¿Por qué no entró antes la Guardia Civil en casa de Bernardo Montoya?
Fue desde el principio un "sospechoso con mayúsculas".
La Guardia Civil está aún investigando la muerte de Laura Luelmo, la profesora de 26 años asesinada en El Campillo (Huelva) por el asesino confeso Bernardo Montoya. La mañana de este miércoles el coronel Ezequiel Romero y el teniente coronel Jesús García Fuste han ofrecido una rueda de prensa en la que han explicado algunos detalles de la investigación del caso, que aún no está cerrada.
"No tenemos una autopsia totalmente finalizada, los datos que existen son previos y lo que nosotros manejamos puede que no se corresponda con la realidad", ha matizado el coronel Romero.
La Guardia Civil considera que Laura murió la noche del día 12 de este mes, el mismo día que desapareció- pese a que la autopsia preliminar la situó entre dos y tres días después de su desaparición- y que su agresor la llevó a su casa, donde la golpeó contra el suelo.
Los investigadores creen que la joven no estuvo toda la noche allí y que Montoya la llevó enseguida, probablemente en el maletero de su coche, hasta el lugar donde apareció el cadáver y donde la agredió sexualmente. También sospechan que, dada la posición de las piernas y el cuerpo, Laura "no tuvo sufrimiento" en ese lugar y que, por tanto, podría estar inconsciente.
Poco después de poner la denuncia, el padre y el novio de Laura, junto a varios agentes de la Benemérita, fueron a la casa en la que Laura se alojaba en El Campillo, situada frente a la de su asesino confeso. A la salida, los agentes se toparon con Montoya, que salía de su vivienda. Le preguntaron si conocía a Laura y lo negó. Al investigar su identidad, los agentes se toparon con el amplio historial de Montoya lo que hizo que, según ha explicado el coronel Romero, se convirtiera automáticamente en "un sospechoso con mayúsculas".
Si esto es así, "¿por qué no registró la Guardia Civil la casa de Montoya desde un primer momento?" le han preguntado a los mandos los periodistas presentes en la sala donde ha tenido lugar la rueda de prensa.
Porque, según el teniente coronel García, en el momento en el que lo que se investigaba era la desaparición de la joven no había indicios con "carga probatoria" contra Montoya.
Según han dicho, habría sido posible hacer un registro voluntario, pero tenían que "valorar bien" lo que hacían. "Y si la tuviera en otro sitio, ¿el que pusiéramos el foco podría haberla puesto en peligro?".
Tal y como han relatado los mandos, la Guardia Civil hizo un seguimiento a Bernardo Montoya, hasta que el día posterior al levantamiento del cádaver, hizo un movimiento extraño y fue detenido. Ese mismo día, la Benémerita encontró restos de sangre de la joven y su presunto asesino en el domicilio de éste.