“Fue un reunión de pastores con la oveja muerta”: así ha sido el adiós a Casado
El PP se prepara para una nueva etapa consciente de la alianza antinatural de Feijóo y Ayuso.
Pablo Casado ya es historia pasada del Partido Popular. Este martes se dirigía a la Junta Directiva Nacional para despedirse tras días sin hablar en público. Y por poco logró que fuera en abierto para toda España. La dirección interina entrante intentó hasta el final que no se emitiera ante las cámaras, incluso se anunció así la noche anterior. Otra humillación más para el presidente saliente.
El martes fue el entierro oficioso de Casado delante de los suyos. Uno de los presentes describe así el momento: “Fue una reunión de pastores con la oveja muerta”. El plan se terminaba de culminar, con los barones cerrando filas en torno a Alberto Núñez Feijóo y defendiendo la honorabilidad de Isabel Díaz Ayuso.
Habían conseguido tumbar al líder en unos días trepidantes y con un plan tan precipitado que hasta tuvieron que cambiar la fecha del congreso acordada la semana anterior (ahora será el 1 y el 2 de abril, cuando en el comunicado oficial se decía el 2 y el 3). ¿Por qué? No cayeron en el fragor de la batalla que el 3 es el pregón de la Semana Santa en Sevilla.
Pero lejos de apaciguar el partido, la Junta también sirvió para calentar la guerra del futuro. Isabel Díaz Ayuso iba sin piedad, estaba muy dolida. Había ensayado el día antes el discurso, lo había preparado con mimo, afilando el cuchillo. Quería echarle en cara a Pablo Casado el sufrimiento de su hermano, de sus sobrinos y de su madre. “Era ya una cuestión personal de ellos”, como refleja un miembro de la dirección.
Fue directa a la yugular de su antiguo amigo. Llegaba a pedir la expulsión de todos los que habían participado en el supuesto espionaje contra ella. Iba a por todas, con frases tan lapidarias: “¿Cuántas Rita Barberá más va a dejar este partido en la cuneta?”. Y con la sensación además de que las bases están con ella, que tiene que expresar lo que ha pasado. Rematar en público al todavía líder.
Los últimos días de Casado al frente del partido están siendo muy duros para él. Los suyos dicen que está entero, pero él sigue sin comprender cómo ha pasado esto. Cree que ha podido hacer cosas mal, pero que no ha hecho nada malo. Y se ha quedado apenas sin nadie. Llegaba a la Junta en un coche con los cristales tintados, y a su lado apenas estaban Pablo Montesinos -vicesecretario de Comunicación- y María Pelayo, su jefa de prensa. Había luchado por aguantar hasta el congreso por su familia, como llegó a confesar el día que fueron los barones a Génova 13. Él siempre vivió para el PP y ha visto como su propio partido lo ha acuchillado.
Pero, ojo, la pugna Casado vs. Ayuso ha terminado con Alberto Núñez Feijóo teóricamente ganando, siendo el principal favorito para liderar el partido. De hecho, algunos de los que apoyan al gallego ya han dejado ver, según fuentes populares consultadas, que no le gustaron las palabras de Ayuso y ese intento de buscar la revancha contra el todavía presidente del partido.
Y es que, en el fondo, la alianza de Feijóo y Ayuso es antinatural, no pertenecen a las mismas familias políticas. Además, muchos en el partido no se creen que la madrileña haya dado un paso al lado por convicción, sino por estrategia: no ha visto que fuera el mejor momento para asaltar la planta noble de Génova. Pero en el partido muchos sectores creen que ella sí aspira a ese puesto en el futuro y que su plan, junto a Miguel Ángel Rodríguez, es lograr las llaves del Palacio de La Moncloa.
A algunos ayusistas ya les escuece un poco también la actitud del gallego, que fue muy duro contra Casado y ahora ha rebajado las palabras cuando ha oficializado su candidatura, defendiendo el centro e incluso alabando algunos aspectos del saliente. Además, esta etapa de transición estará pilotada por afines a Mariano Rajoy, contra el que precisamente se rebelaron Casado y Ayuso en las primarias contra Soraya Sáenz de Santamaría.
Génova 13 está en manos ahora de Cuca Gamarra como coordinadora general y de Estaban González Pons. A pesar de un papel de organizador del congreso, ha desconcertado al ala más de Faes que se haya metido ya en asuntos políticos criticando a Vox y situándolo en la extrema derecha, en un momento en el que se negocia el Gobierno de Castilla y León.
Lo que se respira en estos momentos en la sede del PP es esa vuelta del marianismo y ese carácter gallego que prolongará Feijóo. Ahora están en ese comité también Juan Carlos Vera, Sergio Ramos, José Antonio Bermúdez de Castro y Marilar de Andrés, que saben perfectamente manejar los hilos detrás de un partido político.
Pablo Casado todavía no ha desvelado qué va a hacer con su futuro. Por el momento no acudió al Congreso a la sesión plenaria por la guerra de Ucrania y el partido dejó su escaño vacío. A Teodoro García Egea, que pretende seguir de diputado, se le ha asignado un nuevo sitio en la cuarta fila. El que sí ha dejado ya claro que no seguirá en el Congreso ni en política tras el congreso de abril es Pablo Montesinos, que se toma ahora unos días de descanso junto a su familia en Málaga.
Los pastores ya mandan en Génova... ya tienen a la oveja muerta.