Tensión en el PP de Madrid: “Ayuso se ha precipitado”
Casado ha lanzado a la carrera a Almeida y los nervios se expanden de cara al congreso del año que viene.
El PP de Madrid es un hervidero. Nervios, conversaciones, interpretaciones, mensajes, sorpresas, enfados, especulaciones. Y todo por el próximo congreso para elegir a su líder. Isabel Díaz Ayuso ya ha hecho saber que se quiere presentar, pero ha caído como un jarro de agua fría que Pablo Casado haya evitado posicionarse a su lado y haya lanzado incluso a la carrera al alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida.
“Isabel se ha precipitado”, así de tajante lo resume a El HuffPost un miembro de la actual dirección del PP de Madrid, en manos de Pío García-Escudero y Ana Camíns desde que dimitiera Cristina Cifuentes por el caso Máster. En Génova 13, mientras tanto, emiten la señal de que ahora no toca hablar del tema y que hay que esperar a ese cónclave, en el primer semestre del año que viene.
Ayuso arrasó en las pasadas elecciones del 4-M y se convirtió ipso facto en el mirlo blanco del Partido Popular (con un Casado que no termina de cuajar). Con la Puerta del Sol ya en sus manos, le falta todavía la primera planta de Génova, donde está el principal despacho del PP de Madrid. Pues esta guerra dentro de su partido parece ahora más difícil que la de las urnas.
La jefa del Ejecutivo de Madrid tiene claro que quiere coger las riendas del PP de Madrid y en su entorno, además, hacen ver una anomalía: es la única presidenta autonómica popular que no es a la vez la líder del partido territorialmente. Y ya se ha dejado de especular haciendo saber que se va a presentar a ese próximo congreso. Parecía que el camino estaba libre, pero ha sorprendido el movimiento de Almeida, que siempre había abogado por una tercera vía y ahora ni se descarta. Dice que hablará cuando toque.
Los dos estaban sentados juntos en el desayuno informativo de este martes en el lujoso hotel Four Seasons de Madrid. Llegó una pregunta director para Casado en el atril: ¿Por quién votará en el congreso de Madrid? El líder nacional sorprendía a propios y extraños con estas palabras: “Tendrán que decidir los militantes de Madrid. Tenemos a dos militantes que saben que van a tener mucho peso en esa decisión, peso en el que yo no voy a contar”. Miraba también, nervioso, la escena el secretario general, Teodoro García Egea, que siempre ha recelado de las intenciones del entorno de la presidenta, especialmente de Miguel Ángel Rodríguez.
Y eso que el propio García Egea durante una entrevista este verano parecía haber despejado la incógnita diciendo que él votaría por Ayuso. Pues ahora, a la casilla de salida. Son varios factores los que están detrás de este movimiento y, apuntan varias fuentes populares, que está detrás esa “prisa” y esa “presión” que parece ejercer la madrileña ya por el puesto.
Dentro del PP, recuerda un dirigente de los populares madrileños, existe la sensación de que Ayuso no está respetando los tiempos del partido, mientras que Almeida comprende mejor la organización. Hay que recordar que la presidenta lleva muchos años trabajando en el Partido Popular pero no en puestos estructurales.
Lo ilustra así un miembro de la dirección regional: “Ahora mismo, tanto el PP de Madrid como el nacional, estamos a otra cosa. Cuando se convoque el congreso, se verán los candidatos. Creo que Isabel se ha precipitado”. Otro miembro del PP de Madrid hace esta reflexión: “Ayuso levanta pasiones, pero Camíns tiene el partido engrasado, es más orgánica y de estructura”.
Por eso, resumen una fuente popular la sensación de que el lado más del partido está cobrando más fuerza ante el ayusismo. Esto no significa que no sea la favorita cuando se convoque el congreso y pueda arrasar, pero algunos en el partido piensan que debe ser más “paciente” y esperar el momento. Todo esto se nota ya incluso entre los diputados en la Asamblea de Madrid, que decidirán muchos en función a sus lealtades.
El factor tiempo es muy importante, pues ya sin elecciones autonómicas hasta dentro de dos años no hay una necesidad imperiosa por renovar esa dirección provisional que encabeza García-Escudero, pero que tiene en Camíns el referente del día a día. Los nervios también se palpan en la estructura municipal, porque depende del nuevo liderazgo que repitan o no las actuales caras en las elecciones municipales de mayo de 2023 (la primera gran prueba de fuego electoral). Los comicios locales son, asimismo, la principal maquinaria de puestos laborales para los partidos políticos. Especialmente hay movimientos en los municipios del sur de Madrid, donde pondrían cambiarse algunos de los ‘número uno’ que compitieron en 2019.
Casado también ha querido mandar un mensaje: la dirección nacional es la que manda en los procesos internos. Teodoro García Egea se ha encargado durante estos meses de supervisarlos y de pilotar las renovaciones provinciales y autonómicas, llevando a cabo, como dicen desde su entorno, una “revolución silenciosa”. Ahora el partido ya es casadista, después de tomar una formación muy dividida tras la época de Mariano Rajoy y las primarias contra Soraya Sáenz de Santamaría.
El líder del PP se enfrenta en las próximas generales a su última oportunidad. Si falla, el PP se removerá y Ayuso ya emerge como la principal sustituta y una figura con tirón en las urnas. Por eso, algunos también interpretan en el partido que todavía no quieren darle tanto poder a la madrileña, que se ha convertido casi en la verdadera oposición frente a Pedro Sánchez. Ella siempre dice en público y privado que es “leal” a Casado, que son amigos y hablan todos los días. De hecho, fue una apuesta personal del actual líder. Pero también tiene ese carácter outsider de que nadie le dice lo que tiene que hacer (esas fricciones con Génova se vieron durante la confección de las listas para el 4-M).
Almeida, Ayuso y Casado son los tres amigos, se conocen desde hace años. Pero el PP de Madrid siempre es propenso a estos líos internos, especialmente cuando tiene en su poder las dos instituciones (Comunidad y Ayuntamiento). Todavía resuena la guerra interna que protagonizaron durante años Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón -tiempos en que los tres de ahora eran cachorros populares en esta autonomía-. Todo quedará luego en manos de la libertad de los militantes.