11 detalles que explican qué pasó en la votación de la reforma laboral en el Congreso
Cronología de uno de los momentos más esperpénticos de la historia del parlamentarismo en España.
Es la imagen de las últimas horas y quedará como uno de los momentos más esperpénticos de la historia del parlamentarismo en España.
El Gobierno esperaba sacar la votación de la reforma laboral con una ventaja ajustada sí, pero suficiente, para aprobarla en el Congreso de los Diputados.
Contaba con el sí de Ciudadanos, del PdeCAT y la supuesta promesa de Unión del Pueblo Navarro.
Pero sus dos diputados cambiaron el sentido del voto, apretaron el botón del no y todo se descalabró. La reforma laboral parecía derogada, las caras de susto entre el Gobierno eran evidentes, pero algo todavía más inesperado sucedió: el error del diputado Alberto Casero, del PP, permitió que finalmente saliera aprobada.
Esto es lo que sucedió, paso a paso, en el Congreso de los Diputados en torno a las 18:30 horas.
Comienza la votación
La Cámara baja había vivido una intensa jornada de debate parlamentario, casi cuatro horas, en las que los distintos grupos habían dejado clara su postura sobre el sentido de su voto.
El Gobierno no contaría esta vez con los apoyos de ERC y PNV, socios de investidura, que rechazaban la norma por poco ambiciosa y por las formas, respectivamente.
Sin embargo, el Ejecutivo de Pedro Sánchez contaba con los votos de Ciudadanos, del PdeCAT y con el sí de la dirección de UPN.
Son las 18:27 horas cuando la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, da comienzo a la votación de la reforma laboral.
“Comienza la votación”.
″¡Sí!”. ”¡No!”. ”¡No!”. Murmullos. Miradas. Nervios.
Sale el resultado
Aparecen los datos en la pantalla de votación y salta la sorpresa: los dos diputados de UPN no han respetado la disciplina de voto y han votado en contra: su escaño aparece en rojo.
Se empiezan a escuchar aplausos. Mucho ruido en la Cámara. Batet comienza a sumar. “Presentes, 335. Más 14 votos emitidos telemáticamente. Sí, 166. Más 9 votos emitidos telemáticamente. No, 169. Más 5 votos emitidos telemáticamente. Ninguna abstención”.
Entonces, la presidenta del Congreso se equivoca en la suma: “Por lo tanto, no queda... queda derogado el Real Decreto Ley”.
La bancada de la derecha estalla en júbilo. Las caras en el Gobierno son de auténtico pasmo. Sánchez mira a sus lados. Calviño no da crédito. Díaz pregunta qué está pasando. El presidente hace un gesto con las manos pidiendo tranquilidad.
En Vox, su portavoz, Espinosa de los Monteros, lo celebra con el puño cerrado.
Desde la bancada de Unidas Podemos hacen gestos a la Mesa del Congreso negando que la suma esté bien.
En efecto, la presidenta se ha equivocado: hay 175 síes y 174 noes.
La derecha se ha adelantado al celebrarlo.
Batet rectifica
Tras un momento de confusión, Batet se dirige de nuevo a los diputados: “Señorías, los servicios de la Cámara me informan que queda convalidado el Real Decreto Ley”.
Entonces el Congreso cambia de estado de ánimo en apenas unas décimas de segundo. Quienes estaban eufóricos se quedan de piedra y quienes estaban de piedra se vuelven eufóricos.
″¡Bravo!” ”¡Sí se puede! ¡Sí se puede!”, gritan desde el PSOE y Unidas Podemos. Abrazos y caras de alivio entre Sánchez, Calviño y Díaz, que respira tras los nervios vividos instantes antes.
Héctor Gómez, portavoz socialista en el Congreso y negociador del PSOE con UPN, se saluda con los suyos y hace gestos al PP diciéndoles que se levanten ahora a aplaudir. Su alivio también es importante tras ver lo que acababa de suceder.
En la bancada popular todos se miran entre ellos sin entender qué ha pasado.
La votación de la que pocos hablan
Tras esta votación, llegó otra: la de si se tramita como proyecto de ley por el procedimiento de urgencia. La derecha vota sí. La izquierda y sus alianzas votan no.
Pero vuelve a pasar lo mismo: los dos diputados de UPN votan que sí y un voto permite que se rechace. La suma es la misma pero al revés: 175 noes y 174 síes.
El PP se indigna
Cuca Gamarra, portavoz del PP en el Congreso, pide a la presidenta del Congreso la palabra para quejarse por “un error informático”: uno de sus diputados, Alberto Casero, había votado a favor de la reforma laboral en lugar de en contra.
“Señora Gamarra, precisamente porque la Mesa es conocedora y ha podido analizar lo que usted me va a plantear y es una cuestión técnica de la Mesa, de decisión de la Mesa, y no de tratamiento de Pleno, no le voy a dar la palabra. Muchas gracias, se levanta la sesión”, contestó Batet.
″¡Qué es esto, hombre!”, gritó indignadísimo Teodoro García Egea, secretario general del PP.
″¡Tongo, tongo, tongo!”, vociferan desde la derecha mientras en el Gobierno se abrazan y se marchan.
En rueda de prensa, la propia Gamarra insiste en que “la convalidación de ese real decreto no es posible porque sólo es posible teniendo en cuenta un voto que se ha emitido con un sentido diferente al que se ha contabilizado por parte de la presidencia de la Cámara”.
Y añadió dos puntos polémicos. Por un lado, aseguró que los servicios de la Cámara impidieron entrar al Hemiciclo a Casero, que no se encontraba en el Congreso por estar enfermo.
Por otro, aludió a una resolución de la Mesa, del 21 de mayo de 2012, que señala que la presidencia comprobará “telefónicamente con el diputado autorizado (a votar telemáticamente), antes del inicio de la votación presencial en el Pleno, la emisión efectiva del voto y el sentido de éste”. También señaló que se habría vulnerado el punto 2 del artículo 82 del Reglamento del Congreso de los Diputados, que contempla el voto telemático “con comprobación personal”.
¿Dónde estaba Casero?
Supuestamente, Alberto Casero se encontraba fuera del Congreso por encontrarse enfermo con gastroenteritis.
Los diputados que no se encuentren en el Hemiciclo por causa justificada, pueden votar telemáticamente. Para esta votación, que presencialmente comenzó a las 18:15, el voto telemático se podía ejercer entre las 17:30 y las 18:00 horas.
Según informan varios medios, Casero votó por el sistema de intranet del Congreso y se dio cuenta de su error al pedir el justificante de voto.
Es entonces cuando, según ha dicho este viernes el portavoz nacional del PP, José Luis Martínez-Almeida en declaraciones a TVE, Casero “se desplaza de Cáceres a Madrid”.
Sin embargo, varios medios afirman que el PP dijo ayer jueves que Casero estaba en Madrid.
De hecho, minutos después de la votación, podemos ver a Casero, con chaqueta de calle, en su escaño:
Es decir, Casero pudo entrar al Congreso y al Hemiciclo.
Eso sí, pudo entrar una vez concluida la votación porque, como marca la ley, las puertas del Pleno se cierran cuando comienza la votación, algo que ocurre siempre. Por lo tanto, no es cierto que los servicios de la Mesa no le dejaran entrar, sino que cumplieron con lo que dicta la ley sobre las votaciones.
Esto dice el artículo 80 del Reglamento del Congreso:
¿Hubo fallo informático?
Aparentemente, no. Eso es lo que dice la Mesa del Congreso, pese a las quejas del PP.
Lo cierto es que cualquiera puede acceder a las actas de votación del Congreso, publicadas en su página web, donde se observa que Casero no sólo se equivocó al votar a favor de la reforma laboral, sino que también erró al votar si se tramitaba como proyecto de ley por el procedimiento de urgencia.
Es decir, el voto se emitió, pero fue Casero quien se equivocó. En las actas aparece votando junto a PSOE y Unidas Podemos.
¿No comprobó Batet lo que votaba Casero?
El PP se queja de que la Mesa del Congreso no atendió al punto 4 del acuerdo de 2012 sobre voto telemático, que dice lo siguiente:
Es decir, que nadie telefoneó a Casero para comprobar si estaba apoyando la reforma laboral.
Pero este sistema se aprobó en 2012 para casos excepcionales, ya que muy apenas eran pocos los diputados que se ausentaban de las votaciones por razones justificadas.
Con la pandemia, la votación telemática se extendió a prácticamente todos los diputados, por lo que no tenía sentido ir comprobando uno a uno los 350 votos.
Por ello, todos los grupos de la Cámara acordaron en marzo de 2020 que el voto telemático se hiciera “a través de la intranet de la Cámara, con la introducción de usuario y contraseña, como método de verificación de la emisión personal del voto”.
¿Qué va a pasar ahora?
En su explicación a la Mesa del Congreso, el propio Casero afirma lo siguiente:
“Al efectuar al votación telemática, que era NO, advertí que el certificado emitido por la Cámara no se correspondía con el sentido del voto que manifestaba, es decir, que aparecía como que mi voto había sido SÍ”.
Entonces, según Casero, “a consecuencia de lo que parecía un fallo del sistema”, quiso ponerse en contacto con el Congreso “antes de que se anunciara el inicio de la votación” para advertir a la Presidencia “el error manifiesto”.
Casero afirma que se dirigió a su grupo parlamentario “al no recibir respuesta de la Mesa y ante la imposibilidad manifiesta de hacerlo por escrito dada la premura, pero siempre antes de que se anunciara el inicio de la votación”.
Éste lo puso en conocimiento de Batet, siempre según la versión de Casero, que acusa a la presidenta del Congreso de negarse y decidir “unilateralmente y de forma arbitraria arrogarse la voluntad de la Mesa en su conjunto dando inicio a la votación”.
Fue Cuca Gamarra, portavoz del PP, acompañada por el diputado Guillermo Mariscal, quien acudió a la Mesa del Congreso a quejarse sobre lo que había pasado poco antes de la votación.
El PP ha presentado dos escritos pidiendo la convocatoria de una Mesa urgente y que no se publique el resultado de la votación, y ha anunciado que está dispuesto a llegar hasta el Tribunal Constitucional.
¿Puede revocar la decisión el Constitucional?
El PP ya ha anunciado que llevará este asunto ante el Tribunal Constitucional ante lo que consideran un “pucherazo”.
Y lo cierto es que el Constitucional tiene jurisprudencia con un caso derivado de un fallo informático: el de la diputada socialista vasca Irene Novales, que en 2004 no pudo votar por un error del sistema.
El Constitucional le dio la razón a Novales y consideró que el presidente del Parlamento Vasco tenía que haber repetido la votación.
La diferencia con el caso de Casero es que el diputado del PP sí pudo votar y lo hizo varias veces, equivocándose en tres de ellas.
¿Qué va a pasar con los diputados de UPN?
La dirección del partido ya ha exigido a ambos diputados, Sergio Sayas y Carlso García Adanero, que entreguen sus actas, algo a lo que ambos se han negado porque, dicen “no tiene ningún sentido”. “Tenemos argumentos para discrepar con la decisión del partido”, dijo García Adanero en Onda Cero.
Desde UPN acusan a sus dos diputados de tomar su decisión engañando a la dirección, “como demuestra que han manifestado previamente de manera pública que iban a aceptar la disciplina de voto para después no hacerlo”.
El partido ha argumentado que la deslealtad con los votantes, afiliados y órganos del partido es “absoluta e inaceptable”. Desde la formación navarra también se ha pedido disculpas al bloque socialista y aclaran que “lo sucedido no representa a UPN, un partido de palabra, de valores y de principios”.
De hecho, Javier Esparza, presidente de UPN, ha anunciado una “investigación interna” tras lo que ha calificado como “una jugada rara” y no ha rechazado la posibilidad de que el PP y Vox supieran de antemano lo que iba a ocurrir.
¿Qué consecuencias tendrá lo sucedido para el Gobierno?
Son muchos los que, tras el susto, creen que el Gobierno debe cuidar mejor la mayoría que le dio la investidura y no fiarse tanto de los partidos de la derecha.
Así lo reflejan algunas crónicas este viernes y así lo expresa el exvicepresidente y exlíder de Podemos Pablo Iglesias, a través de Twitter: “La votación demuestra que la ‘geografía variable’ es una trampa. (...) Toca rehacer y cuidar el bloque plurinacional”.
Y así lo ha expresado en Radio Euskadi el portavoz del PNV, Aitor Esteban, quien cree que el Ejecutivo “tendrá que esforzarse en las próximas semanas para ir reconstruyendo una mayoría que le permita seguir adelante”.
El portavoz nacionalista vasco ha avisado al Gobierno de que “tiene que hablar e intentar discutir los acuerdos, porque no existe una mayoría suficiente entre PSOE y Podemos”.
Esteban ha señalado que su grupo ha sido “honesto, claro y razonable” y avisó hace tres meses al gobierno que podía haber problemas con la reforma, pero el Ejecutivo “no estaba preocupado en conseguir una mayoría en el Parlamento sino solo en llegar a un consenso en la mesa social”.