¿Qué ha convertido al personaje de Najwa Nimri ('La Casa de Papel') en el más detestable de la televisión?

¿Qué ha convertido al personaje de Najwa Nimri ('La Casa de Papel') en el más detestable de la televisión?

Alicia Sierra (Netflix) tiene en realidad dos personalidades... y no lo sabías.

Netflix

“Mira, mira, da pataditas”. La frase podría ser tan tierna si la pronunciara una embarazada ‘normal’... pero quien la dice es Alicia Sierra. La policía de La Casa de Papel (Netflix) interpretada por Najwa Nimri invita a Río (Miguel Herrán) a que se le apoye para sentir a su bebé. Hay una parte más en esta historia: ella es una torturadora y él, su víctima.

Sierra se ha convertido en el personaje más despreciable de La Casa de Papel y posiblemente de la televisión (mérito de los guionistas y de la actriz). Verla embarazada de ocho meses, fumando, comiendo y con tanta pasividad ha conseguido que los seguidores de la serie detesten a la inspectora. Pero, ¿qué la ha convertido en el personaje de La Casa de Papel que más emociones negativas e intensas genera, a pesar de haber sido una de las últimas incorporaciones de la serie? El coordinador de guion Javier Gómez —que tiene la voz igualita a la de Pedro Alonso (Berlín)— lo ha detallado a El HuffPost.

Como Berlín... pero con una diferencia. Es algo parecido a lo que ocurrió en las dos primeras temporadas con el personaje de Pedro Alonso, que hace cosas despreciables pero genera mucho entretenimiento. La diferencia es que a Berlín lo hicieron de manera opuesta y la gente lo quería. “Esos malos ambiguos o esos buenos-malos son muy interesantes para los espectadores”.

La carga peyorativa. En teoría está del lado de la ley y del lado ortodoxo, y aun así el espectador odia a la policía Sierra. Se lo gana, porque los guionistas le han metido “mucha carga peyorativa”, como representar a una torturadora. Estos son precisamente los personajes que tienen grandes arcos y dan más a la audiencia.

La gente tiende a sentir más ternura por una embarazada... pero en ella provoca aun más repulsión. Se les ocurrió cuando el personaje ya estaba diseñado, cuando estaban escribiendo el segundo o tercer capítulo. Se la imaginaron fumando, algo que no se ha visto nunca. Una embarazada de ocho meses que fuma define mucho al personaje. Una mujer que siempre va hacia delante, a la que no le frena nada. Una tía que está torturando a un chico y le pide que se acerque a notar las patadas de su retoño. El embarazo da mucho juego porque tener algo tan diferencial nunca resta.

Torturadora atípica. Cuando te imaginas a un policía torturador piensas en Billy El Niño. “Eso es una cosa superaburrida y repugnante, esto es mucho más transgresor”. Tampoco Sierra podía utilizar cualquier método. Aunque suene raro... la máscara de gas no provoca ese rechazo visual incómodo como pueden producir otros métodos. “La palabra tortura es lo suficientemente poderosa”.

La responsabilidad de la actriz. Lo que ha hecho Najwa Nimri requiere muchísima responsabilidad en la construcción del personaje. Hace una torturadora que es divertida, una mezcla de RoboCop y Columbo. No para de comer. Son aportaciones que hace la actriz que llenan de color al personaje. Hay personajes que están muy definidos en guion, como El Profesor, pero hay otros a los que “el actor les pega un meneo tremendo”, como hace Nimri. La intérprete ha hablado mucho con el guionista sobre el Eneagrama —los nueve tipos de personalidad—, y ella está trabajando en uno, pero en realidad por debajo quiere que sea otro. Tiene, en realidad, dos personalidades. Todo eso es una cosecha de la actriz.

Nos pone. Los guionistas buscaron un personaje competidor que diese miedo de verdad.

Es todo lo que no ha tenido LCDP hasta ahora. La serie siempre ha contado con unos personajes que tienen mucho control sobre sí mismos, como El Profesor (con excepciones), y ahora ha encontrado uno situado en una zona de mucha  mayor vulnerabilidad.

Un personaje extremo. Un contrincante de altura. Querían un personaje divertido, es decir, que generase entretenimiento al verlo.

Los policías en LCDP son el diferenciador español. Alicia Sierra, no. Son policías que no podrían ser estadounidenses, especialmente el coronel Tamayo (Fernando Cayo), con sus muletillas tan made in Spain. Con Najwa Nimri entra mucho más contenido en la carpa de los cuerpos y fuerzas de seguridad.

La enemiga directa de Lisboa. Debía tener un pasado común con Alicia Murillo Lisboa, que fueran la cara y la cruz de las dos formas de negociar de la Policía. Murillo era muy ortodoxa y se movía dentro de los parámetros legales y Sierra está en el lado opuesto.

Bonus track: perfiles psicológicos. Javier Gómez no ha revelado el perfil de Alicia Sierra, pero en el vuelo se encontró con una psiquiatra colombiana que había desarrollado los perfiles psicológicos de todos los personajes de la banda. Todos estaban diagnosticados. “Tokio tiene TDAH no diagnosticado, es impulsiva, y Denver está tan cerca borderline... no puede albergar maldad. Es un tonto bueno de libro”. Saber eso también les vino muy bien a los guionistas.

“Lo peor que le puede pasar a un personaje es la indiferencia”.