Por qué no deberías beber alcohol antes y después de la vacuna
Hay pruebas de que el alcohol afecta al correcto funcionamiento del sistema inmunitario.
Quienes hayan recibido la vacuna contra el coronavirus o vayan a recibirla próximamente deberían abstenerse de tomar bebidas alcohólicas durante un tiempo, según advierten varios expertos en inmunología. No se trata de una simple afirmación propagandística, sino que hay pruebas de que el alcohol afecta al correcto funcionamiento del sistema inmunitario.
En el documental de la BBC The Truth About Boosting Your Immune System (La verdad acerca de fortalecer tu sistema inmunitario), la doctora en Inmunología Ronx Ikharia tomó muestras de sangre de varios voluntarios antes y después de beber tres copas de vino blanco. Lo que descubrió fue que ese alcohol es suficiente para reducir a la mitad la cantidad de linfocitos blancos de la sangre.
Y eso es un problema crucial, ya que los linfocitos blancos son unas células fundamentales para combatir los virus y los patógenos que penetran en el organismo. Si se reducen por el consumo de alcohol, la respuesta inmune que genera el organismo se vuelve más débil.
La catedrática Sheena Cruickshank, experta en inmunología de la Universidad de Mánchester, explica: “Para generar una buena respuesta a la vacuna debes tener el sistema inmunitario a tope, así que no es recomendable beber alcohol la noche de antes o poco después de la vacuna”.
En diciembre, Anna Popova, una de las mayores autoridades sanitarias de Rusia, también recomendó dejar de beber alcohol durante al menos las dos semanas anteriores a la primera dosis y aguantar otros 42 días después. Poco después, Alexander Gintsburg, creador de la vacuna Sputnik, redujo las cifras a solo tres días antes y después de cada dosis.
El doctor Tony Rao, especialista en alcohol y demencia en la Universidad King’s College de Londres, explica que todavía faltan estudios al respecto, pero que el consumo de “una o dos unidades de alcohol [una o dos cervezas o copas de vino] al día está asociado a un riesgo un 8% mayor de padecer neumonía en comparación con los no bebedores.
“Teniendo en cuenta que el alcohol debilita la respuesta inmune, lo más sano es no tomar ninguna bebida alcohólica los días anteriores y posteriores a la vacuna, aunque necesitamos más estudios para saber de cuánto tiempo estamos hablando exactamente”, señala Rao.
De este modo, también tendríamos un mayor conocimiento sobre el papel que juega el alcohol en relación con la Covid-19, añade.
En el libro Immunity: The Science Of Staying Well, la doctora en Inmunología Jenna Macciochi habla sobre los efectos adversos del alcohol en la inmunidad debido a su influencia en la calidad del sueño y la salud intestinal.
“Las personas que beben demasiado alcohol tienden a padecer más enfermedades infecciosas, a tardar más en recuperarse y a sufrir más complicaciones después de cualquier cirugía”, sostiene.
“Tomar mucho alcohol también perjudica a los órganos que regulan la inmunidad, como el hígado, que produce proteínas antibacterianas, y la médula ósea, que genera células inmunitarias”.
No obstante, la realidad es que a día de hoy todavía no hay pruebas suficientes ni consenso sobre el posible efecto beneficioso de abstenerse de beber alcohol los días previos o posteriores a la vacuna. Es decir, evitar el alcohol posiblemente te ayude a generar una mayor inmunidad, pero lo que está claro es que no te perjudicará.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Reino Unido y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.