años que suceden al levantamiento militar del 18 de julio de 1936 se resumen con una simple frase. “Mis hermanos, mis queridos hermanos están muertos, se han matado el uno contra el otro. Mi corazón está desgarrado”, clama entre lágrimas una de las actrices de El sueño de Toledo.
La puesta en escena corre a cargo de 185 intérpretes, entre actores, bailarines y jinetes, que dan vida a más de 2.000 personajes y que se mueven por un enorme escenario que a veces cuesta abarcar con la vista. No se le puede quitar el ojo porque también hay juegos de luces y sombras, 35 caballos y fuegos artificiales.
El hilo conductor son una joven lavandera y un viejo aguador (azacán), que cuenta a ésta la historia de la ciudad, y por ende de España, a orillas del río Tajo.
Son solo algunos capítulos, por lo que muchos personajes clave se han quedado en el tintero. “No somos profesores de historia, queremos transmitir una curiosidad y un orgullo por conocer nuestras raíces”, insiste De la Villèon, para el que el éxito del parque, tanto español como el francés, está en generar un ansia por descubrir la idiosincrasia de cada país y avivar el interés por su historia.
La receta para conseguirlo es, según cuenta, mezclar episodios y personajes muy conocidos con otros que no lo son tanto. Con los primeros (Cristóbal Colón, Isabel la Católica o Miguel de Cervantes) se identifica el público y “se afianza el sentido de pertenencia”; con los segundos (María Pacheco o José Bonaparte), “se consiguen despertar las ansias de conocer”.
Con este objetivo como punto de partida se entiende entonces que quienes han visitado el Puy du Fou en Toledo en estos dos meses —4.000 espectadores por noche— sean todos españoles. Según el recuento del parque, el 40% de los visitantes han venido de Madrid; otro 40%, de Castilla-La Mancha y el 20% restante, de otros lugares de España. “En Francia pasa lo mismo. Solo un 10% son extranjeros”, añade De la Villéon sobre el más que consolidado parque galo.
El Puy du Fou francés, cuya única sucursal internacional es la española, inauguró su primer espectáculo, La Cinéscenie, en 1977, y terminó todas sus obras más de diez años después. En 1989 abrió el Gran Parque, que cuenta con numerosos premios. El último lo recibió el pasado 18 de septiembre al ser reconocido como el Mejor espectáculo en vivo del año por los Park World Excellence Awards.
Treinta años después ya no hace obras pero sigue perfeccionando los espectáculos y creando otros nuevos. Al español le queda todavía para llegar hasta ahí. En 2021 se inaugurará el siguiente número, que volverá a tener Toledo como espacio protagonista, y se prevé que las obras estén concluidas para 2028. Así, quien vaya en la temporada primavera/verano 2020 se encontrará de nuevo con El sueño de Toledo.