Los Premios Ortega y Gasset reconocen un periodismo "más vivo que nunca"
"El buen periodismo es el mejor antídoto contra la polarización”, ha destacado Pepa Bueno, directora de 'El País'.
Los galardonados este año con los Premios Ortega y Gasset de Periodismo que concede El País demuestran que, frente a los mensajes “apocalípticos” sobre el presente y el futuro del periodismo, este está “más vivo que nunca y sigue siendo tan necesario como siempre”.
Así lo ha señalado la directora de El País, Pepa Bueno, durante la ceremonia de entrega de los galardones de la trigésima novena edición, que por primera vez en su historia han salido de Madrid para celebrarse en el Palacio de Comunicaciones de Valencia, donde se ha recuperado el formato presencial tras dos años de ausencia por la pandemia.
Periodismo y polarización
La directora de El País ha reivindicado que “el buen periodismo es el mejor antídoto contra la polarización” y ha destacado el trabajo de los premiados, de distintos medios y países, quienes han decidido “buscar la verdad, contrastar y contar, caiga quien caiga”, ejerciendo un periodismo “valiente y apasionado”.
Ha destacado, frente a los nombres propios del periodismo, el trabajo de las redacciones, a las que se ha referido como “incubadoras de conocimiento, de exigencia y de afecto”, las cuales, pese a que los avatares de sus empresas “cimbrean como a un junco”, siguen “en pie”.
El president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ha manifestado que los premiados han “sacado a la luz injusticias ocultas” y ha considerado que en estos tiempos de populismo, polarización y postverdad solo cabe “el mejor periodismo”, el de conocer, confirmar, comprender y contar, “el único periodismos posible”.
Los premiados
El premio a la mejor historia o investigación periodística ha sido para el equipo de El País que ha investigado la pederastia en la Iglesia española, un trabajo del que se ha destacado que ha tenido un “efecto real” en la vida de las personas y en el que la ciudadanía les ha contado más de mil casos de abusos.
En nombre de los premiados, Íñigo Domínguez ha revelado que este trabajo ha sido “como un descenso a los infiernos, tocar el mal con las manos e ir allí a sacar gente”; ha considerado que “lo increíble” de esta historia es que “muchas personas en muchos sitios querían que se supiera y no había manera, nadie les escuchaba”, y ha defendido la necesidad de redacciones “potentes y fuertes”.
El galardón a la mejor fotografía ha sido para la fotógrafa de la Agencia EFE en México Sáshenka Gutiérrez por su reportaje Jódete cáncer, una imagen que transmite la intimidad cruda de las mujeres que han sufrido una mastectomía bilateral pero también esperanza.
La fotógrafa ha recordado a los periodistas que han perdido la vida por defender la libertad de expresión, pues en los últimos 15 años a 154 compañeros de profesión les han arrebatado la vida y 14 han desaparecido en México, por lo que ha pedido que su país deje de ser de los más violentos para el periodismo y acabe la “impunidad”.
El premio a la mejor cobertura multimedia ha sido para el portal nicaragüense Divergentes por un trabajo sobre la represión en su país, que ha sido recogido por los periodistas Wilfredo Miranda y Carlos Herrera, quienes han pedido que sirva para visibilizar las violaciones de derechos humanos en Nicaragua y lo han dedicado a las víctimas.
El momento más emotivo de la ceremonia ha sido la entrega del premio a la trayectoria profesional, concedido a título póstumo a David Beriain y Roberto Fraile, asesinados en Burkina Faso el año pasado, y que han recogido la viuda del primero y el hijo del segundo.
Sus familiares han mostrado el deseo de que sus muertes sirvan para que se valore el periodismo “en mayúsculas” y que su pasión inspire a las nuevas generaciones de periodistas, al tiempo que han alertado de que solo en lo que va de año han sido asesinados 26 periodistas.