¿De verdad España puede quedar bien e incluso ganar Eurovisión con Chanel?
Qué puesto alcanzará, según los expertos, y quiénes son sus principales rivales en la final de Turín.
Canta Chanel en SloMo que va “siempre primera, nunca secondary” y esa frase de la canción con la que este sábado representará a España en Eurovisión parece premonitoria. El pálpito que produce su candidatura no se vivía desde hace años, en los que no hemos levantado cabeza desde los últimos puestos.
Si el Benidorm Fest en el que fue elegida como representante (no sin polémica) devolvió la ilusión por Eurovisión a muchos, en las últimas semanas ha sido ella misma —siempre “ready pa’ romper cadera’, romper corazones”— quien con su trabajo ha reforzado la idea de que puede haber todo un Chanelazo en Turín.
No se trata de una simple sensación: desde hace días las casas de apuestas la incluyen entre los favoritos, el tema está entre los más reproducidos en Spotify de los que compiten y sus ensayos han despertado reacciones en la prensa internacional nunca antes vistas.
¿De verdad tiene posibilidades de llevarse el Micrófono de cristal y convertirse en la sucesora de Massiel y Salomé? Los expertos son cautos pero optimistas y no dudan de que el resultado de Chanel Terrero será digno de celebrar. Solo el hecho de quedar en la parte alta de la tabla ya será un triunfo.
“Fíjate, llevo viniendo a Eurovisión 27 años y nunca hemos quedado en estos años entre los cinco primeros. El mejor puesto fue sexto con David Civera en el año 2001 y no lo hemos superado desde entonces”, rememora Víctor Escudero, asesor de RTVE en materia eurovisiva. Aunque se resiste a lanzar las campanas al vuelo, su pronóstico para este año es de lo más halagüeño: “Aspiro a lo máximo. Yo espero un top 3. ¡Espero y deseo!”.
Como señala, aunque Ucrania lleva “una ventaja descomunal” a los demás países en las apuestas de pago, “las canciones que también están entre las favoritas son las de Italia, Suecia, Reino Unido y España”. ”¿Por qué no ser objetivos con eso, con esa lista, y pensar que vamos a quedar entre los cinco primeros?”, se pregunta.
Algo más precavido se muestra Luis Mesa, periodista eurovisivo de Los Replicantes y Euromovidas, que comparte “la sensación de que España está en ese barco de los cuatro o cinco países favoritos”. Para su vaticinio no se basa ni en las apuestas de pago o los sondeos entre eurofans, sino en datos objetivos “que hablan bien de la canción”, como “las escuchas en Spotify, donde a diario Chanel se mete en el top 4 o top 5 de canciones de este año” o el impacto en redes, porque aunque “el fandom español empuja mucho, es evidente que es una de las canciones que está en cabeza”.
Laura Ortiz, directora de El Euroté, también apuesta por un “top 5, top 10”: “Pensaba que estábamos en la burbuja de Twitter, por el efecto de todas las reproducciones de las fancams, de que ponen cualquier cosa de Chanel en las cuentas oficiales de Eurovisión y tiene un montón de retuits, pero viendo el ensayo completo, de verdad que creo que sí que tenemos posibilidades reales de quedar en una buena posición y de llevarnos el mejor resultado de los últimos años”.
“Creo, objetivamente hablando, que sí podemos rozar el Micrófono de cristal”, recalca, aunque reconoce que hay otros países con “un pack” muy completo que podrían arrebatárnoslo. Si quedáramos entre los cinco o los diez primeros, eso no nos restaría mérito y, para ella, no se podría tachar de fracaso. “Sería también para ir a celebrarlo a la fuente de Cibeles”, afirma tajante.
Mesa también pone en valor ese trabajo bien hecho y recuerda que, “igual que otros años, al llegar España [a los ensayos para la final] se le han aparecido muchos fantasmas con la realización o con la iluminación”, en esta ocasión no ha ocurrido y no solo todo está bien atado, “sino que nos prometen sorpresas con una canción, con un artista y con un concepto cerrado”.
“Podemos soñar, creo que tenemos licencia para ello, pero no perdamos el foco. Después de cinco o seis años en los últimos puestos, un top 10 sería un magnífico resultado y también sería una razón para celebrar”, añade Mesa, que advierte también de que “puede haber un efecto parecido al de Rosa López”.
Como señala, “nos creemos todos tanto el Chanelazo” que si no gana “parece que hemos perdido”, cuando lo cierto es que “ganar Eurovisión es complicado” y “una lotería que depende de muchos factores”, como convencer a un jurado internacional y a un televoto.
Para Mesa, el top 10 es el “lugar natural de España por ser una de las televisiones más grandes de Europa, por ser miembro del Big Five y por la comunidad que lleva detrás” y debería ser “requisito mínimo” alcanzarlo. “Si lo conseguimos, será un éxito”, opina. Y si es un top 5, “genial”. Y si ganamos... ”¡Llevamos casi 50 años sin hacerlo!”.
Víctor Escudero ha notado en primera persona una buena señal de que “este año parece que la canción le gusta a todo el mundo”. Desde que ha llegado a Turín, desde miembros de otras delegaciones hasta voluntarios italianos, todo el mundo se le ha acercado para hablar de SloMo.
“No sé si luego la van a votar o no, o si simplemente les gusta para disfrutarla y bailarla, pero no es como otros años que a lo mejor ha pasado más desapercibido o tienes que ser tú el que presenta un poco la candidatura, aquí te viene la gente directamente y te habla de Chanel, de SloMo, se saben partes de la coreografía...”, cuenta. Aunque recuerda que en España la letra fue muy criticada —incluso RTVE tuvo que valorar si cambiarla, cosa que finalmente no hizo tras consultar al Observatorio de Igualdad—, es “muy accesible para un público internacional”.
Quiénes suenan como favoritos
Por pura geopolítica Ucrania, con Kalush Orchestra, suena como ganadora y el previsible éxito que tendrá en el televoto puede ponerle las cosas difíciles a Chanel. “Evidentemente, el factor de la invasión de Rusia puede tomar parte, pero lo cierto es que tiene una canción muy personal, muy tradicional, con un mensaje muy potente, saben vender su historia”, destaca Luis Mesa sobre su candidatura.
No será el único hueso duro de roer para España. Como apunta Mesa, el propio Big Five, los países que llevan el peso económico del Festival, “han vuelto fuertes por sus fueros”. En su opinión, Italia, el país anfitrión tras la victoria el año pasado de Måneskin, “plantará cara sin ningún tipo de duda” con Mahmood y Blanco. También lo hará Reino Unido con Sam Ryder, cuyo caso es parecido al de España, con “una televisión, la BBC, que ha estado remoloneando estos últimos años y que parecía que pasaba de puntillas por el festival” y que “se vuelve a meter este año en la pelea”.
A la lista de posibles favoritos, el periodista eurovisivo añade “Suecia, el gigante de Eurovisión”, único país que ha conseguido ganar dos veces en estos últimos años. Presenta a “Cornelia Jakobs con un tema muy personal, que da la sensación de estar muy arriba”.
La apuesta de Laura Ortiz de quiénes pugnarán por quedar entre los cinco primeros incluiría, además de por supuesto a España —“No puedes dejar de ver la actuación. Creo que eso es un punto a favor”, opina—, a Reino Unido, Noruega con sus misteriosos lobos amarillos, Suecia y Serbia con Konstrakta y sus lavados de manos.
Con Ay mamá o Terra, ¿tendríamos tantas papeletas?
Entra dentro de lo que Mesa llama “Eurovisión-ficción” preguntarse si estaríamos hablando sobre los primeros puestos en el caso de que en vez de Chanel hubieran ido a Eurovisión Rigoberta Bandini o Tanxugueiras, las otras favoritas del Benidorm Fest.
“Creo sinceramente que eran dos propuestas muy potentes, con muchísimo mensaje, pero quizá más difíciles de codificar para un público europeo. SloMo es una canción más movida, más de radiofórmula, que en tres minutos te va a impactar, sobre todo por ese dance-break”, defiende. En cualquier caso, para él, Ay mamá y Terra “habría que haberlas vendido un poco más”, pero no duda de que “hubiesen sido canciones que hubieran pugnado por el top 10 sin duda”.
Víctor Escudero, que fue al Benidorm Fest sin una favorita clara —le gustaban las tres propuestas, además de las de Rayden y Varry Brava—, se quedó impresionado con Chanel en “el primer ensayo de la primera semifinal”. “Cuando vi el ensayo de SloMo, elegí una claramente. Me pareció que era algo que podía gustar mucho”. Entre sus virtudes destaca que sea un “hitazo” latino y el “efecto wow” que provoca en la gente.
Del primer ensayo en Turín también recuerda que aunque eran “poquitos” y a puerta cerrada, todos “fueron corriendo a verla”: “Y el único español soy yo, ¿eh? Luego venían todos a decirme ’¡qué bien, qué bien, genial, madre mía!”. Por eso duda de si con Bandini o con Tanxugueiras hubiéramos tenido el mismo efecto: “Yo desde luego hubiera estado contento también con las otras candidaturas y a lo mejor trabajando un poco las puestas en escena, que quizá fue lo que les falló más en el Benidorm Fest, podían haber sido canciones también muy dignas”.
“Nunca lo sabremos”, recalca Ortiz, porque tanto la catalana como las gallegas quizá hubieran variado esa puesta en escena y llevado “otra cosa completamente distinta”. La de Chanel, en cambio no ha variado demasiado. “Ha fusionado el concepto del videoclip y el Benidorm Fest, ha cambiado los fondos, que creo que era lo principal que tenía que cambiar y lleva un pack impoluto”. “Estoy siendo completamente honesta y dejando aparte mi lado eurofan”, defiende.
Escenarios hipotéticos aparte, “no se confundan, señora’ y señore”, como dice SloMo. La que se subirá al real del Pala Alpitour de Turín en unas horas será Chanel. “Solo existe una, no hay imitacione’. Y si aún no me creen pue’ me toca mostrárselo”, canta la artista que, quede en el puesto que quede, de lo que no hay duda es de que lo dará todo.