Por qué es una buena noticia que las Matemáticas incluyan perspectiva de género
El nuevo currículo de Educación Primaria incorporará este enfoque junto con el de la gestión emocional, y muchos matemáticos y profesores lo celebran.
El lunes se dieron a conocer fragmentos del borrador del nuevo currículo de Educación Primaria que el Gobierno ha remitido a las comunidades autónomas, y no importó que no hubiera todavía un texto íntegro o definitivo para que una parte de la población se revolviera contra ello. En concreto, hubo un par de elementos que llaman poderosamente la atención de la gente: el enfoque socioemocional y la perspectiva de género en Matemáticas.
La oposición se encargó de encabezar las críticas. Para Ciudadanos, el nuevo currículo no es más que una “tomadura de pelo”. Para el PP, una “solemne bobada”. Vox, directamente, pidió a la “chusma totalitaria” del Gobierno que “aparte” sus manos de sus hijos. En Twitter, poco menos que se banalizó la propuesta.
Pero también hubo voces disidentes; concretamente, de expertos y expertas. “Por fin”, celebró Clara Grima, matemática, divulgadora y profesora en la Universidad de Sevilla. “¿De verdad queda quien piensa que no hace falta perspectiva de género en una asignatura de matemáticas?”, se preguntó Anabel Forte, matemática y profesora en la Universitat de València. “¿Cómo vamos a estar en contra de esto? Hay un problema emocional en las matemáticas. Los que damos clase lo vemos muy claro, y la perspectiva de género debe estar presente”, zanjó Alejandro Gallardo, profesor de Matemáticas en un instituto de Madrid.
¿En qué consiste aplicar la gestión emocional y la perspectiva de género a las matemáticas? El borrador habla de garantizar la inclusión educativa y la prevención de las dificultades en el aprendizaje, de combatir actitudes negativas hacia las matemáticas, de erradicar ideas preconcebidas relacionadas con el género y, en definitiva, de que los alumnos y alumnas “disfruten” en el aprendizaje de las matemáticas.
Esto es, por un lado, que los menores no interioricen desde el principio eso de “es que soy de letras” o “es que soy un negado en mates”, como se suele escuchar dentro y fuera de las aulas; por otro, que las niñas tengan referentes, que no piensen que las matemáticas son sólo cosa de chicos.
La divulgadora Clara Grima no puede estar más de acuerdo. “¿Que si hay que incluir la perspectiva de género en matemáticas? Claro. Y no sólo en matemáticas; hay que quitar los estereotipos que hay en todas las materias”, responde. En su opinión, la causa del “rechazo violento” que ha recibido la propuesta, y que la ha salpicado también a ella por significarse en Twitter, hay que buscarla en “la irrupción de la extrema derecha en nuestro país” y en la ignorancia de algunas personas.
“La gente cree que incluir perspectiva de género en matemáticas significa poner a los niños a escribir sobre un papel rosa”, lanza. “No han entendido nada”, critica la divulgadora, que aclara que lo que se pretende es combatir “el estereotipo de que las matemáticas no son para las chicas”. “Puede ser por el ambiente o por la cultura pop, pero desde muy pequeñitas las niñas ya se perciben a sí mismas como peores en matemáticas”, razona.
En 2012, casi el 70% de los graduados de la UE en carreras STEM —de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas— eran hombres. En 2019, el Instituto Europeo de Igualdad de Género (EIGE) apeló a los países a “cerrar la brecha de género” en estos estudios, argumentando que esto repercutirá además en la mejora del PIB nacional. “La tecnología europea necesita beneficiarse de las habilidades y competencias de las mujeres”, sentencia el Instituto.
Los datos de España también son bastante reveladores. Si en 1985 había prácticamente paridad entre los alumnos y alumnas matriculados en Matemáticas, e incluso en el año 2000 las mujeres representaban el 60% del total, en 2018 las tornas habían cambiado por completo, y casi el 63% de los estudiantes eran varones, con la línea en descenso en el caso de las mujeres.
Además de la cultura y el ambiente que cita Clara Grima, la matemática y profesora Anabel Forte menciona otro motivo que podría explicar este vuelco: “La presión que ellas sufren”. “Hay artículos científicos que demuestran empíricamente que ellas sienten mucha más ansiedad ante las formas de evaluación de las matemáticas, lo cual hace que se alejen de esa materia”, señala. Un estudio de 2012 describió el miedo a las matemáticas como un dolor físico; otra investigación publicada el mismo año desveló que los niveles de ansiedad por las matemáticas y por los exámenes eran mayores en chicas que en chicos.
Por otro lado, apunta Forte, “a medida que el perfil de la persona matemática avanza hacia la empresa y las finanzas, y la nota de corte va aumentando, las mujeres se han ido alejando de la carrera, porque ya no ven la salida típica de profesora”. Para Forte, es “fundamental” que cambie esta perspectiva. “Queremos que se sepa qué se hace con las matemáticas en las empresas, queremos hacerlas más prácticas, más aplicadas, y mostrar que hay mujeres y hombres utilizándolas, y que se puede llegar ahí”, defiende.
De hecho, el Gobierno no sólo busca ese impulso en las chicas. Hace diez años, la Comisión Europea dio un tirón de orejas a los Estados miembros, alertando de que faltan científicos y matemáticos en el continente, y destacando la importancia de las matemáticas para formar una sociedad “activa” y favorecer la “inclusión social”.
Eso, explica el profesor Alejandro Gallardo, es lo que han pretendido hacer todas las leyes educativas en España, y lo que el nuevo currículo trata de pulir. De ahí su sorpresa al ver que mucha gente se echaba las manos a la cabeza con el último borrador.
“Hace tiempo que muchos profesores trabajamos por fomentar las vocaciones científicas en la mujer y la niña”, cuenta Gallardo. Sin ir más lejos, él hizo su trabajo de fin de Máster sobre la mujer y las matemáticas, “y de eso hace ya unos poquitos años”, comenta. “Esta directiva viene de la realidad de que hay una desigualdad en el acceso de las mujeres al mundo de la ciencia”, apunta el profesor de Secundaria.
La importancia de explicar que las matemáticas “están en todos sitios”
Con el aspecto de la gestión emocional, que a Gallardo le parece “muy, muy interesante”, el nuevo currículo pretende identificar y evitar ese “bloqueo” que se observa tanto en alumnos como en alumnas de cara a las matemáticas. “Algunos ya vienen preparados para sentirse mal en esta asignatura, y nosotros tratamos de darle la vuelta a eso, y de explicar las matemáticas como algo que está en todos sitios”, señala.
Para “superar ese bloqueo”, Gallardo propone a sus alumnos “tareas de suelo bajo y techo alto”, lo cual significa que “todos pueden empezarlas, y que cada uno puede llegar a donde llegue”. Para demostrar que las chicas también pueden dedicarse a las matemáticas, el profesor les da ejemplos reales que desmontan este estereotipo, como el de Sophie Germain, el de Mileva Marić o el de la propia Clara Grima, para más cercanía.
“Quien dice que la perspectiva de género consiste en hacer las matemáticas más blanditas lo hace desde el desconocimiento absoluto”, resume Gallardo. “El solo pensamiento de eso ya indica un machismo enorme”, coincide Anabel Forte.
Un desequilibrio en el “control del mundo”
Clara Grima insiste, por su parte, en lo “urgente” de cerrar la “impresionante” brecha de género en las ciencias exactas si se quiere evitar que la mitad de la población quede excluida de puestos de poder. La matemática se refiere, entre otras cosas, a los algoritmos, el Big Data y las ciencias computacionales.
“Si seguimos así, los trabajos con más poder, reconocimiento y prestigio, con más salidas profesionales y más remuneración, van a estar ocupados sólo por hombres”, con lo cual se va a relegar a las mujeres a una mayor exclusión social, advierte. “Si esos algoritmos que decimos que van a dominar el mundo sólo están hechos por hombres blancos, vamos a retroceder. No puede no haber mujeres entre la gente que controla el mundo”, remacha.
Y si las matemáticas pueden dominar el mundo, también tienen la receta para salvarlo, algo en lo que se debería incidir más desde los centros educativos, opina Clara Grima. “Hay que mostrar las matemáticas como lo que son: un trabajo que lo que hace es mejorar el mundo”, sostiene. “Hay que saber que son la herramienta más potente para cuidar a la humanidad, que sirven para salvar al mundo, literalmente”, asegura Grima, que menciona a la gente que está “salvando vidas desarrollando antibióticos contra las bacterias resistentes, un problema de salud mundial que va a ser más importante que la covid”.
Por eso, insiste esta apasionada de las matemáticas, “necesitamos detectar los talentos matemáticos cuanto antes”. “Es petróleo”, compara Grima. Y recalca: “Para ser matemático no hace falta que seas Sophie Germain, Marie Curie o Albert Einstein. Yo soy una matemática muy normalita, y estoy muy orgullosa de haber descubierto una forma geométrica”. “Se puede colaborar y cooperar para hacer un mundo mejor a través de las matemáticas”, defiende.