Por qué es importante el aterrizaje del Perseverance en Marte
El objetivo de la misión es encontrar microorganismos u otros signos de vida que hubiesen podido habitar el Planeta Rojo hace millones de años.
Las personas siempre han puesto la vista en el Universo para tratar de responder las incógnitas que esconde. Si en los 60 se aspiraba a poner un pie en la luna, ahora se busca la conquista de Marte. El planeta ha recibido este mes en su órbita la llegada de tres misiones diferentes. La primera en aterrizar en el planeta —si todo sale bien— será la misión estadounidense Perseverance.
Tras siete meses y 470 millones de kilómetros, este jueves termina el viaje del rover de la NASA. Solo queda el momento más crítico de la misión: el aterrizaje en el cráter Jezaro de Marte, que se espera que se produzca sobre las 21:54 horas en la península española. Si resulta exitoso, será el primer aterrizaje de la NASA en Marte desde Curiosity, en 2012.
Objetivo: encontrar restos de vida
El principal objetivo de la misión, que no está tripulada, es encontrar microorganismos u otros signos de vida que hubiesen podido habitar el Planeta Rojo hace millones de años. Esto podría arrojar pistas para que, en las próximas décadas, los hombres y mujeres puedan repetir el hito que ya realizaron en 1969 con la luna: poner un pie en Marte.
Además, a partir de los restos de esa vida que pudo albergar el planeta se podría resolver otro interrogante: por qué Marte acabó convirtiéndose en un páramo inhabitable y la Tierra no.
Para ello, el rover aterrizará en el delta seco de un antiguo río que concluía en un lago formado en el interior del cráter Jezero. Según los científicos de la NASA, hay indicios de que había tanta agua que llegaba a desbordar el cráter ahora formado. Se cree que en su curso el río podría haber arrastrado minerales y restos de organismos, cuyos fósiles estarían concentrados en el lugar del aterrizaje.
En esta primera parte de la misión el rover se encargará de analizar y escoger una veintena de muestras a lo largo de varios años. Después se sellarán las muestras y otro robot irá a recogerlas para traerlas a la Tierra. Se espera que el proceso se complete antes de 2030.
El momento más crítico
Uno de los momentos clave que determinarán el éxito o fracaso de la misión será, precisamente, el aterrizaje. La NASA vivirá esos siete minutos entre la llegada del vehículo a la fina atmósfera marciana y la superficie de ese planeta con terror.
El rover, que posee seis ruedas y unos tres metros de largo, tendrá que defenderse solo durante esos minutos de la complicada maniobra de descenso. En caso de problemas, además, tendrá que hacer frente a los 11 minutos de retraso en las comunicaciones con el Laboratorio de Propulsión de la NASA en California.
Tecnología española
El Perseverance está equipado con un brazo robótico de más de dos metros de alcance y 19 cámaras y sensores que permitirán al equipo en la Tierra no perder detalle de la misión.
Además, cuenta con tecnología española: el sistema MEDA. Se trata de una antena encargada de observar y medir el clima, la humedad, velocidad y dirección del viento marciano, así como el polvo en suspensión. Este instrumento de medición meteorológica ha sido desarrollado por el Centro de Astrobiología, el Instituto Nacional de Técnicas Aeroespaciales y otros centros e instituciones científicos internacionales.
Toda esta nueva tecnología desarrollada a partir del Curiosity servirá de avanzadilla para futuras misiones en la carrera por la conquista del Planeta Rojo.
Aterrizar en Timanfaya
Para calcular ese momento crítico que supondrá el aterrizaje, la NASA dividió la zona objetivo en cuadrículas de 1,2 x 1,2 kilómetros, a las que bautizó con nombres que en España nos son de sobra conocidos.
Escogieron nombres de espacios naturales del mundo, la mayoría catalogados como Parques Nacionales. Así, el cráter Jezero ha sido denominado como Timanfaya, el Parque Nacional de Lanzarote. En el mapa, publicado en noviembre en la revista científica Space Science Reviews, aparecen otros rincones de la geografía española, como los Picos de Europa, Monte Perdido, Urdaibai, Cabañeros, Costa Vasca, Archipiélago de Cabrera, Caldera de Taburiente, Sierra Nevada, Tablas de Daimiel, Pirineos y Garajonay.
La relación de Lanzarote con la agencia espacial estadounidense no es nueva. Su paisaje volcánico es uno de los lugares de la Tierra que más parecido guarda con los que existen en la Luna o Marte. Y no solo por su aspecto, sino también por las condiciones geológicas de sus múltiples conos, tubos de lava, coladas (malpaís, para los canarios) y llanuras de lapilli (o picón).
El punto diana en el que se espera que aterrice Perseverance es posible, según los científicos, que incluya también algo de roca volcánica.