Por qué 'El irlandés' debe ganar el Oscar a la Mejor película y por qué no
Martin Scorsese puede darle a Netflix su primera estatuilla en esta edición de 2020.
El Irlandés despertó la ansiedad del público de Martin Scorsese. Los espectadores no fueron capaces de esperar unas semanas para verla en Netflix.
En apenas diez días en los cines, a los que llegó a principios de noviembre de 2019, ya había alcanzado los 940.000 dólares. La película, que agotó las entradas en Los Ángeles y Nueva York, salió pronto de las salas para sumarse al catálogo de la plataforma el 27 de noviembre, y aun así le dio tiempo a recaudar 8 millones de dólares en taquilla a nivel mundial, según los datos de IndieWire.
Sus tres horas y media de duración parecían, a priori, una desventaja para disfrutar del largometraje, pero Martin Scorsese supo darle la vuelta. La historia, los giros y sobre todo las interpretaciones de los actores son la justificación perfecta para demostrar que la película no podía ser más corta. Y a nadie se le hizo larga en la gran pantalla.
Una vez en la plataforma no hubo tanta unanimidad entre el público, que incluso buscó trucos para verla como una serie, por capítulos. Lógico, teniendo en cuenta que el director rodó una película hecha para disfrutarla en salas. Martin Scorsese no renuncia al cine en su esencia, el que se ve en pantalla grande, con sonido envolvente y luces apagadas. De dónde venga el dinero para la producción, en este caso de Netflix (en buena parte), le da igual.
No hay más que recordar sus polémicas declaraciones contra el universo Marvel para saber que es un director de la influyente escuela de los setenta —como Francis Ford Coppola, George Lucas o Steven Spielberg— y que siempre se deberá a ello: para Scorsese, los blockbuster de superhéroes están convirtiendo las salas en un parque de atracciones, y él se niega a reconocer que esas películas también son cine.
Precisamente por eso, aunque la Academia de Hollywood se resiste a premiar películas de Netflix como Roma (Alfonso Cuarón) en 2019, puede que El irlandés acabe con ese ‘boicot’ de los académicos.
No es el único largometraje de la plataforma de streaming que se ha colado en las nominaciones a la Mejor película. Historia de un matrimonio hace equipo con El irlandés en esta edición. Aunque, en principio, la película de Scorsese tiene más posibilidades que la de Noah Baumbach de convertirse en la mejor de 2020. Al menos, según las apuestas.
1. Porque, aunque los protagonistas hayan encontrado su hueco en las categorías de interpretación, ver a Robert De Niro, Joe Pesci y Al Pacino juntos no tiene precio.
2. Los 210 minutos de duración, el equivalente a cinco capítulos de una serie actual, no le restan fuerza a la película.
3. Es mucho más que un thriller: tiene drama, momentos para quedarse en shock e incluso escenas cómicas. Incorpora todos esos elementos a una película de este género sin que queden fuera de lugar.
4. Está basada en una de las historias más mediáticas de Estados Unidos, y ya se sabe: a Estados Unidos le encanta que se hable de Estados Unidos. Cuenta la vida de Frank Sheeran —el hombre de confianza de Hoffa, líder del sindicato de camioneros— al que se le atribuyen más de 25 asesinatos. Hoffa desapareció el 30 de julio 1975 y su muerte sigue siendo un misterio.
5. El guión adaptado (que partió del libro de Charles Brandt) no tiene ni una sola grieta. Y está lleno de grandes diálogos y de golpes de efecto.
6. Es una película de autor pura y dura, personal. Los críticos la han llegado a calificar como la mejor película de Scorsese en 30 años.
1. Porque es una de esas películas que demuestran que el cine se enfrenta a una crisis de ideas. Todo son biopics, historias reales o adaptaciones de libros y, en esta ocasión, compite con otras películas que sí tienen un guión original del que se ha sabido sacar lo mejor: Historia de un matrimonio, 1917 (flojo, sí, pero guión original), Érase una vez en... Hollywood y Parásitos.
2. Porque premiar a Joker sería un golpe de realidad para Scorsese: las películas de DC Comics o de Marvel no merecen menos respeto por hablar de superhéroes y villanos, y tampoco el público de ese tipo de largometrajes. Ellas también son cine.
3. Y, una vez más: porque es de Netflix.