¿Qué es la mochila austriaca que propone el Banco de España?
Las empresas tendrían que destinar una parte del salario a un fondo individual de cada trabajador, que podría usarlo en caso de irse al paro o ahorrarlo para la jubilación.
Si hay un fan en España de la mochila austriaca no es Albert Rivera —cuyo partido la promovió en el pasado—, sino el Banco de España que año tras año defiende su implantación en España como una solución mágica al mercado laboral y al problema de las pensiones.
A pesar de que esta iniciativa no ha contado hasta ahora con un consenso suficiente para salir adelante, la institución dirigida por Pablo Hernández de Cos no pierde la esperanza y vuelve a defenderla otra vez en el informe anual de 2020, publicado este jueves. La gran novedad reside en que el organismo supervisor quiere aprovechar la llegada de los fondos europeos para su puesta en marcha. Pero, ¿qué es exactamente la mochila austriaca? Te lo explicamos.
La mochila austriaca es un sistema implementado en Austria desde una reforma laboral aprobada en 2003 cuando se eliminó la indemnización por despido a los trabajadores y se obligó a las empresas a poner una parte del salario bruto en un fondo individual a cada trabajador.
Los trabajadores acumulan dinero en ese fondo individual a lo largo de su vida laboral, ya que todas las empresas en las que trabajen tienen que aportar la parte correspondiente. Esa cuantía acumulada en la mochila se invierte a través de una entidad financiera para buscar un rendimiento.
El empleado puede utilizar este dinero en caso de irse al paro o, si no lo ha hecho, guardarlo para la jubilación cuando funciona como complemento a la pensión. Gracias a esta medidas, las empresas pueden despedir a los trabajadores sin indemnización.
El Banco de España realiza una simulación de la mochila austriaca. Esta hipótesis defiende que las empresas aporten el dinero equivalente a seis días por año trabajado a ese fondo individual.
El importe puesto en esa mochila por la compañía sería deducido de la indemnización a abonar por el empleador en caso de despido.
Como las empresas ya aportan una parte del dinero a esa mochila, una parte de la indemnización ya habría sido abonada mientras el trabajador formaba parte de la empresa.
La propuesta del Banco de España es rebajar hasta los 16,5 días por año trabajado en caso de despido improcedente, hasta los 10 días en caso de despido objetivo y seis días en el caso de que se termine un contrato temporal.
Efectivamente, la idea de implantar la mochila austriaca se ha debatido en varias ocasiones en España. A raíz de la crisis financiera, esta medida se incluyó en la reforma laboral de 2010, aprobada durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, pero luego no se puso en marcha.
Posteriormente, tanto el PP como el PSOE han defendido su implantación, aunque de forma tibia. El gran protagonismo lo logró cuando Ciudadanos decidió dar el salto a la política nacional. La mochila austriaca fue una de sus propuestas estrella, incluida en el programa electoral de 2015, cuya parte económica fue elaborada por los economistas Luis Garicano y Manuel Conthe.
Ahora, a raíz de la crisis económica provocada por la pandemia del coronavirus y ante los malos augurios sobre el sistema de pensiones por la jubilación de la generación del baby boom, el debate se ha vuelto a poner sobre la mesa.
El organismo supervisor considera que el mercado laboral funcionaría mejor al reducirse el coste por despido. Las empresas no tendrían tanto miedo a contratar, ya que si vienen mal dadas los despidos no le supondrían un desembolso tan elevado como ahora.
Como se ha comprobado durante la pandemia, existe una gran dualidad en el mercado laboral que perjudica a los más vulnerables. En caso de crisis, los despidos suelen recaer sobre los trabajadores más precarios —los jóvenes, con contrato temporal y mujeres—. Esto se debe a que despedir a un trabajador indefinido supone un mayor desembolso para la compañía debido a que cuenta con una mayor indemnización especialmente en los casos de mayor antigüedad.
Asimismo, el Banco de España considera que este modelo beneficiaría la movilidad laboral, ya que actualmente muchos trabajadores no cambian de trabajo para no perder la antigüedad acumulada en su puesto.
En primer lugar, porque supone un cambio muy grande del sistema. Actualmente, el sistema público de pensiones se basa en la solidaridad intergeneracional. Los trabajadores actuales aportan dinero a la Seguridad Social que sirve para pagar las pensiones de los jubilados. No están pagando sus propias pensiones, sino las de otros ciudadanos. Al igual que una vez que se jubilen, ellos cobrarán sus prestaciones gracias a las cotizaciones de otros trabajadores más jóvenes.
La mochila austriaca rompería en parte esta idea, ya que cada trabajador acumularía dinero en su propia hucha para la pensión gracias a las aportaciones de las empresas y no en un hucha colectiva.
En segundo lugar, no se ha puesto en marcha por el gran coste económico que tendría para las arcas públicas. El Banco de España calcula en su informe el coste hipotético de implantación de esta medida en más de 9.000 millones de euros y propone que el Estado financie unos 8.000 millones utilizando una parte de las ayudas procedentes de la Unión Europea.