¿Qué esconde TV3?
Es la cadena preferida por los votantes independentistas para seguir la actualidad política.
Que TV3 es la cadena de televisión pública más cara de España y tiene una plantilla desproporcionadamente grande y bien pagada (unos 49.000 euros de media) es de sobra conocido. Que TV3 es el fiel pregonero de los gobiernos independentistas y su proyecto de ruptura antidemocrática se refleja en los datos del propio Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat que muestra que es la cadena preferida por los votantes independentistas para seguir la actualidad política.
Pero si estos datos son conocidos, hay otros que TV3 se resiste a difundir o manipula directamente bajo el amparo de que proceden de los usuarios inscritos en un panel online gestionado por la prestigiosa empresa GfK, que fue contratada por TV3 en 2008 sin concurso público, con el objetivo de evaluar los programas de televisión emitidos por las diferentes cadenas en el ámbito territorial de Cataluña.
El contrato fue renovándose directamente entre ambas partes hasta que desde 2016 se buscó una fórmula que aparentara más transparencia. Se recurrió a un concurso público, pero sin publicidad, y se adjudicó a GfK por razón de “exclusividad” basándose en un informe emitido por la propia GfK que decía que era “el único proveedor que dispone en la actualidad de un panel online dedicado en exclusiva a la valoración de programas de TV”. Claro que eran los únicos que disponían de un panel de valoración, eran los únicos que llevaban ocho años cobrando por ello.
Hasta 2018 GfK ha facturado cerca de dos millones de euros, y aunque los contratos especifican que GfK ha de entregar diariamente los resultados de su panel y un informe resumen mensual, la realidad es que esos informes se los autofabrica la propia TV3.
Pagar por un servicio que no realiza la empresa contratada es absurdo, pero que el análisis de resultados los elabore el propio evaluado es una evidente fuente de conflicto de intereses que queda claramente demostrado si observamos que los gráficos que acompañan a esos informes tienen la escala gráfica alterada para magnificar la diferencia entre TV3 y el resto de cadenas.
Este diputado pidió a la CCMA que facilitaran la base de datos original para comprobar los resultados de su autoanálisis pero se negaron a entregarla. Si se niegan a mostrar los datos originales y manipulan a su favor los gráficos de resultados, no hay ninguna garantía de que las diferencias entre las distintas cadenas de TV no estén también manipuladas a favor de TV3.
En este mismo año se ha vuelto a renovar el contrato con GfK utilizando de nuevo un procedimiento sin publicidad por “razón diferente al importe”, es decir, no importaba el importe (140.000 euros) y servía cualquier razón. La razón utilizada por TV3 ha sido: “Perquè és l’empresa que té un panell Online dedicat en exclusiva a la valoració de programes i continguts de TV, perquè ha desenvolupat juntament amb la CCMA una eina de gestió de les dades a mida i perquè des del 2008 ens facilita unes dades que ens permeten mantenir un històric”.
Por supuesto que esta empresa tiene un panel online dedicado en exclusiva a la valoración de programas y contenidos de TV, lleva cobrando por ello desde 2008. Es curioso que intenten justificarlo porque “desde 2008 nos facilita unos datos que nos permiten mantener un histórico”, cuando ya tienen todos esos datos históricos. Pero lo más grave es que confiesen públicamente que la propia CCMA ha participado en el desarrollo de la herramienta de gestión de los datos que produce gráficos manipulados y eso les parezca un buen motivo para mantener el contrato.
En Cataluña necesitamos una televisión autonómica que sea realmente un servicio público transparente en su gestión, con rigor informativo, imparcialidad y respeto a la pluralidad de la sociedad catalana. TV3 no cumple ahora estos criterios. Suele defenderse de todas las críticas diciendo que es líder de audiencia en Cataluña.
TV3 también presume de ser la televisión de más calidad “según los datos del panel de GfK”, pero visto lo visto hay que hacerse una pregunta: ¿Qué esconde TV3 bajo el manto protector de GfK? No lo sabemos, pero lo que sí sabemos es que nos está costando muy caro a todos los catalanes.