Por qué el negacionismo climático de Vox no tiene sentido y asusta a partes iguales
Una posible irrupción de la formación de ultraderecha en el Gobierno de Madrid el próximo 4-M podría suponer un retroceso todavía mayor en materia medioambiental.
“Es un problema pero de ningún modo es el fin del mundo como se está pintando”. Es más, “que se caliente un poquito el planeta reducirá las muertes por frío”. Por mucho que lo parezca, no se trata de una parodia. Estas fueron algunas de las aportaciones del grupo parlamentario Vox a la Comisión de Transición Ecológica y Reto Demográfico el pasado día 8 de abril —cuando el Congreso dio luz verde a la Ley de cambio climático— pero no las únicas.
El diputado de la formación, Francisco José Contreras, prosiguió con su discurso antes de emitir el voto en contra del proyecto por una visión “alternativa”, reafirmándose en que, al fin y al cabo, “no nos ha ido tan mal en el siglo XX y principios del XXI”.
Para el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC), sí. Vamos de mal en peor. Lo que para Vox es una exageración, para los científicos es la crisis definitoria de nuestro tiempo. Una amenaza global que, lejos de revertirse, va acentuándose a un ritmo cada vez mayor.
Los seis años más cálidos registrados
Los informes son claros: el periodo transcurrido entre 2015 y 2021 ha sido el más cálido registrado. Desde que la Organización Meteorológica Mundial comenzara a estudiar el fenómeno hace 28 años, los datos muestran no solo aumentos significativos de la temperatura de la tierra y los océanos sino también en el nivel del mar, en el derretimiento del hielo marino y glaciares, así como cambios en los patrones de precipitación.
“Esto subraya la solidez de la ciencia climática basada en las leyes físicas que gobiernan el comportamiento del sistema climático”, afirma el secretario general de la agencia, Petteri Talas. Una tendencia negativa que continuará in crescendo en las próximas décadas independientemente de nuestro éxito en la mitigación, pero que definitivamente será catastrófica si se mantiene la falta de ambición y compromiso de los distintos actores clave.
Frente a la ciencia y la evidencia, el negacionismo de esta emergencia mundial se encarna en España en la formación de ultraderecha. Para algunos de sus dirigentes, se trata de una “tomadura de pelo”, “un postulado ideológico” o “un camelo climático”. Tanto es así que en su programa electoral para las próximas elecciones del 4-M a la Comunidad de Madrid no se hace mención al asunto en ninguna de sus 100 propuestas. Lo único verde: su logotipo. “Y ya me jode, con perdón”, reconoce Inés Sabanés, diputada y coportavoz de Equo. “Porque representan exactamente lo opuesto”, añade.
Su posible irrupción en el Ejecutivo de la Comunidad de Madrid preocupa. “Si juntamos a un Gobierno negacionista en la práctica como ha sido el PP, con un negacionismo declarado y militante como el de Vox, su resultado no puede ser más catastrófico para la lucha contra el cambio climático y la defensa del medioambiente”, advierte.
“Ya con el actual hemos oído a la presidenta decir que nadie ha muerto por contaminación, cuando sabemos que hay más de 30.000 fallecidos por este motivo declarados”, apunta. “O a un exconsejero de Vivienda, ahora candidato, que llegó a comparar Madrid Central con el Muro de Berlín”. “Es un tema muy serio”, señala.
Falta de normativa y ambición
“Partimos de una situación negativa ya de por sí”, coincide María Ángeles Nieto Mazarrón, coordinadora de Ecologistas en Acción de la Comunidad de Madrid. “Con el PP se ha producido un desmantelamiento de toda la normativa ambiental y un retroceso enorme en esta materia”, apunta.
“Falta normativa específica sobre contaminación acústica; falta de una ley de caza; otra de espacios protegidos; en tema de cambio climático solo contamos con el plan azul sobre calidad del aire; la gestión de residuos es prácticamente inexistente...” ejemplifica Nieto.
El problema, reconoce, viene de lejos. “El Gobierno de Esperanza Aguirre era negacionista y lo poquito que se sumamos la entrada de Vox en el Gobierno, las consecuencias pueden ser nefastas”.
Desde Ecologistas en Acción hacen cábalas sobre cuáles serían las posibles Consejerías a las que podría acceder la formación y no descartan, precisamente, la de Medio Ambiente. “Ahí se lleva todo el tema de caza, pesca, protección animal, toros...”, explican, “podría ser”.
Si esto ocurriese, señalan, todas las posibilidades de mejora quedarían en stand by. “A pesar de lo poco que hay, la gestión de la movilidad, las zonas de bajas emisiones, las peatonalizaciones, la Ley del suelo, se desmantelarían para producir un retroceso todavía más acelerado y, en cambio, quedaría la libertad para contaminar donde te dé la gana”. “Hacer fuego donde a uno le apetezca. ¿En el Parque nacional porque te apetece hacerte unas sardinas? Pues en el Parque nacional, sin penalización”, ironiza.
Madrid, la región con más desregularización ambiental
“En la Comunidad de Madrid tenemos problemas muy serios”, añade Sabanés. “Por un lado la contaminación y la calidad del aire, que supera los niveles aceptables para Europa y que supone un impacto muy serio en salud”, destaca. “Por otro la gestión de un sistema de residuos colapsado. Y por último la movilidad”.
“Tenemos problemas con las grandes infraestructuras de acceso, con la falta de vías reservadas para el transporte público, con un incentivo del vehículo privado que nos lleva a agrandar cada vez mas el problema de la contaminación”, añade. Según los datos de la última Encuesta Domiciliaria de Movilidad, realizada por el Consorcio Regional de Transportes de Madrid (CRTM), mientras los desplazamientos en transporte público han pasado del 32% del total de viajes a solo el 24% entre 2004 y 2018, los realizados en vehículo privado han aumentado del 34% al 39%.
“Es necesario ordenar, racionalizar y reducir el uso del vehículo privado en favor del transporte público o modos alternativos como vías ciclistas o corredores ecológicos”, recalca.
Desde la ONG SEO/BirdLife recuerdan que la Comunidad de Madrid sigue siendo la región con mayor desregularización ambiental de España e instan a armar un marco normativo ambiental y sectorial moderno que permita cumplir con el Pacto Verde Europeo y la Estrategia Europea de Biodiversidad. “El 4-M, Madrid se juega su futuro”.