Qué está pasando en Ceuta
Crisis migratoria y tensiones políticas, el transfondo de la jornada sin precedentes que se está viviendo en la zona.
Miles de marroquíes han entrado de manera irregular en Ceuta y Melilla en las últimas horas. Según las cifras aportadas por el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, han sido cerca de 8.000 personas, de las que aproximadamente 4.000 ya han sido devueltas gracias a los “contactos” con el gobierno marroquí.
¿Cuándo comenzó esta crisis?
El pasado lunes por la noche, cuando Ceuta vivió una jornada sin precedentes por la entrada masiva de personas a nado o bordeando a pie los dos espigones fronterizos con Marruecos. Según informó entonces la Delegación del Gobierno, a las ocho de la tarde ya eran unos 2.700 marroquíes los que habían accedido a la ciudad autónoma.
Según ha podido comprobar la agencia Efe, durante la noche ha continuado la entrada de personas desde Marruecos por el espigón fronterizo, sin que los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil pueda rechazarlos, lo que ha obligado a la Policía Local a cortar los accesos por carretera a la zona. A primera hora de este martes la cifra de personas ascendía a 6.000, cantidad que no ha dejado de crecer durante la tarde y noche, con previsión de que sigan llegando migrantes.
¿Por qué sucede esto ahora?
Para comprender lo que está pasando hay que mirar más allá de los hechos en sí y analizar el trasfondo político. Lo que está haciendo el gobierno marroquí es presionar a España a través del control migratorio de la frontera sur de Europa. Es Marruecos quien vigila por norma a quien trata de acceder desde su territorio a suelo español de forma irregular, pero ahora ha ‘relajado’ este control como represalia por la hospitalización por coronavirus en Logroño de Brahim Ghali, líder del Frente Polisario.
Esta hospitalización, que se produjo el pasado 18 de abril, provocó las críticas del ministerio marroquí de Exteriores, que advirtió el 8 de mayo de que España debía “extraer las consecuencias” de su actitud “premeditada” con su recepción a Brahim Ghali en suelo español, y añadió que el gobierno de Madrid no debía minimizar “el impacto grave” del caso en las relaciones bilaterales.
Así que lo está haciendo Rabat es castigar a España por dar asistencia humanitaria a uno de los grandes enemigos. [Puedes leer más sobre estos hechos en esta información]
¿Qué dice España?
La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, explicó el pasado lunes que no le consta que lo ocurrido “pueda ser una medida de presión de Marruecos por la hospitalización de Ghali”. “No puedo hablar por Marruecos. En todo caso, puedo decirle que nos han asegurado hace unas horas es que esto no es fruto del desencuentro”.
“Se trata de una cuestión humanitaria, a una petición de ayuda humanitaria de una persona con situación sanitaria muy frágil”, ha subrayado la ministra, al tiempo que ha recalcado que no concibe que se pueda “poner en riesgo la vida de menores en el mar” como “respuesta a una acción humanitaria”.
En la misma línea se ha pronunciado este martes la ministra Portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, que ha afirmado que la llegada masiva de inmigrantes desde Marruecos no se puede achacar solo a la presencia del líder del Frente Polisario en España, ya que las crisis migratorias “responden a causas múltiples y son demasiado complejas como para establecer causa efecto”.
Montero también ha subrayado que la diversidad de las causas supone una “complejidad en el abordaje y un trabajo multinivel” que incluye contactos gubernamentales con las autoridades marroquíes, con la Comisión Europea y con los grupos parlamentarios. “Se trabaja desde la alta diplomacia en diálogo con Marruecos y deben ser conversaciones discretas”, ha subrayado la ministra portavoz.
En referencia a la presencia del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, ingresado en un hospital de Logroño, la ministra ha subrayado que España “atiende a personas con problemas humanitarios y que necesitan de nuestros recursos”, y ha rehusado dar más detalles porque la Ley de Protección de Datos lo impide.
¿Qué está haciendo el presidente del Gobierno español?
Ha realizado una declaración institucional en la que informó de que viajaría este mismo martes a Ceuta y Melilla por la “inusitada” crisis migratoria con Marruecos. El presidente, que ha informado al rey Felipe VI de la situación, ha advertido al país africano, antes de desplazarse al terreno, de que España defenderá las fronteras españolas: “Seremos firmes ante cualquier desafío, ante cualquier eventualidad y bajo cualquier circunstancia”. Su paso por ambas ciudades autónomas ha sido breve.
¿Cuál es la versión de Marruecos?
Bien avanzada la jornada del martes, la embajadora marroquí ha asegurado que en las relaciones entre países hay actos que tienen consecuencias, “y se tienen que asumir”, en velada referencia a la decisión de España de prestar atención médica al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali.
Benyaich, que ha hablado con la agencia Europa Press antes de acudir a la convocatoria de la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, ha insistido en que hay “actitudes que no se pueden aceptar”. Igualmente ha señalado que las relaciones entre países vecinos y amigos se tiene que basar en “la confianza mutua, que se tiene que trabajar y nutrir”.
Tanto España como Marruecos han llamado a consultas a la embajadora, elevando más si cabe la tensión bilateral.
¿Y la UE se ha pronunciado?
Sí, polite, polite, como siempre. La comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, ha pedido a Marruecos que “siga comprometido” en la lucha contra la inmigración irregular, tras la entrada “sin precedentes” a Ceuta de más de 6.000 personas de forma irregular.
“Lo más importante ahora es que Marruecos siga comprometido para evitar salidas de inmigrantes irregulares”, ha dicho Johansson en un debate en la Eurocámara, donde ha calificado de “preocupante” que “al menos 6.000 personas, muchos niños, hayan ido a nado a Ceuta, poniendo en peligro sus vidas, y una persona haya muerto”. Aquellos inmigrantes que no tienen derecho a permanecer en la UE deben ser “devueltos de manera ordenada y efectiva”, ha señalado Johansson. “Las fronteras de España son europeas”, ha subrayado la comisaria, que ha hecho hincapié en que la Unión Europea “quiere una relación con Marruecos basada en la confianza y en unos compromisos compartidos”.
¿Hay algo más de fondo?
Sí, más allá de lo sucedido con Ghali, la postura española sobre el Sáhara Occidental es otra de las causas que influyen siempre en cualquier tipo de crisis entre ambos países.
De hecho, hace unos meses Rabat suspendió la celebración de la última Reunión de Alto Nivel (RAN) con Madrid, días después de que el expresidente estadounidense Donald Trump reconociera la soberanía marroquí sobre la excolonia española. Tras el respaldo de la administración Trump a sus aspiraciones sobre el Sáhara, lo que Marruecos pretende es que ahora la UE apoye públicamente su plan de autonomía para los saharauis, como ha hecho Francia.
Cabe destacar la reivindicación histórica de Marruecos sobre las ciudades autónomas, que Rabat considera que deberían formar parte de su territorio.
Por si todo esto fuera poco, el coronavirus
A todo esto hay que sumarle, en palabras del presidente del Observatorio del Norte para los Derechos Humanos, Mohamed Benaissa, que esta emigración masiva es fruto también de la desesperación de los jóvenes de esta región norteña. La pandemia del coronavirus se ha traducido en el cierre de la frontera terrestre; el abrupto final del intercambio de mercancías con las ciudades españolas, una de las fuentes principales de ingresos; y la falta de alternativas económicas, que ha causado en los últimos meses protestas callejeras.