¿Puede sobrevivir un matrimonio sin sexo?
No todos los casados que no tienen relaciones sexuales están condenados al divorcio.
Los matrimonios sin sexo son más frecuentes de lo que piensas, solo que rara vez hablan de ello abiertamente.
De hecho, “matrimonio sin sexo” se busca mucho más en Google que, por ejemplo, “matrimonio infeliz” y “matrimonio sin amor”, lo que lo convierte en el problema matrimonial más común, según el investigador Seth Stephens-Davidowitz.
¿Cuándo se dice que un matrimonio no tiene sexo? No hay una medida exacta, aunque algunos expertos señalan que es cuando practican sexo menos de 10 veces al año. La terapeuta sexual y asesora de relaciones Danielle Harel considera que es un matrimonio sin sexo “cuando el sexo es prácticamente inexistente entre la pareja”.
“Pueden llevar cinco años sin practicar sexo o practicarlo una vez cada varios meses”, expone.
Aunque la falta de sexo aumenta la tensión en las relaciones, ¿hay matrimonios que sobreviven con poca o nula intimidad física? Esto es lo que dicen los expertos.
Según una encuesta del Centro de Investigaciones Pew, el 61% de los matrimonios estadounidenses consideran que el sexo es “muy importante” para que salga adelante.
“La mayoría de la gente considera que el sexo revaloriza la relación: se sienten queridos, atractivos y expresan su erotismo, su deseo y su pasión de un modo que no hacen con otras personas”, explica Irene Fehr, asesora sexual y emocional. “La gente empieza relaciones románticas para compartir deseo sexual, atracción, pasión y conexión con otra persona. Eso es lo que diferencia una relación de una amistad”.
Sin embargo, no todos quienes están en un matrimonio sin sexo están condenados al divorcio.
“Un matrimonio puede durar sin sexo si a ninguno de los miembros les importa estar así”, según la terapeuta sexual Celeste Hirschman, coautora de Making Love Real: The Intelligent Couple’s Guide to Lasting Intimacy and Passion. “Para algunas personas, el sexo no es una prioridad. Para otras personas, sí, como las demás actividades matrimoniales”.
Una relación sin sexo o con poco sexo es sostenible e incluso satisfactoria si se dan las siguientes condiciones:
Ambos miembros tienen una libido baja
La falta de sexo quizás no sea problemática si ambos miembros tienen poco deseo sexual.
“Si una pareja tiene poco deseo sexual y ambos se sienten emocional y sexualmente satisfechos haciéndolo menos de 10 veces al año, la relación puede funcionar tan bien como la de una pareja que practica sexo a diario”, comenta Nazanin Moali, terapeuta sexual y presentadora del podcast Sexology.
Lo mismo sirve para las parejas que se consideran asexuales, es decir, quienes no sienten atracción física y tienen bajo o nulo deseo sexual.
“En esta situación, no practicar sexo es lo más acertado, ya que evita el estrés de realizar una actividad en la que ambos tienen muy poco interés”, añade Moali.
Uno de los miembros tiene algún problema de salud que afecta a su deseo o a su rendimiento sexual
Los problemas físicos (como ciertos cánceres, la hipertensión, la diabetes o los cambios que experimenta el cuerpo de la mujer tras el parto) y algunas enfermedades de salud mental (como la depresión, la ansiedad y el trastorno por estrés postraumático) afectan al deseo o a la capacidad de una persona. En ocasiones, estos cambios son temporales, pero quizás otros sean crónicos. Depende de cada pareja decidir si les parece bien (a muchas no les afecta), o durante cuánto tiempo pueden soportar que el sexo ya no forme parte de su vida.
“En estas situaciones, si la pareja piensa que estos problemas se solucionarán con tiempo o con tratamiento, estará más dispuesta a tolerar un matrimonio sin sexo. Sin embargo, si se trata de una situación crónica cuya recuperación está en duda, es posible que la otra persona se sienta estresada por los cambios en su actividad sexual”.
La pareja valora otros aspectos de su vida más que el sexo
Tal vez la pareja tenga un negocio conjunto. O quizás estén más centrados en criar a sus hijos. Tal vez solo sigan casados para tener compañía y seguridad financiera. Sea cual sea el motivo, “dos personas pueden estar felizmente casadas mientras sientan que trabajan por objetivos y valores conjuntos”, sostiene Moali.
Para algunas parejas, el sexo es una actividad para divertirse de vez en cuando, pero no una prioridad para mantener una relación fuerte.
“Una pareja puede durar mucho sin sexo si ambos miembros le dan poca importancia y no vinculan la frecuencia al amor. Por ejemplo, si el sexo es solo un medio para divertirse entre muchas otras formas, deja de ser una prioridad y no influye en su relación”, indica Fehr.
Un matrimonio sin sexo solo sale adelante si ambos miembros coinciden en su nivel de deseo y en la importancia que le conceden al sexo en su vida y en su relación, según Fehr. De lo contrario, un dormitorio muerto provoca sentimientos de dolor y resentimiento.
“Si alguno de los dos siente que le falta algo importante, sobre todo en lo relativo al amor, si no se siente querido y atractivo, la falta de sexo repercutirá en otras facetas de la relación causando frustración, tristeza, barreras emocionales y una erosión de vuestra conexión”, advierte.
Por el contrario, un matrimonio sin sexo tiene menos probabilidades de sobrevivir a largo plazo en las siguientes circunstancias:
Los miembros tienen distintos niveles de libido
“En estos casos, el miembro con mayor deseo se sentirá constantemente rechazado, mientras que el miembro con menor deseo andará siempre con cuidado de no actuar de un modo que pueda interpretarse en clave sexual cuando no tiene ganas”, expone Moali.
La persona con menos libido también se sentirá saturada e inadecuada por no satisfacer los deseos sexuales de su pareja. En ocasiones incluso hará que la persona que más libido tiene se avergüence por pensar tanto en el sexo.
“La falta de empatía y comprensión o el menosprecio del sexo tienen consecuencias muy negativas”, señala Harel.
La falta de sexo suele ser síntoma de un problema más serio
Es una situación similar a la del huevo y la gallina: ¿fue la falta de sexo la que provocó los problemas en la relación o fueron estos problemas los que llevaron a dejar el sexo?
Si la falta de sexo empezó a raíz de otro problema marital (como el descubrimiento de una infidelidad, menosprecios o discusiones frecuentes), es más complicado que el matrimonio sobreviva.
“A menudo, las parejas se distancian y dejan de practicar sexo, como si ya no se gustaran, algo que, evidentemente, provoca menos deseo sexual”, comenta Moali.
Cuando era veinteañera, Fehr estuvo en un matrimonio sin sexo que terminó en divorcio. Echando la vista atrás, se da cuenta de que la ruptura tuvo más que ver con la falta de comunicación y la vulnerabilidad que con la falta de sexo.
“Lo que acabó con nuestro matrimonio fue nuestra incapacidad de afrontar los problemas que teníamos a la hora de mirarnos a los ojos, contarnos nuestros temores, nuestras necesidades y deseos. A la hora de la verdad, en nuestros momentos más vulnerables e incómodos, no podíamos estar ahí el uno para el otro para escucharnos”, recuerda.
La falta de sexo lleva a cometer infidelidades
En ciertos matrimonios, la persona con menos libido deja que su pareja busque gratificación sexual fuera de la relación.
“Si una persona no está conforme con un matrmonio sin sexo y la otra persona no quiere satisfacer sus necesidades, algunas parejas negocian una relación abierta para que el miembro que no está conforme satisfaga sus deseos”, explica Hirschman.
Pero si uno de los dos satisface sus necesidades a espaldas de la otra persona, provoca más desconexión y desconfianza, algo difícil de remontar.
“Aunque parece una solución temporal al problema de la frustración sexual, a largo plazo provoca una ruptura irreparable de la relación, sobre todo si sucede sin el consentimiento de la otra persona, que suele ser lo habitual”, cuenta Moali.
Si tu pareja y tú estáis descontentos con el estado de vuestra vida sexual, no perdáis la esperanza, porque los expertos aseguran que hay formas de revertir la situación si ambos ponéis de vuestra parte.
Primero, intentad recordar cuándo empezó a decaer vuestra vida sexual
“¿Hubo algún suceso evidente o alguna conversación que provocara el cambio?¿Qué factores influyen en la situación? También es útil recordar las formas en que habéis intentado solucionar vuestros problemas”, comenta Moali.
Abordad el verdadero problema
Con mucha frecuencia, las parejas evitan hablar sobre su falta de sexo o sobre el estado de su matrimonio. Barren los problemas bajo la alfombra porque parece la solución más sencilla de hacer frente a emociones complicadas sin sentirse vulnerables.
“Hablad con sinceridad sobre por qué pensáis que habéis dejado de practicar sexo, a poder ser sin echar culpas y sin poner en evidencia a la otra persona”, recomienda Harel.
Sed conscientes de que al principio, la conversación será incómoda, pero que no pasa nada.
“Olvidaos del cuento de hadas de que todo se solucionará sin hablarlo y afrontad la incomodidad que sentiréis cuando tratéis de reconectar”, añade Hirschman.
Sacad tiempo para una cita nocturna
Planead una actividad divertida o romántica para los dos (¡sin hijos!). Compartid una botella de vino en un restaurante acogedor, tumbaos en la cama y escuchad música, besaos o acurrucaos mientras veis una película... No os presionéis para llegar al sexo, simplemente dejad abierta la posibilidad. Como mínimo, acabaréis la velada sintiéndoos más unidos.
Probad a planificar el sexo
Quizás ahora mismo no seáis capaces de entrar en situación de forma espontánea, de modo que escoged un día y una hora para poneros manos a la obra y no os echéis atrás. Incluso podéis turnaros a la hora de escoger la fecha para que no dependa siempre de la misma persona.
Solo porque la fecha del sexo aparezca en vuestro calendario, no significa que tenga que ser aburrido y predecible.
“Recomiendo que hagáis un listado por separado de actividades sexuales clasificadas en sí, no o quizás y que luego comparéis versiones. Dar un paseo por el sex shop también os dará ideas para nuevas travesuras en el dormitorio”.
Haced terapia sexual
Si habéis intentado solucionarlo por vuestra cuenta y no lo habéis conseguido, acudid a un profesional que os ayude a recuperar la mecha.
“Un error que cometen muchas parejas es esperar mucho antes de ir al terapeuta. Si lleváis seis meses sin apenas resultados, os recomiendo que busquéis ayuda profesional”, concluye Moali.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.