El plan del Gobierno para sacar los presupuestos... y asegurarse la legislatura
Moncloa trabaja para llevar las cuentas públicas al Congreso "en tiempo y forma" y buscando apoyos a los dos lados.
“En tiempo y en forma”. Esta es la señal que emite Moncloa estas horas sobre los próximos presupuestos generales del Estado. Se trata de la ley clave para aguantar el resto de legislatura y están decididos a sacarla después del verano, trabajando ya para ganarse los apoyos necesarios. Y mira para todos lados, del PP a Cs pasando por ERC.
La idea del Gobierno es que ese proyecto de presupuestos para 2021 lleguen al Congreso a finales de septiembre. “Queremos todos los apoyos”, indican fuentes gubernamentales sobre la artimética parlamentaria para sacar las cuentas públicas, las actuales son todavía las que firmó Cristóbal Montoro (PP) antes de la moción de censura.
Falta todavía el verano, pero el Gobierno lanza ya la idea de que va en serio con estos presupuestos, a los que llama de “reconstrucción”. Unas cuentas que, por ahora, solo cuentan con el apoyo de los socios de coalición, pero a las que esperan atraer al mayor número de votos posibles.
De hecho, Moncloa sigue insistiendo en que se sume al futuro acuerdo el Partido Popular. “Si no es ahora, ¿cuándo?”, se preguntan en el círculo más cercano de Pedro Sánchez. Los presupuestos centrarán principalmente la actividad del Gobierno durante el mes de agosto y principios de septiembre para terminar de elaborarlos y buscar el apoyo necesario.
Antes se debe desarrollar el elemento clave: la negociación del fondo europeo y el reparto entre los Estados miembros. Pedro Sánchez y su equipo están poniendo toda la carne en el asador durante estas semanas clave, en las que España también compite por colocar a Nadia Calviño al frente del Eurogrupo. El país podría llegar a recibir hasta 140.000 millones de este mecanismo, vital para el futuro económico.
Las llamadas del Ejecutivo a la unidad van destinadas a todos los partidos para las propuestas de la Comisión de Reconstrucción, pero abarcan ya también públicamente y en privado a los presupuestos. ¿Con quién los sacará? El Gobierno no se limita sólo a sus socios de investidura, con la izquierda, nacionalistas e independentistas. La conexión estrenada en los últimos decretos del estado de alarma con Cs y con PNV sigue gustando en Moncloa y el Ejecutivo explora esa posibilidad con mimo. A los ‘naranjas’ les han recibido con todos los honores casi de cumbre hace unas semanas y los de Inés Arrimadas siguen dispuestos a escuchar, siempre que luego puedan rentabilizar con medidas ese acercamiento a Sánchez.
En el otro lado está Esquerra, que pone una condición para hablar de los presupuestos: que se convoque la Mesa de Diálogo con la Generalitat, uno de los puntos del pacto de investidura. El Gobierno prefiere esperar a que pasen las elecciones vascas y gallegas del próximo 12-J, que siempre vuelven más arisco el panorama político, y mira a la segunda quincena para esa ‘cumbre’. Pero desde el Ejecutivo recuerdan que también debe querer la otra parte, que está capitaneada por Quim Torra (Junts). Dentro del propio independentismo las relaciones cada día son más difíciles entre Junts y ERC.
Todo ello con la vista puesta en que Torra dijo que convocaría elecciones y preveía que fueran para octubre. La fecha todavía no está fijada. A ERC le resultaría muy complicado dar su apoyo a los presupuestos en mitad de una campaña electoral y con Junts acusándoles por ello de venderse al Gobierno de Madrid. Las relaciones entre Esquerra y La Moncloa tampoco están en su mejor momento y ya se visualizó la distancia durante algunos de los decretos del estado de alarma, en los que los de Oriol Junqueras votaron en contra.
“¡Basta ya de excusas!”, clamaba entre martes el vicepresidente catalán, Pere Aragonès (ERC), pidiendo la reunión de la Mesa de Diálogo. El Ejecutivo, en cambio, no tiene tanta prisa y tiene en mente que no piensa esperar a que se celebren las catalanas para presentar sus presupuestos: “En tiempo y forma”, dicen en Moncloa. Nada de retrasarlos por las urnas en Cataluña.
La vinculación de Mesa y Presupuestos la ha dejado caer también Aragonès: “Cuando se llega a un acuerdo y te proponen otro, es importante que el primero se haya cumplido”. “Si el primero no se ha cumplido, hay muchos avisos de que el segundo no sea fiable”, alertaba en una entrevista en Los Desayunos de TVE.
Por eso, el Gobierno mira a todos lados. Las llamadas en público al PP son constantes para que apoyen las cuentas ante una situación tan dura económicamente. Pero los populares endurecen cada día un posible apoyo a esas cuentas y desde el Gobierno se pide que no “pongan líneas rojas”. Una de las marcadas por el PP: no subir los impuestos. Desde Moncloa, María Jesús Montero ha respondido que los populares ahora exigen lo que no hicieron cuando estuvieron gobernando con Mariano Rajoy.
Los ‘populares’ también lamentan que desde el Gobierno Pedro Sánchez no descuelga el teléfono para hablar con Pablo Casado desde hace dos meses. Un gesto que creen que ayudaría. Pero si una cosa tiene clara el PP, es que no piensa respaldar unas cuentas que lleven la impronta de Unidas Podemos. Iría contra su imagen, su ideario y daría mucho margen a Vox para convertirse en líder in pectore de una oposición volcada en postulados extremos.
Si se llegan a acuerdos, será primero en la parte sanitaria, según confiesan fuentes del Gobierno, al entender que hay postulados que comparten casi todos los partidos políticos, empezando por el PP. Desde Unidas Podemos se sigue defendiendo rearmar la mayoría de la investidura, pero no se cierran a los acuerdos con Cs en las cuentas públicas. De hecho, los ‘naranjas’ han rebajado sus medidas fiscales en las propuestas de la comisión de reconstrucción y los de UP han cedido a no incluir el impuesto a los ricos en esos documentos que ahora estudia el Congreso.
¿Puede llegar a suponer esto una ruptura dentro de la coalición de Gobierno por los presupuestos y los apoyos? Tanto la parte socialista como la de UP rechazan ese escenario negro y sostienen que el Ejecutivo ha soportado ese test de estrés que ha supuesto gestionar la pandemia. Además, la relación entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias sigue siendo muy buena. Los dos coinciden en que hay que sacar adelante esos presupuestos… que asegurarían casi la legislatura hasta su final.