¿Por qué se dice que el intestino es nuestro “segundo cerebro”?
No hay dos cerebros principales idénticos entre individuos como tampoco hay dos intestinos iguales.
Para muchos estudiosos del cerebro esta afirmación puede resultar un total despropósito y no les quito razones, porque los humanos solo tenemos un cerebro “oficialmente” reconocido. Sin embargo, la opinión pública suele ser la que lidera las afirmaciones y todos hemos oído hablar del “segundo” cerebro. Incluso hay neurocientíficos que afirman que podemos hablar de un tercer cerebro, si tenemos en cuenta las bacterias del intestino.
El intestino también cuenta con una red neuronal de unos 1.000 millones de neuronas. Está en conexión nerviosa con el cerebro principal por el que se transportan sustancias y también tienen una interacción constante a través de la sangre. Las investigaciones de las últimas décadas nos han revelado un número creciente de neuropatologías que parecen asociadas a alteraciones de los perfiles normales de estos microorganismos en el intestino. Entre otras, el alzhéimer, párkinson, esclerosis múltiple, fibromialgia, depresión, autismo y los trastornos del sueño se relacionan con cómo estén los microorganismos del intestino.
No hay dos cerebros principales idénticos entre individuos como tampoco hay dos intestinos iguales. Cada persona tiene un perfil bacteriano específico que se diferencia de otras personas en aproximadamente un 50%. Los perfiles de la microbiota pueden parecerse más entre personas que cohabitan en el mismo lugar que entre allegados por parentesco. Hay factores como habitar en un ambiente rural, tener mascotas o el grado de asepsia en el hogar y hasta la temperatura que pueden determinar que los perfiles se modifiquen. Se dice que los segundos cerebros son más similares dependiendo del código postal más que del código genético.
Aunque la microbiota de una persona adulta es más o menos estable también está sujeta a cambios según el estilo de vida. Merece la pena conocer algunos de estos factores que pueden dar indicios de alteraciones del estado de salud del cerebro:
- Tratamiento con antibióticos, anti-inflamatorios, estatinas (para bajar el colesterol), ansiolíticos, antidepresivos.
- Vida sedentaria y escaso ejercicio físico.
- Cambios drásticos en la dieta y dietas selectivas.
- Estrés, ansiedad.
- Mucho frío prolongado.
- Cambios frecuentes de horario (por ejemplo, si se viaja mucho en países con distinta franja horaria).
Todos estos parámetros del estilo de vida alteran los cerebros accesorios que pueden acabar impactando en el cerebro principal.
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Dale vida a tu cerebro (RocaEditorial, 3ª edición 2019)