Por qué el PP no repetirá las elecciones en Andalucía
Nadie o muy pocos se han tomado en serio a Moreno Bonilla, al afirmar que sería capaz de repetir elecciones hasta conseguir un gobierno en solitario.
Nadie o muy pocos se han tomado en serio al presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, al afirmar que sería capaz de repetir elecciones hasta conseguir un gobierno en solitario. La idea entre politólogos, asesores electorales y políticos es que es una estrategia electoral. Pero el lamentable espectáculo y las brutales palabras del vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo, a una procuradora socialista con discapacidad, ¿pueden hacer que la supuesta estrategia de Juanma Moreno convierta en realidad la posibilidad de una repetición electoral?
Feijoó acaba de aterrizar en el Senado con todo su séquito, más como si continuara siendo presidente de la Xunta que como líder de la oposición. Su objetivo inmediato es lograr que el PP gobierne en solitario en Andalucía, tal y como él ha hecho en Galicia, un triunfo del que poder presumir tras haber llegado a la dirección con la lacra internacional de permitir un Gobierno con la ultraderecha en Castilla León, que está cada día en los principales medios gracias al partido de Abascal. La idea de convertir a Juanma Moreno en un gestor moderado por encima de las siglas, capaz de dotar de estabilidad al gobierno andaluz frente al lío que proyectan las izquierdas, es su prioridad. Por eso ambos tratan de que cale el mensaje de que cabría la posibilidad de repetir elecciones antes que dar entrada a Vox en la Junta.
“Pase lo que pase, eso no va a suceder. Nuestra apuesta es que Moreno tenga más diputados que la izquierda junta y Vox se acabe absteniendo. También desde el conglomerado de la izquierda han insinuado que podrían abstenerse para facilitar una investidura sin Olona. Percibimos que hay un sector de votantes socialistas que han perdido el miedo al PP y ven a Moreno como un presidente solvente, sin estridencias, en quien confiar. A ellos va dirigido el mensaje de que estamos dispuestos a repetir elecciones para impedir a Vox entrar en el Gobierno. Es una posibilidad prácticamente inexistente, antes se explorarán otros caminos”, apuntan fuentes del PP próximas a los populares andaluces.
Las repeticiones electorales las carga el diablo. A Pedro Sánchez estuvo a punto de costarle el Gobierno y dio la oportunidad a Vox de duplicar el número de diputados. El PSOE perdió 3 escaños y Podemos 7 (1,5 millones de votos), pero el PP pasó de 66 a 88 y Vox de 24 a 52. “Una repetición electoral no es cómo lanzar una tirada más con el cubilete de los dados. Lo normal es que aumente la abstención y salga el mismo resultado. Y no hay una respuesta clara sobre a quién favorece”, explica el politólogo Luis Orriols. También se repitieron elecciones en la comunidad de Madrid en 2003, cuando el ‘tamayazo’ impidió un gobierno de PSOE e IU e instaló en el poder a Esperanza Aguirre durante nueve años, aunque perdió 100.000 votos respecto a las anteriores.
Incentivos para volver a pedir a los ciudadanos que no voten, no hay demasiados. El coste económico que supone es difícil de hacer entender al votante. Y todavía tiene menos sentido que sea porque el PP disiente de los postulados de Vox. En Madrid hay una presidenta que bien podría estar en el partido de Abascal y Mañueco no parece especialmente incómodo cogobernando con ellos. “¿Que se lo pueden tomar más en serio en el PP por el mal ejemplo del vicepresidente de Castilla y León? No sé, a mí me sorprendería que el PP se sorprenda de lo que ha dicho este señor. Ha trascendido más porque se ha dirigido así a una persona con discapacidad y eso genera nuestra empatía; pero Vox ha dicho cosas peores contra los inmigrantes, contra los niños o jóvenes inmigrantes (menas) y no ha trascendido tanto”, opina Orriols.
Solo que esta vez lo dice el vicepresidente de un Gobierno autonómico como es la Junta de Castilla-León, ejemplo de lo que puede suceder cuando das entrada a Vox en las instituciones. “Bien, pero ese discurso corrosivo estaba ahí y en el PP lo saben y no creo que vayan a cambiar su estrategia. Si creían que las instituciones iban a domesticar a Vox, desde mi punto de vista eso es complicado. No al menos desde un Gobierno autonómico, una comunidad autónoma que les sirve de portavocía para el resto del país. Puede que sí lleguen al Gobierno central, entonces bajen el listón, pero lo dudo”, apunta el politólogo.
La visión de Orriols es compartida por otro experto asesor en anteriores etapas de Aznar y Rajoy que prefiere omitir su nombre: “Es una estrategia del actual presidente andaluz. Dudo que los hechos y las palabras tan desagradables de García-Gallardo vayan a sembrar la alarma en el PP. No hay más que ver el papelón y la posición tibia y vergonzante del presidente, Fernández-Mañueco. Ahora, creo que los asesores de Juanma Moreno lo tienen claro, es el PSOE el que debe evitar que gobierne Vox, la responsabilidad será suya. Consideran que Pedro Sánchez debería estar ya tratando de ponerse de acuerdo con Feijoó para evitar que Vox entre en gobiernos populares”.
Con todo, existe la tradición e historia política. “La derecha siempre pacta entre ella. Los hechos muestran que las izquierdas son mucho más incapaces de pactar” -como dijo Sacristán tras toparse con Carmen Calvo cuando ya iba camino Pedro Sánchez de repetir las elecciones-. Las derechas se entienden, las izquierdas se matan por el odio eterno entre comunistas y socialistas, recordó luego el actor, hijo de comunista. “En la derecha siempre priman los intereses económicos, ponen orden banqueros y empresarios. Frente a estos, tanto los de Vox y Abascal, como el PP de Feijóo, son muy obedientes”, explica un diputado socialista, economista.
Lo cierto es que en Vox se mantienen altos contactos con muchas de las empresas del IBEX 35 y la banca, gracias a las relaciones de Iván Espinosa de los Monteros, que “se ha criado entre las fuerzas económicas. Su padre, Carlos Espinosa sigue siendo un señor muy activo en el lobby empresarial y sigue creando círculos y apoyos al Rey”, apunta una de las fuentes consultadas. Y en los círculos económicos del PP dan por hecho que serán esos grupos, los bancarios y empresariales, los que domesticarán a la ultraderecha, si llega al poder con ellos.
El hecho es que si retomamos las dudas sobre las ventajas o desventajas de una repetición electoral, y si sería capaz el actual presidente andaluz de llevarla a cabo, quienes conocen a Juanma Moreno y a Feijoó subrayan que no va con ellos. Feijoó jamás ha insinuado esa posibilidad en Galicia, aunque allí los números le daban y no notaba el aliento de Vox en la nuca. En Castilla y León se ha estado a tiempo de repetir las elecciones, pero Nuñez Feijóo dio manos libres a Mañueco para negociar y acto seguido ponerse de perfil, como si no hubiera estado en su mano evitarlo.
Ni al presidente de la Junta ni al del PP les gusta arriesgar. Antes de llegar Feijoó, con el equipo de Casado, ya estaba previsto adelantar las elecciones en Andalucía, animados por el ejemplo de Díaz Ayuso. Entonces no había reparos en gobernar con Vox, como tampoco los habrá en junio.