¿Qué pasó tras las cámaras en el especial de 'La Resistencia'? David Broncano contra Gerard Piqué
El programa de Movistar+ se ha trasladado a la pista de tenis de La Caja Mágica por la celebración de la Copa Davis.
“Cómeme los huevos, Figo”. Preocupado como siempre por ser discreto, Gerard Piqué dejó ese mensaje hace unas semanas a Álex Pinacho, community manager de La Resistencia, en Twitter. El futbolista del F.C. Barcelona había estado divirtiéndose en El Hormiguero día antes que Santiago Abascal y La Resistencia no dejó pasar ese feo en su cuenta de Twitter. Resultado: una visita improvisada de Piqué al programa de David Broncano que acabó en un típico enfrentamiento con un ‘¿a que no hay huevos?’.
La apuesta era hacer un especial del programa de #0 (Movistar+) en La Caja Mágica con motivo de la Copa Davis. Con Broncano y Piqué de por medio, cualquier cosa podía pasar tras las cámaras. Y pasó.
Si el programa de Broncano no te parece políticamente correcto, no has visto nada. El preshow del cómico Jaime Caravaca es, sencillamente, bestial. Humor sin límites, sin censura, tosco. Humor libre. Tanto que si el show de Caravaca se emitiese, lo más suave que dirían sobre él es ‘racista’.
Hizo chistes de negros porque los había entre el público y se rió con ellos. Hizo chistes políticos de todos los colores y entre el público había votantes de todos los colores. Hizo chistes de murcianos y el cómico es de Murcia. ¿Hay mayor prueba de que el humor no debería tener fronteras ni vetos de los ofendidos? Cuidado, Broncano, que lo mejor del especial de La Resistencia fue el preshow...
Una vez que las cámaras empezaron a grabar, se hizo todo “dentro de los límites de la Constitución”.
El público de la Caja Mágica pudo ver mucho más en la trastienda del programa de La Resistencia emitido este miércoles y en la del que se emitirá este jueves. Un mosaico desastroso y desordenado en la grada que pretendía formar la cara de Jorge Ponce (un horror); un chico en la grada con una sudadera fluorescente que cegaba a los presentadores; otro chico al que hicieron bajar a la pista para demostrar que estaba en forma y... como no podía hacer publicidad, sus zapatillas de marca acabaron desperdigadas por las gradas (las lanzaron a los espectadores); y un tira y afloja entre Piqué y Broncano digno de ver en directo.
Señores de la audiencia: confirmamos que David Broncano lee en el teleprompter el monólogo con el que abre el programa, aunque no lo parezca y lo haga con toda la naturalidad. Todo lo demás, cuando tiene a un personaje enfrente, con o sin guion, viene por obra y gracia de la falta de vergüenza del jienense y de su forma de disfrutar de su trabajo. Broncano se hace gracia a sí mismo, se gusta y tiene una chispa contagiosa con la que no le hacen falta risas enlatadas. Podemos dar fe.
Llegó Piqué y todo fueron pitidos, de esos que a él le ponen tanto. Y empieza a agitarse la conversación entre los dos. La última vez que el futbolista visitó el programa, Broncano le lanzó una propuesta: “Yo busco algo caro en Amazon y tú nos lo regalas”. Y como estamos en La Resistencia, donde no sucede nada surrealista, el presente tenía que ser, por azar, una escultura de mármol de Confucio, de dos metros de altura y valorada en más de 37.000 euros. Una verdadera belleza. A Confucio no hay que estudiarlo, hay que contemplarlo, y para eso no hay mejor sitio que el plató de un programa de televisión.
Luego, sabiendo que se iban a enfrentar por equipos en un partido de tenis, hubo negociaciones: si perdía Broncano, le cedía su premio Ondas —como si en lugar de haberlo ganado se lo hubieran regalado—, si perdía Piqué, le daba su miniréplica de la Copa del Mundo y le compraba la escultura. Decir quién cedió qué sería revelar quién ganó el partido y eso forma parte del segundo programa (el del jueves). Sí podemos adelantar algunos detalles que seguramente no se vean en pantalla gracias a la magia de la edición. O sí, que esto es La Resistencia.
Gerard Piqué cambiándose de ropa frente a un aforo de 7.000 personas (aunque sea deportista, el público de un programa de televisión no es el mismo que el de un partido de fútbol); Gerard Piqué formando equipo con Arturo Valls y él cantando Las de la Intuición. Real (si esto es un spoiler, mil perdones, pero querréis ver la escena igualmente, creedme); ‘la hucha’, hablando con delicadeza, de Raúl Cimas por todo lo alto por un descuido que duró demasiado tiempo (tampoco podemos dar fe de que llevara ropa interior); y David Broncano jugando al tenis como si estuviese protagonizando un reportaje para GQ. En traje.
Lo que tampoco podemos desvelar es la particularidad del ojo de halcón de esta competición de tenis. Merece unas risas desprevenidas. Tampoco faltó el árbitro (polémico), y las buenas exhibiciones de tenis, a ratos, además de sorpresas de otra índole. Eso sí, David, la próxima vez subid la calefacción, que el público empezaba a parecerse al Confucio ese de mármol que tanta ilusión te hace.