Todas las caras que han convertido al príncipe Louis en el rey del Jubileo
El pequeño de los duques de Cambridge ha logrado robarle protagonismo a su bisabuela, Isabel II.
El Jubileo de Platino de la reina Isabel II ha sido histórico, probablemente ningún otro monarca británico pueda volver a celebrar en al menos dos generaciones más 70 años en el trono.
A pesar de los problemas de movilidad de la monarca, el país y la familia real han celebrado el aniversario por todo lo alto con cantidad de actos y desfiles: por ejemplo, la carrera de caballos de Epsom Derby —de la que se ausentó Isabel II—, la misa de Acción de Gracias que trajo de nuevo a un acto a Meghan Markle y el príncipe Harry o el desfile final en el que contó con su propio holograma.
Tras este último y haberse ausentado de la misa y la carrera en el hipódromo, la reina hizo una aparición sorpresa en el balcón junto al príncipe Carlos, Camila, el príncipe Guillermo, Kate y los príncipes George, Charlotte y Louis.
Aunque todos ellos han tenido gran protagonismo durante todos los actos, si ha habido uno que ha logrado acaparar todas las miradas de los actos conmemorativos a Isabel II ese ha sido el hijo menor de Guillermo y Kate.
El príncipe Louis, de cuatro años, empezó a centrar todos los ojos en él con sus caras durante el desfile Trooping The Colour del pasado jueves, cuando dio lugar a numerosos memes y bromas al taparse los oídos con el paso de los aviones de las fuerzas armadas que formaron en el cielo un 70 para felicitar a la monarca.
Sus caras de tedio y de no aguantar el ruido llamaron la atención entonces de su madre, quien trataba de calmarle con la mirada mientras todos observaban el espectáculo.
Este domingo, el pequeño de cuatro años volvió a ganarse al público durante el desfile de clausura de los actos del Jubileo con expresiones que iban desde la euforia, al cansancio pasando por la sorpresa y el enfado.
El hijo menor de los duques de Cambridge empezó queriendo bailar al son de las orquestas del desfile, pero su cara de cansancio empezaba delatándole.
Su madre trató de animarle mientras este estaba literalmente desesperado...
La emoción llegó, no se sabe qué estaba viendo, pero lo suficiente como para animarle tras cualquier enfado.
La emoción de Louis fue subiendo hasta el punto de animarse a bailar desenfadado desde la grada.
Tanto gasto de energía hizo que volvieran a surgir ciertos conflictos, esta vez con burla incluida.
Eso sí, no hay enfado sin reconciliación amorosa, y si no que se lo digan a su madre y a su abuelo, el príncipe Carlos.
Al acabar el desfile la familia real posó en el balcón del palacio de Buckingham, aunque a juzgar por la cara de Louis, había quienes tenían más ganas que otros de estar allí.