La guerra total y sucia: el día que el PP estalló
El partido vive su lucha más cainita: Génova abre expediente a una Ayuso que acusa a Casado de “cruel” por espionaje.
Nunca se había visto nada así en el Partido Popular. Ni los viejos del lugar se lo creen. El PP se ha abierto en canal, vive la batalla más dura de su historia. Una guerra total y sucia. Y protagonizada por dos antiguos amigos desde hace diecisiete años: Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso. Un contrato sospechoso, un supuesto espionaje… y detrás, principalmente, una pelea por liderar el partido.
En apenas unas horas se ha desencadenado un terremoto brutal. No hay ni adjetivos para describir lo que está pasando en el principal partido de la oposición. Lo ha resumido el expresidente del Gobierno José María Aznar: “La situación de Ucrania ahora mismo es mejor que la del PP, porque allí no hay armamento nuclear”.
¿Pero qué está pasando? ¿En qué punto se está? Este jueves ha quedado un partido totalmente roto, dividido entre los partidarios de Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado. Sólo podrá ganar uno, ¿o ninguno de los dos? Ha aflorado ante toda España una disputa soterrada desde hace meses con acusaciones de corrupción y de espionaje. Nadie sabe cómo acabará, pero sí que habrá muchas heridas y muchas muertes políticas.
Hace 24 horas nadie se hubiera creído este titular: el PP abre expediente informativo a Ayuso y estudia acciones legales por sus palabras “casi delictivas”. ¿Y por qué? Aquí se mezclan dos planos: uno de fondo y otro de formas. Génova 13 quiere saber si hubo irregularidades en un contrato firmado por la Comunidad de Madrid durante la pandemia de 1.512.000 euros para compra de mascarillas. Fue adjudicado a la empresa Priviet Sportive, propiedad de Daniel Alcázar, amigo personal de la familia Díaz Ayuso. Pero es que además existe la sombra de si cobró una comisión el hermano de la presidenta madrileña (en Génova creen que podría ser de 283.000 euros, según El País).
En su comparecencia, la propia Díaz Ayuso ha admitido que su hermano cobró de esa empresa pero que no hay nada ilegal. Sus palabras han sido: “Pregunté a mi hermano quien me confirmó que había mantenido relaciones comerciales con esa empresa y que todo era completamente legal. Que todo está regulado ante Hacienda y declarado”.
Ese contrato está en el fondo de la investigación que quiere llevar a cabo Génova en el Comité de Garantías y Derechos del partido (presidido por Andrea Levy), aunque la dirección del PP no lo ha denunciado ante los tribunales a pesar de tener esas sospechas. Pero este tema no era una sorpresa, sino que en septiembre Pablo Casado llamó a su despacho a Díaz Ayuso para que le explicara este tema. Ella dijo que no había nada extraño. Al cabo de un mes fue García Egea el que se citó con la presidenta y le dijo que iba a abrir un procedimiento para buscar la verdad.
En estos momentos ya había una guerra total entre Sol y Génova porque Díaz Ayuso había manifestado que quería ser la presidenta del partido a nivel regional y que para ello había que adelantar el congreso regional. Desde la dirección nacional se insiste en que la presidenta nunca llegó a mandar ninguna información sobre lo que le preguntaron.
Pero es que, según han publicado medios como El Mundo y El Confidencial, desde la dirección del PP nacional se contrató una operación de espionaje sobre la presidenta y su entorno. El propio Teodoro García Egea ha negado tajantemente que esto haya sucedido y ha rechazado asimismo que se elaborara un dosier contra ella. En la versión de Ayuso ese informe habría sido realizado por La Moncloa, según supuestamente le confesó el propio Pablo Casado. Desde el palacio presidencial se rechaza también: “Rotundamente no”.
Las miradas se han puesto sobre el Ayuntamiento de Madrid, ya que se ha publicado que se contactó desde la Empresa Municipal de Vivienda con la agencia de detectives (el dueño ha declarado que lo llamaron y rechazó el encargo por ser ilegal). En el PP muchos han señalado a Ángel Carromero -amigo personal de Casado y uno de los hombres que más se mueve en la sombras-. Al final del día, el director de Coordinación del Ayuntamiento ha dejado su cargo, aunque sigue negando que estuviera detrás de ese posible espionaje. Esto ha ahondando en las sospechas del espionaje.
Díaz Ayuso culpa directamente a Casado y los suyos de ese espionaje, que también afectaría a su hermano o a su expareja: “Aunque la vida política está llena de sinsabores, nunca pude imaginar que la dirección nacional de mi partido iba a actuar de un modo tan cruel y tan injusto contra mí. No puede haber nada más grave que acusar a alguien de la propia casa, con responsabilidades de gobierno, de corrupción. Y hacerlo sin pruebas metiendo por medio a mi familia, que nada tiene que ver con política. La familia es lo más importante que tenemos”.
En Génova consideran que esas palabras de Ayuso -que no ha admitido preguntas- son “casi delictivas”, por eso ya se ha abierto ese expediente informativo, que podría acabar incluso con la expulsión de Ayuso del partido. Todo esto llega además unos días después de las elecciones en Castilla y León, donde el PP no logró el efecto Ayuso y ha visto cómo la ultraderecha ha ganado doce procuradores y exige entrar en el Ejecutivo, lo que ha reabierto el debate interno sobre el débil liderazgo de Casado.
La dirección nacional del PP también ha dado este paso y ha admitido por primera vez, según ha dicho García Egea, que lleva meses viviendo una campaña “masiva” de “ataques, calumnias e infundios”. El entorno de Casado achaca directamente a Sol todas las informaciones durante estos meses contra ellos, especialmente contra García Egea. Creen que lo hacían para tapar ese posible caso de corrupción en la Comunidad de Madrid. Asimismo, han pedido a los servicios jurídicos del partido que estudien posibles acciones legales.
Todo esto ha hecho que la guerra se traslade a todo el partido y hasta la calle, un grupo de partidarios de Ayuso se ha presentado en las puertas de Génova para protestar a favor de ella. En cambio muchos dirigentes están saliendo a mostrar públicamente su apoyo a Casado en redes y declaraciones. En el bando de Ayuso, por otro lado, Esperanza Aguirre ha dicho que García Egea debería dimitir. Más lejos ha ido la exportavoz en el Congreso Cayetana Álvarez de Toledo que ha pedido la dimisión del propio Casado.
Nadie sabe cómo acabará. Todos los escenarios son posibles desde que Ayuso sea expulsada (¿montaría otro partido? ¿se iría a Vox?) hasta que la dirección tenga que dimitir si se demuestra que espió a la presidenta y lo negó. Todo ello a un año de que haya elecciones municipales, autonómicas y generales. ¿Quién será el candidato del PP entonces? Hoy nadie lo sabe, ni ellos mismos.