Qué ha hecho bien 'Friends' para llevar 25 años funcionando como el primer día
Joey, Phoebe, Rachel, Ross, Monica y Chandler son nuestros amigos para siempre.
La escena se emitió por primera vez hace 25 años pero hoy sigue robando las carcajadas de los espectadores, de los que ya lo eran entonces y de los que se han incorporado ahora. No les importa que Rachel Green vestida de novia pareciese una tarta de merengue ni tampoco el ahuecado flequillo noventero de Monica Geller ni la americana de cuero de Joey Tribbiani. Es Friends y, aunque la ropa sea de otra época o chirríe aquella primera conversación sobre sexo, la pandilla sigue ahí para que cualquiera entre en ella. Y lo hacen. ¡Vamos si lo hacen!
La canción de The Rembrandts (I’ll be there for you) elegida para la cabecera fue todo un presagio. Ellos están porque la gente quiere que estén. La guerra de cifras que mantuvieron Netflix y HBO a principios de 2019 por quedarse con los derechos de emisión son prueba de ello. La primera pagó 100 millones de dólares a Warner Media por tenerla en catálogo en 2019. Y la segunda, 425 millones para que sea la apuesta de HBO Max durante los próximos cinco años.
Tiene lógica teniendo en cuenta que en un mundo en el que la irrupción de las plataformas de contenido en streaming ha hecho que cada semana se estrenen nuevas series, Friends fue la segunda más vista en Netflix de 2018. Y eso pese a que las constantes revisiones han hecho florecer sus carencias: como la casi total ausencia de personajes negros, la falta de tacto con los homosexuales o sus espontáneos tintes machistas.
Sin embargo, eso no parece importar. La gente sigue acompañando a Monica, Rachel, Joey, Phoebe, Ross, Chandler y Rachel cuando se topa con ellos. Es su respuesta a las dudas del crítico de The New York Times tras la emisión del primer episodio: “Son un grupo de chicos y chicas de veintitantos que quedan para salir... y que a veces hasta tienen gracia. Pero, ¿le apetece a uno acompañarlos en sus peripecias?”.
Claramente sí. Porque hay fallos, pero también muchos aciertos.
“Te apetece quedarte. Si pasas por delante te quedas porque tienes las risas aseguradas”, resume la guionista Sara Antuño, miembro del Sindicato Alma. Para ella Friends es como Pretty Woman. “La has visto mil veces y seguramente tampoco resiste un análisis serio en cuanto a género, pero te quieres quedar ahí un rato, quieres ver lo de la ópera o cuando se va a comprar ropa”. Wesley Morris, autor del artículo Por qué ‘Friends’ siempre estará ahí para ti, lo resume con otras palabras: “Era perfecta, por no decir excelente, justamente porque hacía parecer que era muy fácil desatar tantas risas”.
No es que seas como uno de ellos, es que podrías ser uno más. “Las situaciones en las que están los personajes no son, ni mucho menos, inalcanzables. Es perfectamente posible tener cinco amigos. Uno podía ver la serie y decir: ’Esa es mi vida”, escribe Kelsey Miller en su libro I’ll be there for you (HarperCollins), publicado a principios de 2019.
“La búsqueda de trabajo, el pasado de exgorda de Monica, las inseguridades de Ross, las crisis sentimentales de cada uno, la complicada relación de Chandler con su familia...”, enumera Antuña. Los problemas a los que se enfrentan son universales, “y quizás no te sientas identificado con tener un apartamento gigante en el centro de Nueva York pero sí con cualquiera de estas situaciones. ¿Quién no ha tenido alguna vez la sensación de haber defraudado a sus padres?”, añade sobre la presión constante que recibe Monica.
Hay un momento en la vida de todos en el que los amigos son más importantes que la familia, y ahí es donde se cuela Friends. En ese momento. Justo antes de que Monica y Chandler se muden a las afueras para poder criar a sus mellizos en una casa más grande. Es el retrato de un grupo fiel que “te acompaña de la mano con paso firme cuando atraviesas un bache”, escribe Miller.Y todos tenemos un grupo fiel, que no te abandona por mucho que pasen los años y del que estás deseando tener noticias.
“El mejor elenco de la historia de la televisión”, escribe Morris en The New York Times, que también aplaude la evolución de los personajes: “Los amigos empezaron como tipos bien definidos: Rachel era una princesa, Monica era una obsesiva y Joey el actor idiota. Pero esos tipos se fueron reconfigurando y cambiando”. Ninguno se ancló y evolucionaron a medida que fueron haciéndose mayores. Ni tampoco ninguno cobró más protagonismo que otro. “A mediados de la primera temporada ya quedaba claro que era un barco sin capitán, que era un bote con muchos remadores”, apunta. A esto se une que ningún actor era mucho más conocido que otro cuando llegaron al set de rodaje por primera vez. Luego ya despuntó Jennifer Aniston, pero eso fue más adelante.
“Siempre he dicho que uno de los aciertos, quizá inconsciente, fue ese retrato de las mujeres tan tan tan fabuloso”, añade Mariola Cubells, que define a Monica, Rachel y Phoebe como “neuróticas pero adorables”. “Cualquiera de tus amigas podría ser una de ellas, incluso tú misma”, añade. Nada que ver con Joey, Chandler y Ross. “Adorables también, tiernos, pero al lado de ellos... eran lelos”, ríe.
Por Friends han pasado Julia Roberts, Reese Witherspoon, Winona Ryder, Ellen DeGeneres... y todos han sido acertados. Sara Antuña, guionista de la comedia El vecino (Netflix), entre otras, lo señala como uno de las claves de la serie: ver a Bruce Willis como padre de la novia de Ross o a Brad Pitt como enemigo de su entonces mujer Jennifer Aniston fue un puntazo entonces y lo sigue siendo ahora.
Aunque hoy todos se acuerdan de que el primer personaje negro, Charlie (Aisha Tyler), no llegó hasta 2003 o de los reparos que mostraban los chicos cuando se quedaban dormidos uno junto al otro, Friends no fue una serie tan mojigata. Antuña señala otros muchos avances que hoy se pasan por alto: como la naturalidad y respeto con que se abordó la relación entre Carol y Susan (con boda incluida), que Phoebe hiciese de vientre de alquiler para su hermano y su chica o el cariño con el que se trató el personaje transexual de Kathleen Turner, padre/madre de Charles Bing. “Hay que pensar que sus creadores, David Crane y Marta Kauffman, eran judíos, intelectuales, de clase alta que reflejaron su entorno. Hoy probablemente no lo habrían hecho así”, añade.
“Lo que ellos componen es aspiracional”, apunta Mariola Cubells como una de las razones por la que la serie gustó antes y gusta ahora. “Aspiracional es tener un grupo de amigos así, una red social así, una cohesión así, un apartamento en Manhattan, un bar con sofá, tiempo para conversar, saber que nunca vas a estar solo... Todo eso es ASPIRACIONAL. Lo queremos a cualquier edad, y especialmente de los 20 a los 30. Luego ya lo que quieres es que el mundo te deje EN PAZ”, resume.