¿Por qué los populistas adoran Twitter?
Si algo no podemos echar en cara a Donald Trump es la falta de sinceridad en sus tuits. Según se le ocurre una idea, ya sea por la mañana o a altas horas de la noche, la escribe inmediatamente con sus dedos sobre una pantalla y reverbera automáticamente en todo el planeta. Trump no respeta exactamente la primera lección que aprendió Michael Iganatieff al meterse en política - según cuenta el politólogo canadiense en Fuego y cenizas. Éxito y fracaso en política - "el primer placer al que renuncias es poder decir lo primero que se te pasa por la cabeza".
Una mañana de noviembre de 2012, cuando todavía nadie podía imaginar que un día ocuparía la Casa Blanca, Trump lanzó uno de sus tuits: "Me encanta Twitter... Es como ser dueño de tu propio periódico, pero sin las pérdidas". Es probable que la red social del pajarito esté también encantada con su usuario más conocido. Pero más allá de Trump, hay una tendencia natural de los líderes populistas de derecha e izquierda a usar con especial intensidad las redes sociales y tienden a hacerlo con más éxito que sus rivales moderados.
Los grupos políticos pequeños situados en los extremos están sobrerrepresentados en Twitter en relación con sus votos. Este artículo de The Economist compara el número de seguidores en Twitter de cada grupo político en el Parlamento Europeo en relación con su número de escaños. Populares, socialistas y liberales – que gozan de una amplia mayoría en la cámara con 406 escaños – tienen juntos menos seguidores en Twitter (3 millones) que los grupos minoritarios situados en la extrema derecha e izquierda (90 escaños y 3,3 millones de seguidores).
En los países europeos abundan los ejemplos. Mark Rutte, primer ministro en funciones de Holanda y vencedor de las últimas elecciones tiene ocho veces menos seguidores que su contrincante perdedor, el populista y xenófobo Geert Wilders. Marine Le Pen tenía también más seguidores que Emmanuel Macron hasta que éste logró ser presidente. Pablo Iglesias tiene el mismo número de seguidores que Mariano Rajoy y Pedro Sánchez juntos. El populista y minoritario en las urnas Nigel Farage tiene tres veces más seguidores que la primera ministra británica Theresa May.
Jennifer Jackson, profesora de Nacionalismo en la London School of Economics, considera que para estos líderes políticos es especialmente importante poder establecer una conexión más personal con sus simpatizantes, algo que encaja con su idea de ser los genuinos representantes del pueblo. "De esta forma sortean la prensa tradicional, habitual blanco de sus críticas contra el establishment", explica Jackson en conversación telefónica con El HuffPost.
Su estrategia de redes podría hacer de la necesidad virtud, sugiere el profesor y experto en populismo Cas Mudde. "Tienen poco acceso a los medios tradicionales que, a menudo, operan como guardianes encargados de mantener al margen de sus páginas de opinión a grupos populistas de derecha radical", señala Mudde.
Las redes sociales son además un terreno de batalla favorable para los populistas, explica a El HuffPostNicolas Vanderbiest, experto en redes sociales. Los artículos más compartidos no suelen ser precisamente los más informativos, sino los que contienen opiniones más fuertes, sugiere Vanderbiest. "Twitter tiene por naturaleza un efecto radicalizador en donde las opiniones moderadas tienden a ser silenciadas en beneficio de las que más gritan y se posicionan en los extremos. Twitter no es una red social precisamente educada. Muchos usuarios son insultados y se marchan".
En la misma línea, Jennifer Jackson considera que la manera en la que las redes sociales funcionan encaja mejor con el tipo de mensajes que propagan los populistas. "Los algoritmos que amplifican mensajes en determinados colectivos que tienen preferencias similares favorece a los grupos homogéneos que tienen opiniones muy marcadas sobre su visión de la política". Por otro lado, los matices y las posiciones políticas más moderadas tienden a llevarse mal con la brevedad que imponen los 140 caracteres de Twitter.
El uso de las redes fue particularmente importante en la victoria del Brexit en el referéndum británico de 2016. Fuerzas populistas como UKIP eran perfectamente conscientes de la importancia que debían dar a las redes para ganar la campaña. "Los partidarios de la ruptura con la UE utilizaron más recursos en las redes sociales y además lo hicieron de forma más inteligente que los europeístas: en las etiquetas relacionadas con remain (partidarios de quedarse en la UE) el contenido era un 75-80% vinculado con mensajes remain; mientras que en las etiquetas relacionadas con leave (partidarios del Brexit) el contenido leave era del 95%. Es decir: los partidarios del Brexit se metían en los debates de sus adversarios. Se salían de su propia caja de resonancia para meterse en el terreno de sus adversarios. Ganaron", concluye Jackson.