Seis problemas anales que no deberías ocultarle a tu médico
Aunque muchas veces son síntomas sin mayor importancia, también pueden ser indicativos de problemas como el cáncer.
A veces la gente cuenta sus problemas con más detalles de los que te gustaría saber. Sin embargo, en lo que respecta a la salud anal, muchos prefieren mantenerlos en secreto. Por suerte, las cosas están cambiando poco a poco y los médicos empiezan a notar que más gente se atreve a contarles este tipo de cuestiones.
La doctora Rachel Ward asegura que sus pacientes se sienten cada vez menos incómodos al hablar de sus problemas anales de tránsito intestinal, pero todavía queda mucho por hacer.
“Los profesionales de la medicina nos hemos esforzado en explicarles a nuestros pacientes que sangrar por el ano puede ser un problema grave que tenemos que revisar por si acaso”, comenta.
“Todos los días estudiamos distintas partes del cuerpo de nuestros pacientes y nos parece lo mismo examinar una mano, una rodilla o un ano. Hacemos todos estos exámenes con respeto y consentimiento”.
Hay toda una serie de problemas que pueden afectar a esta zona tan pequeña del cuerpo. Los síntomas más frecuentes son hemorragias, picores, dolores, bultos y secreciones. Aunque muchas veces pueden deberse a problemas sin mayor importancia, también pueden ser indicativos de problemas tan graves como el cáncer.
Estos son los seis problemas más frecuentes con los que se encuentra la doctora Ward en su consulta y cómo se tratan:
Las hemorroides (popularmente conocidas como almorranas) son el problema más frecuente en esta parte del cuerpo. Son “venas hinchadas en el ano que pueden provocar hemorragias, picor e incomodidad”, enumera Ward.
Si notas que tienes bultos molestos en el ano o alrededor, posiblemente sean hemorroides. Otros síntomas son hemorragias después de defecar, picores, sensación de no haberte vaciado y mucosa en las heces.
En algunos casos, el médico te podrá diagnosticar por teléfono. En otras ocasiones, te tendrá que ver en persona. Sea como sea, no es nada que un médico no haya visto ya cientos de veces.
“A menudo, las hemorroides se pueden tratar con supositorios y cremas”, explica Ward, “pero a veces es necesaria una pequeña intervención quirúrgica”.
Una fisura anal es una ruptura de la piel del ano que provoca sangrado y dolor, sobre todo al hacer de vientre. Si te sucede, es posible que notes un dolor agudo al empujar y una quemazón durante minutos u horas. En estos casos, al limpiarte es habitual encontrar sangre en el papel.
Los síntomas son tan específicos que suele ser un diagnóstico sencillo sin necesidad de bajarte los pantalones, pero a veces es necesario asegurarse. Si se da el caso, lo único que hará el médico es ponerse un guante y meter un dedo para revisar si hay cortes.
“Una forma de tratarlo es conseguir que las heces sean más blandas (incluso si es necesario tomar laxante) y aplicar cremas especiales en la herida”, explica Ward. “Si no se cura con el método conservador, puede ser necesaria una cirugía”.
Quienes sufren fisuras anales deberían modificar ciertos aspectos de su dieta para reblandecer las heces, ya que muchas veces estas fisuras se producen por estreñimiento con heces duras. Si es tu caso, come más fibra, bebe más líquidos y haz ejercicio con regularidad.
Al igual que puedes sufrir problemas cutáneos en la cara, los brazos, las piernas o el tronco, también te pueden aparecer en el ano o alrededor, lo que provoca picores, sequedad y otras molestias.
“Hay una enfermedad llamada liquen escleroso que provoca parches blancos que pican y escuecen. También puede aparecer en el pene y la vulva”, expone Ward.
Esta enfermedad afecta a personas de todas las edades, ya sean niños o ancianos, pero tienden a sufrirla más a menudo las mujeres de más de 50. Por desgracia, no tiene cura, pero se puede tratar con cremas esteroides. Las personas con este problema cutáneo suelen utilizar emolientes para sustituir el jabón corriente, se aplican una crema de forma regular en las zonas afectadas, llevan ropa interior de algodón y utilizan lubricante si les duele durante el sexo.
“El aspecto es muy característico, pero el diagnóstico se confirma con una biopsia de piel”, explica Ward. “El liquen escleroso también aumenta el riesgo de padecer cáncer de vulva o de pene, de modo que requiere revisiones anuales”.
También pueden aparecer aftas alrededor del ano, que provocan picor, escozor, enrojecimiento o incluso fisuras. Se pueden tratar con cremas de farmacia, pero hay que tener en cuenta que esas cremas pueden debilitar el látex de los preservativos y los diafragmas.
Este problema suele desaparecer por sí solo, pero si ves que es reincidente, ve al médico, porque puede ser síntoma de una enfermedad subyacente, como la diabetes.
Otra causa de picores anales, sobre todo por la noche, es la proliferación de lombrices. Su aspecto suele ser blanco y se pueden detectar en las heces.
Este problema puede extenderse a todos los miembros del hogar, de modo que si piensas que has visto una en tus heces, la doctora Ward recomienda acudir a la farmacia.
“Para minimizar la expansión de estas lombrices, hay que lavarse las manos con jabón y lavar con agua caliente y jabón las sábanas y toallas”, explica Ward.
Esta enfermedad puede ser difícil de diagnosticar porque comparte síntomas con muchos otros problemas anales de menor importancia: picor, hemorragias, molestias, incontinencia, secreciones...
Si tienes alguno de estos síntomas y no desaparece con el tiempo, ve al médico para que te haga pruebas específicas. “Los problemas anales siempre deberías hablarlos con tu médico para que pueda estudiarlos y hacer un seguimiento si sospecha que puede ser cáncer”, advierte Ward.
El principal tratamiento contra este tipo de cáncer es una combinación de radioterapia y quimioterapia, pero algunos pacientes solo reciben de un tipo y otros requieren cirugía. Aunque sigue siendo una enfermedad bastante infrecuente, la incidencia ha crecido en las últimas décadas, sobre todo entre mujeres.
Al igual que otras relaciones, el sexo anal sin protección puede provocar infecciones de transmisión sexual.
Clamidia, gonorrea, VIH, sífilis, herpes, hepatitis B, verrugas... Todas estas enfermedades se pueden transmitir a través del sexo anal. “Estas infecciones quizás no causen muchos síntomas al principio, ni secreciones ni cambios en la piel. Por eso es tan importante practicar sexo seguro y hacerse pruebas de ITS”, señala Ward.
Si tienes alguna de estas infecciones, es probable que sientas molestias o menos placer durante el sexo.
Si te tienes que medicar por alguna de estas infecciones, consulta con el médico si puedes seguir practicando sexo anal durante el tratamiento. “Y si te deja, utiliza lubricante no irritante y preservativo para proteger el ano”.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.