Leonor, 15 años de hermetismo
De Felipe VI con su edad se sabía casi todo. De la princesa de Asturias, casi nada más allá de que su educación pasa por las manos de la reina Letizia.
Los herméticos 15 años recién cumplidos de la princesa Leonor centran los titulares de este sábado 31 de octubre. Muy poco se sabe, y todo muy institucional, de la hija mayor de los reyes Felipe VI y Letizia. Lo escribía la periodista Pilar Eyre con cierta ironía este miércoles en su columna en Lecturas: La princesa Leonor cumple 15 años y no sabemos casi nada de ella.
No le falta razón. Más aún si se viaja al 30 de enero de 1983, fecha en que su padre cumplió 15 años. Ese día el periódico ABC publicó una entrevista exclusiva de la periodista Pilar Urbano con el hoy rey de España.
“Un par de fotos al año en la puerta de la escuela, los premios [Princesa de Asturias y Princesa de Girona] y alguna frase suelta en verano. ¡Qué diferencia de su padre! Asistíamos a sus fiestas de aniversario y de fin de curso, a sus excursiones... Sabíamos que pasaba la edad del pavo, tenía malas notas y debían ponerle profesores particulares”, escribe la periodista en el último número de la revista del corazón.
Hasta el propio príncipe contó ese mismo año a Pedro J. Ramírez en otra entrevista que tenía que conocer a las princesas “de las casas las casas reinantes europeas” y relacionarse con ellas antes de hablar de novias. A Leonor la revista argentina Caras le adjudicó un novio (anónimo) en verano, y ahora la prensa española apunta que no podría casarse con Christian de Dinamarca. Ella, al contrario que su padre, no dice nada.
La que sí dicen que se manifestó es la reina Letizia, que según la revista argentina puso el grito en el cielo al saber que su hija salía con un compañero de clase. Sea cierto o no, sí se sabe (y se ve en cualquier aparición pública) que la reina vigila de cerca a sus hijas. Se preocupa mucho por su educación y le obsesiona especialmente que hablen inglés.
“La madre tiene a Leonor y a Sofía muy controladas, la prueba está en lo que ocurrió este verano cuando una niña le preguntó qué quería ser de mayor y Letizia respondió por ella”, afirma el experto en Casa Real Jaime Peñafiel. “No les deja que se desarrollen con naturalidad”, continúa el periodista, que pone otro ejemplo del control materno: “Antes de hablarse entre ellas en un evento público miran a su madre en busca de aprobación”.
La imagen que proyecta la princesa es de una niña tímida y seria, pero quienes han coincidido con ella señalan que es muy distinta en las distancias cortas. “Es menos seria de lo que se ve en la tele. Es muy sonriente y superdulce, la palabra es esa: dulce”, explica a El HuffPost la fotógrafa Estela de Castro, autora de las últimas fotos oficiales de la familia real, quien, como Peñafiel, destaca la buena sintonía con su hermana.
Esa timidez también la señalaban los fotógrafos que trataron a su padre cuando era niño. “Llegaron a pensar que era hosco”, señaló El País en un artículo publicado el 30 de enero de 1983. “En realidad es todo lo contrario, dicen los que le conocen de cerca, y citan sus buenas relaciones colegiales para explicar que es competitivo y bienhumorado, amante del trabajo en grupo y feliz jugando con quienes le rodean”, decía el texto. Algo parecido se escribe hoy de Leonor. “Concienzuda, rigurosa y muy sonriente”, según señalan fuentes de Zarzuela. De ahí las brillantes notas que suele obtener.
En el artículo de El País se señalaba que Felipe de Borbón sabía bien que iba a ser el rey. Ocurre lo mismo con Leonor, como recuerda Jaime Peñafiel. “No me gustó que su padre le otorgase el Toisón de Oro con 13 años porque la deforma totalmente. Dicen que cuando llegó al colegio al día siguiente le dijo a sus compañeros: ’Me tenéis que hacer la reverencia”, cuenta el periodista.
Es uno de los pocos aspectos negativos que se han señalado de la heredera. “Tampoco tiene biografía”, insiste Peñafiel, partidario de que se le deje crecer libremente y no se le exponga tanto. Desde el 12 de octubre de 2018 se coloca a la derecha del rey en el desfile militar del Día de la Hispanidad demostrando el avance de sus funciones institucionales. Ese año fue su primera vez en los Princesa de Asturias y al siguiente, su primer discurso.
“Bastante presión tiene ya de su madre. Las está haciendo a su imagen”, dice sobre la reina, que viste a sus hijas siguiendo sus patrones de estilo y de la que aplaude que ha enseñado dicción a la familia real. Se nota al escuchar a la princesa hablar en público.
De vuelta al colegio, poco más se sabe de su educación (ahora semipresencial por la crisis del coronavirus) en el Santa María de los Rosales, el mismo centro privado en el que estudió su padre y que cuesta a los reyes 14.000 euros al año (7.000 por hija). Leonor ha elegido la rama de ciencias, como hizo Felipe VI cuando estudiaba BUP, y su presencia en el centro llena el patio de guardaespaldas, según cuentan exprofesores a El HuffPost.
Leonor, menos aficionada al deporte que la infanta Sofía, asiste en el colegio a clases de ballet, disciplina de la que es aficionada. “Cuando vinieron a ver el espectáculo de danza española estuvieron superatentas en todo momento. Estaban muy metidas”, cuenta Antonio Najarro, exdirector del Ballet Nacional de España, que estuvo junto a la reina y sus hijas en el patio de butacas. “Son grandes amantes de las artes escénicas y danza y se les nota”, explica.
La revista ¡Hola! ha publicado varias exclusivas de la madre y las hijas en el Teatro Real. Citas en las que, tanto ella como su hermana Sofía, muestran un estilo más acorde a su edad, menos naif que el que suelen lucir en actos oficiales.
De los gustos culturales de la princesa se ha escrito mucho. La revista Tiempo publicó en 2017 que su cineasta favorito era Akira Kurosawa y que sus escritores favoritos eran Robert Louis Stevenson y Lewis Carroll. Un año después, en 2018, su madre rebajó el nivel al asegurar en la entrega de premios de SM que sus hijas, de 13 y 11 años, habían devorado las obras ganadoras: La niña invisible, del escritor David Peña Toribio, y Biografía de un cuerpo, de la escritora Mónica Rodríguez.
Puestos a comparar, en 1983 se escribía que al príncipe Felipe le gustaban “las novelas de Emilio Salgari” que llenaban “su inquietud intelectual”. También era aficionado a la música, “una devoción en la que ha sido introducido por la melómana reina de España, su madre” y que parece ha trasmitido a su hija. Leonor, según se ha publicado, toca el violonchelo.
A todo esto hay que sumar su formación en idiomas. Además del inglés, habla las cuatro lenguas cooficiales de España —catalán el gallego, el euskera y el valenciano— y tiene nociones de otros tres idiomas: francés, árabe y chino. Sólo se le ha escuchado hablar públicamente en catalán.
Se sabe también que tiene una perra, Sara, un labrador marrón que le regalaron sus padres por su comunión en 2015.
El resto de lo que rodea a Leonor es un misterio. Quizás tenga novio, como señalaba la revista argentina, o sea seguidora de La isla de las tentaciones, como se publicó en febrero, pero esos son asuntos de palacio.