Qué es el bruxismo y qué puedes hacer para aliviar las molestias que genera
Tensión en mandíbula y cuello, dolor de cabeza, deformidad en los dientes y pérdida del esmalte son algunos de los síntomas que provoca apretar la mandíbula y rechinar los dientes.
Molestias en las encías, fracturas en los dientes, dolor de cabeza, chasquidos al abrir la boca, dolor de oídos, molestias en el cuello e incluso mareos. Estos son algunos de los síntomas que pueden tener su origen en el bruxismo, una palabra que cada vez escuchamos más y en la que muchos pacientes encuentran respuesta a estos síntomas.
Aunque no es algo nuevo de este siglo, hasta 2013 no hubo consenso entre los expertos a la hora de definir el bruxismo como la actividad muscular masticatoria repetitiva que incluye el apretamiento, rechinamiento de los dientes o el apretamiento de los músculos masticatorios sin contacto dentario. Además, se distinguieron dos tipos de bruxismo: bruxismo del sueño y bruxismo despierto que, aunque en menor medida también lo hay.
Lo que no parece estar tan claro es el origen, pero en la mayoría de los casos el estrés se erige como la causa principal. “Las investigaciones aún no son concluyentes y parece que no hay una razón única tras el bruxismo. A lo que más se asocia es al estrés, pero ya hay otros estudios que lo asocian al consumo de azúcar y al uso de pantallas. Esas podrían ser entonces las razones de que hoy se hable más de ello”, asegura María Plaza, fisioterapeuta e instructora de pilates.
El bruxismo no es una enfermedad y ni siquiera los expertos coinciden en definirlo como trastorno; se habla más de un comportamiento porque sus efectos no necesariamente producen un daño como lo haría un trastorno. “Hay mucha gente que bruxa, pero lo hace muy poquito y ni siquiera se entera. El bruxismo en sí, como el hecho de apretar los dientes, no tiene síntomas, pero si lo haces prolongado en el tiempo y a gran intensidad acabas generando síntomas paralelos: mucha tensión en la musculatura de la mandíbula, rigidez en cuello, dolor de cabeza al levantar, deformidad en los dientes y pérdida del esmalte”, explica Plaza que también matiza que sí que hay médicos que lo están empezando a considerar un trastorno del sueño porque afecta a la calidad del descanso.
“Si notas que los dientes se van haciendo más cortos, se astillan o aparecen pequeñas fracturas dentarias, valora la posibilidad de tener bruxismo. Cuanto antes lo detectes menores serán las consecuencias”, advierten desde el Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Madrid de la importancia de tratarlo cuanto antes para evitar lesiones dentarias.
Son las férulas u ortosis interoclusales el tratamiento más extendido para el control de la sobrecarga del sistema masticatorio. Éstas “requieren un diseño adecuado y personalizado, así como revisiones y ajustes periódicos por parte del profesional para su correcto funcionamiento. Deben ser de resina rígida y deben evitarse las férulas blandas de silicona por no poder personalizarse ni ajustarse periódicamente”, avisan los odontólogos.
Para María Plaza, el tratamiento debe ir más allá y tiene que pasar por el abordaje de la que seguramente sea la causa principal: el estrés. “Mejorar la alimentación, establecer rutinas de sueño, disminuir la exposición a las pantallas, hacer ejercicio, hacer ejercicios de relajación… Todo esto bajará la intensidad del estrés y el bruxismo mejorará”, explica, aunque reconoce que es un tratamiento a medio plazo y no siempre se consigue eliminar.
“A lo que se recurre normalmente es a tratamientos paliativos. El problema del bruxismo es que muerdes y rechinas los dientes y eso acaba generando, además del desgaste en el diente, sobrecarga en la musculatura que general malestar. Para el desgaste de dientes, efectivamente, hay que usar férula, aunque realmente esta no va a evitar que muerdas, así que la sobrecarga la tienes aunque no te revientes los dientes”, aclara Plaza.
La otra parte del tratamiento pasa por las manos de un fisioterapeuta para aliviar las partes blandas, para mejorar los síntomas a corto plazo . “Aún así, si hoy te relajo la zona, vas a estar un tiempo bien, no solo ese día. Como estrategias a medio plazo hay que dar herramientas para evitar que la musculatura se cargue tanto, a través de ejercicio de relajación y respiración, y de soltar la tensión acumulada por la noche con ejercicios de automasaje para que al levantarse se suelte la musculatura y no se llegue al punto de dolor incapacitante”, aconseja la fisioterapeuta.”Si hay carga, eso hay que trabajarlo. Si te duele la cabeza y te dan una pastilla, no vas a solucionar el problema y como mucho vas a sentir alivio el tiempo que te dure la medicación”.
Aunque los pacientes, en general, responden bien al tratamiento, hay a quien la terapia manual se le queda corta porque la musculatura está muy cargada y los niveles de estrés son muy altos y no hay manera de bajarlos. Es entonces cuando se pueden emplear técnicas más invasivas, como la punción seca y, en último caso, el bótox.
“Yo creo que el 90% de la población rechinamos los dientes. El estrés es la principal enfermedad de esta época y el estrés magnifica el rechinamiento. Los dentistas mandan la férula de descarga y los especialista en la articulación temporomandibular también tratan para prevenir síntomas importantes”, expone la doctora Sandra Duque, especialista en medicina estética y maxilofacial.
Cuenta la doctora que desde hace unos seis años el bótox ha pasado a ser un tratamiento eficaz para los síntomas derivados del bruxismo y que son muchos los pacientes que recurren a él. “Hay pacientes que vienen a consulta porque no pueden dormir, viven con dolor de cabeza permanente o no pueden cerrar la boca. Con el bótox hemos conseguido llegar a la etiología y esto ha sido un avanza bastante importante. Es la fórmula más efectiva porque a lo largo del tiempo, si se aplica el tratamiento de forma repetitiva, ese músculo que está a 100 por hora se queda en 50 y el paciente gana el calidad de vida”.
El tratamiento es sencillo y consiste en pincharlo en el músculo masetero: “Cuando ponemos la toxina en el músculo masetero, que es el que trabaja cuando rechinamos los dientes, que cada vez coge más fuerza y volumen si no paramos de rechinar, esa fuerza muscular se va suavizando”. ¿Cómo actúa? La doctora Duque explica que lo que hace el bótox es inhibir la acetilcolina, el neutransmisor responsable de que se contraiga el músculo: “Al inhibirlo, el músculo no hace toda la fuerza, no se contrae. Al minimizar esa fuerza de descarga, el paciente tiene sensación de que duerme mejor, de que descansa porque no tiene esa tensión”. Además, explica la especialista que se suele poner también un punto de bótox en la fascia temporal —tejido que recubre el músculo—, porque “al apretar se hace presión ahí y esto puede acarrear migrañas palpitantes”.