Prolongar la juventud: un reto cada vez más factible
La medicina anti-edad será pronto una realidad. Pronto podríamos encontrarnos con la primera generación de octogenarios con aspecto más juvenil.
¿Cuántos años quieres vivir? Difícil de contestar. Muchos querrían ser inmortales, otros quieren vivir “lo justo”. En lo que todos coincidimos es en que vivir mucho tienen que venir acompañado de estar en forma, sin achaques, dolores, ni con la cabeza en otra parte. “Que me quede al menos como estoy, me dice mi madre”.
Los hallazgos científicos apuntan a que será relativamente factible vivir hasta los 120-140 años. Sin embargo, prolongar la vida no asegura que algunos órganos esenciales como es el cerebro sigan en plena forma. ¿Cómo podemos mantener una buena cabeza con el envejecimiento?
La gerociencia y los senolíticos
La gerociencia es la ciencia del envejecimiento. Es una rama en pleno auge, teniendo en cuenta el progresivo aumento de la esperanza de vida. Como ejemplo, se calcula que las españolas serán pronto las más longevas del mundo con una esperanza de vida de casi 86 años. Una muestra del auge que está adquiriendo esta investigación es la reciente celebración en España del primer congreso europeo de gerociencia de ámbito internacional.
Por su parte, los senolíticos también están atrayendo a jóvenes y menos jóvenes. Se trata de sustancias de índole variada que prometen retrasar o incluso revertir el proceso de envejecimiento. Pero ¡cuidado! detrás de este creciente interés hay también una motivación lucrativa que en muchas ocasiones carece de resultados reales. Los “antiageing” no son eficaces en muchas ocasiones.
¿Te imaginas si hubiera en el mercado una píldora que te hiciera retroceder fisiológicamente en el tiempo? ¿Un remedio que te recuperara la pérdida de memoria, aliviara la artritis, la fragilidad muscular y otros muchos achaques de la edad? La medicina anti-edad será pronto una realidad. Los primeros ensayos clínicos en curso apuntan a que podríamos encontrarnos con la primera generación de octogenarios con aspecto más juvenil.
Mientras tanto, lo más factible actualmente es conseguir mejorar la calidad de vida de los mayores reduciendo el riesgo de dolores y enfermedades. El abordaje abarca muchos y variados frentes de actuación, desde la eliminación de células zombies (células inservibles que circulan por el organismo), reducción del metabolismo basal o los reparadores genéticos que ya se han comentado en otro artículo anterior.
Remedios caseros para la longevidad
En ausencia por ahora de pastillas mágicas de la eterna juventud, las recomendaciones tradicionales de nuestras abuelas siguen siendo las pautas de vida más aconsejables: Dormir bien, comer poco, evitar el estrés, estar activos y ser sociables. En palabras sencillas de mi abuela: “Mucha pata, buena cama y poco plato”.
Los ensayos en ratones de experimentación han demostrado que aquellos que siguen dietas hipocalóricas viven entre 30-50% más que los que tienen acceso libre y permanente a la comida. En nuestra especie, los estudios clínicos demuestran que el ayuno en días alternos durante 3 semanas es eficaz para aumentar la longevidad. Efectos similares se observan en dietas de 500 kcal 2 días a la semana. Los efectos observables son la reducción de la inflamación, la mejora de la sensibilidad a la insulina y la bajada de la presión arterial. Sin embargo, esta práctica es peligrosa para personas con diabetes, síndrome metabólico, debilidad y en los mayores. ¡No lo hagan por su cuenta sin supervisión médica!
Otra pauta nutricional recomendable es reducir el consumo de proteína animal al mínimo, la carne roja en particular. Por el contrario, se debe aumentar el consumo de verduras y los alimentos ricos en fibra. Se ha demostrado que la dieta mediterránea rica en fibra y baja en carnes ayuda a prolongar la vida saludable, en particular para el cerebro.
La actividad física es otro estandarte de la vida prolongada. Huir del sedentarismo no solamente contribuye a potenciar el músculo, el corazón y el cerebro sino que además mejora el estado de la microbiota intestinal, es decir, el ingente número de microorganismos que viven en el intestino. Este equilibrio contribuye a mantener un sistema inmune fuerte y una cabeza más saludable.
Intestino equilibrado para la longevidad
La salud de la microbiota intestinal es uno de los estandartes actuales para prevenir las enfermedades neurodegenerativas asociadas a la edad, como el alzhéimer y el párkinson. Esta segunda enfermedad cada vez se correlaciona con más credibilidad a desequilibrios del intestino.
Por otra parte, un nuevo estudio en un modelo de ratones con progeria (envejecimiento acelerado) ha descubierto que estos animales presentaban alteraciones en algunos de los niveles de microorganismos del intestino. Lo más interesante es que en personas con progeria también se observaba un desequilibrio en la flora intestinal similar, mientras que en personas muy longevas ocurría lo contrario. Estos datos tan interesantes indican que los desniveles de las bacterias del intestino también tienen su protagonismo en el envejecimiento.
Las técnicas de estimulación contribuyen a rejuvenecer el cerebro
El cerebro no envejece como el resto del cuerpo. El cerebro al envejecer suele perder algo de peso, parte de su red vascular, conexiones entre neuronas y aumentar los residuos celulares que lo deterioran.
Sin embargo, hay varias evidencias que demuestran que seguimos generando nuevas neuronas incluso con 90 años. Ello no quiere decir que puedas regenerar todas las neuronas del cerebro, pero abre expectativas respecto a poder estimular la regeneración neuronal. Como anécdota, se calcula que el cerebro de las mujeres envejece algo más lentamente, suele ser unos 4 años más joven cuando se compara con el cerebro de hombres de la misma edad.
Algunas estrategias cada vez más extendidas para mejorar la memoria de las personas con la edad se basa en estimular las células mediante pulsos eléctricos para sincronizarlas. En particular, un ensayo efectuado en personas mayores estimuló las células durante 25 minutos por impulsos eléctricos en zonas del cerebro para mejorar la memoria de trabajo (la que nos permite por ejemplo hacer cálculos matemáticos). Tras este tratamiento, las personas mayores efectuaban tareas de la memoria en el corto plazo de manera similar a un grupo de jóvenes voluntarios en el estudio. El único inconveniente es que transcurrido un cierto tiempo, los mayores volvieron a su memoria más reducida de antaño. Sin embargo, un aspecto esperanzador del estudio es que ha demostrado que la capacidad memorística se puede recuperar, aunque sea momentáneamente.
Por otra parte, la generación de dispositivos para recuperar vista, oído o movilidad están empezando a probarse en personas con estas deficiencias. La estimulación eléctrica en la columna vertebral se está empezando a utilizar para rejuvenecer circuitos deteriorados en pacientes con dificultades motoras por lesiones en la columna. Otros abordajes de intervención y estimulación neuronal se están efectuando en personas que han perdido vista u oído.
Con todo ello, se puede llegar a la conclusión de que para rejuvenecer el cerebro se deben combinar pautas de vida adecuadas, apoyadas por farmacología senolítica y una nueva generación de estimuladores cognitivos y sensoriales.
Para saber más, visita mi blog: www.raquelmarin.net
Dale vida a tu cerebro. ¡En tercera edición!