Por qué los hombres siguen votando a Vox
Pobreza y feminismo empujan a los hombres a votar a Vox, según los políticos.
Anoche, en Alcalá la Real (Jaén) un joven de 22 años asesinó a una niña de 14. Pedro Sánchez lo ha mencionado en esta sesión de control hoy. Según el Barómetro de la Juventud y Género 2021, uno de cada cinco chicos, entre los 15 y 29 años, niega la existencia de la violencia machista. Es un ‘invento ideológico’ de las feministas, DICEN. Las elecciones en Castilla y León han confirmado que el votante de Vox sigue siendo mayoritariamente masculino, los hombres que votan a la extrema derecha doblan a las mujeres. La conclusión de que si solo votasen los hombres en España, Vox gobernaría este país, se mantiene.
Esta mañana, en la sesión de control del Congreso de los Diputados se ha hablado de muchas cosas, sobre todo de las elecciones de Castilla y León, del Partido Popular y de las decisiones que tiene que tomar. Cuando ya se habían marchado la mayoría de los ministros, Vox y PP han vuelto a la ofensiva contra el Ministro del Interior, Fernando Marlaska. Más ETA —de poco le vale recordarles a ambos partidos que la banda ha desaparecido— de las bandas latinas violentas y de la inmigración. En fin… de lo que Vox ha descubierto que es rentable y el PP no sabe descolgarse.
La violencia de género es un nicho que no le interesa a Vox, es obvio. Pero sigue pendiente conocer las razones de ¿por qué se radicalizan los chicos jóvenes y votan a Vox? El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, nos recuerda que entre los menores de 25 años, la mayoría sigue siendo votante del PSOE. Puede ser. Pero la tendencia es preocupante, brutal. Tan brutal como el crecimiento de la ultraderecha, que puede terminar entrando en el Gobierno de Castilla y León y que ha puesto como exigencia derogar la ley de igualdad y de género. Vox puede incluso gobernar en esa tierra, si llegaran a repetirse las elecciones. Aquí (los pasillos del Congreso) nadie se atreve a rechazarlo al cien por cien.
“No sé qué más podemos hacer —reflexiona Bolaños a la salida de la sesión plenaria— Acabamos de renovar el Pacto de Estado contra la Violencia de Género. El único que no ha firmado ha sido Vox. Mantienen un discurso facilón, el de ir a la contra de todo y eso es atractivo para la gente joven. Vox recoge los votos antisistema —incluso algunos de lo que era antes Podemos— y hay un partido, el PP, que los blanquea. El voto a Vox no es un voto necesariamente ideológico. Aquí, lo importante es ahora ver cómo va a combatir a Vox el PP. Espero que encuentren la fórmula para hacerlo”.
El CIS de enero decía que el perfil de los votantes de Vox era de ciudadanos de entre 35 a 44 años de edad, un 11% de la intención de voto, frente al 10,1% en la franja de edad de 18 a 24 años, y el 7,5% de los 25 a 34 años. El grupo con una menor intención de voto a esta formación es el de los mayores de 65 años (4,2%). Quizá tienen recuerdo de la dictadura franquista.
A la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, no le extrañan nada los votos cada vez más numerosos de los hombres jóvenes, a los de Abascal, Ortega Smith y Espinosa de los Monteros. También al final de la sesión de control, Díaz recuerda que “la extrema derecha es un agua menuda que va calando y los procesos de cambio en el sistema se notan más despacio. Es un hecho que el salario mínimo ha acortado la brecha de género, pero es un problema de estudios, de formación. Y también de hacer política con mayúsculas. Pedro [Sánchez] y Pablo [Iglesias] han sido partidarios de polarizar con Vox, de enfrentarse. Yo no quiero darles ese juego, rentabilizan la polarización. El fenómeno de Vox es muy complejo, muy preocupante y en estos momentos, pararlos depende sobre todo del PP. Es un asunto muy serio, que me preocupa y con el que hay que hacer política en mayúsculas” añade la vicepresidenta, que reconoce estar cansada y “tengo que tomarme ahora un tiempo para pensar” sobre sus opciones y presunta plataforma en la política.
A Gabriel Rufián, el portavoz de ERC que sigue siendo uno de los más jóvenes de la Cámara —aunque cada día menos— el tema le pone los pelos de punta. Es de los pocos que no se sorprende con el dato de que si solo votaran los hombres, gobernaría Vox. Lo conocía, como conocía el aumento entre los jóvenes de la negación de la violencia de género.
“Pero la brecha real de ese problema, de ese hoy hipotético gobierno de machirulos que formarían los de Vox, es que entre esos votantes la extrema derecha hay obreros; obreros de barrios pobres a los que no les han llegado las políticas de izquierdas. Pero no podemos culpabilizarlos por esos votos, ni a los obreros que los votan ni a los jóvenes. Hay que mejorar la agenda social del Gobierno y en ese aspecto, sigo pensando que la reforma laboral que se ha aprobado no lo hace” remata el catalán. Cada uno tiene sus obsesiones.
La gente de Ciudadanos, desde Inés Arrimadas a Miguel Gutiérrez, uno de los diputados de Cs ’sénior′ que ha sobrevivido a todos los embates, lleva estos días el palo que ha sido Castilla y León con toda la dignidad que pueden por los pasillos. A Gutiérrez sí que le sorprende que los votantes de Vox hombres doblen a las mujeres, pero no se espanta. Y tiene una de las reflexiones más claras: “Es una cuestión de educación. En esta Cámara hemos hablado hasta la saciedad de violencia de género, de implementación de políticas para educar y formar, pero me temo que los jóvenes a quienes menos escuchan es a los políticos. Escuchan a líderes sociales juveniles, a los deportistas, youtubers, músicos… Ellos sí ayudan en la formación de los valores democráticos a los jóvenes, van a ser mucho más efectivos que los políticos. Pero aquí, en este Congreso se ha hablado y habla muchísimo sobre la brecha de género. Ahora hay que encontrar la forma de que cale afuera. Es educación no solo institucional, sino social, en los colegios y en la familia”.
Ana Oramas, la diputada de Coalición Canaria que tanto ha visto ya en esta Cámara y que ahora está preocupada también por el avance de la extrema derecha, nos hace una advertencia: “No se pueden extrapolar los datos de Castilla y León a nivel nacional. De ninguna manera, ahora si es cierto el crecimiento preocupante de la extrema derecha. Pero su caladero para mí es todo el discurso contra la inmigración en los barrios pobres. Siguen lanzando lo de los emigrantes te vienen a quitar el trabajo, la comida, la casa. Y mientras no arreglemos esos problemas sociales de pobreza y desigualdad, seguirán creciendo. No creo que la violencia de género haga crecer más a la extrema derecha que la pobreza”.
Un miércoles más en la sesión de control; en la tribuna se ha hablado de unas cuantas cosas —sobre todo de votos en Castilla y León— mientras estaban los focos. Han bajado a la hora de interpelar a la ministra de Turismo, Reyes Maroto, aunque se han mantenido mientras Vox —y el PP— seguían con la idea de ayer por la tarde en el Senado: acusar a Marlaska por los contactos del Gobierno con presos de ETA. Tienen a la presa agarrada por el cuello, pero llevan meses sin llegarle a la yugular.
Muy cansinos, pero muy cansinos. Pero… a Vox le resulta rentable. Como todo lo que es falso o medias verdades.