La polémica sobre las mujeres humoristas abre la jaula de La Chocita del Loro
Las emblemáticas salas de Madrid de monólogos, en el punto de mira por las palabras de su directora: "Mucho del humor que hacen es como de víctimas o muy feminista".
La que has liado, lorito. Las declaraciones de la directora de La Chocita del Loro, las emblemáticas salas de monólogos de Madrid, han enervado a las cómicas. A ellas se refería directamente Laura Sánchez Vegas el pasado viernes en la Cadena SER, cuando argumentaba la poca presencia femenina en sus carteles porque “hemos pasado a un punto en que mucho del humor que hacen las mujeres es como de víctimas, de verdad. Víctimas o muy feminista”. Por ello, entiende, el “público variopinto no suele comprarlo [ese tipo de humor]”.
A raíz de ahí, la polémica estaba servida con la indignación de multitud de cómicas españolas, que dejaron clara su postura en Twitter. “A los 14 años quería ser cómica y soñaba con llegar a lugares como La Chocita del Loro. Con el tiempo muchas de mis cosas ‘idolatradas’ me decepcionaron, pero esta es fuerte. Su programadora no contrata mujeres porque dice que hacemos comedia de víctimas o demasiado feminista”, decía Carolina Iglesias (Percebes y Grelos).
Es lo mismo que le ha ocurrido a otra monologuista, Paula Púa, que siempre ha visto el local como una sala de referencia. “Me da mucha pena. Cuando te dedicas a esto quieres actuar en La Chocita, y te hablo en pasado”, explica a El HuffPost. Si ya no se expresa en presente es porque le da “muchísima vergüenza que alguien que se dedica a la comedia en una sala como esta [Laura Sánchez Vegas] esté mostrando no solo machismo, sino desconocimiento del humor que se hace en su país y en su propia ciudad, porque el humor en Madrid no puede ser más variado”, dice de manera contundente.
La polémica ha ido a más cuando Francisco Carretero, el gerente de la sala, ha explicado en El País que “aunque las palabras de la directora no fueron las más adecuadas”, “las decisiones de programación se toman en función de la venta de entradas y al número de risas por función”.
“¿Cómo vas a saber cuántas risas va a tener un show antes de que se produzca? ¡Ni que fueses el Rappel de las risas! Se están metiendo en un jardín del que no saben cómo salir”, opina la humorista Eva Soriano, una de las afortunadas que ha estado varias veces sobre el escenario de La Chocita del Loro; “Cuantas más risas por texto mejor, pero decir que vamos a saber cuántas va a haber por show... igual nos estamos flipando”, explica por su parte Paula. Además, añade que todos los cómicos conocen su texto, saben cuántos chistes contiene cada bloque, dónde puede haber más risas y dónde menos, “pero de ahí a decir ‘sé cuánto se van a reír’, pues no, porque además el público no es el mismo cada noche”.
La explicación de La Chocita sobre ‘el contador de risas’
Como explica el gerente de la sala Francisco Carretero a El HuffPost, lo que hacen es contar los aplausos en sus locales, porque para que un cómico llegue a actuar en el de Gran Vía “se puede tirar dos años en el resto, a menos que sea la leche”.
Asimismo, opina que todo se ha ido de madre porque se han descontextualizado las palabras de su compañera, ya que, en sentido estricto, “un cómico es la carcasa y el contenido es el texto”. “Lo que quiso decir Laura es que la gran mayoría de los textos de las chicas son reivindicativos. Y eso no vende ni con un chico ni con una chica”, aclara, debido a que se dirigen a un público de nicho, algo que “se refleja en número de risas y de entradas”.
“Cuándo una cómica me dice que la gente se ríe con ella y veo que genera 70 risas, mientras que otro genera 130, ¿como empresario a cuál pongo? ¿Crees que me importaría que hubiese 25 chicas en La Chocita y 5 chicos si generan risas? Me daría exactamente lo mismo”, argumenta Carretero.
Raúl Pérez también ha manifestado a este medio su opinión sobre este asunto. El imitador, que ve como otros en La Chocita del Loro un sitio de referencia del humor, no cree “que el nivel de las cómicas sea inferior al de los hombres”: “Además, el nivel de las risas en una sala es muy subjetivo. Cuántos cómicos, entre los que me incluyo, hemos tenido días y actuaciones más o menos afortunadas...”.
Además, el colaborador de Late Motiv menciona a algunas de sus compañeras de gremio que demuestran que “hay suficientes cómicas muy top programadas en Madrid y en muchas ciudades que venden muchísimas entradas”, y hace referencia, por dar algunos nombres, a la misma Eva Soriano, Percebes y Grelos, Marta González de Vega, Henar Álvarez o Ana Morgade. “No sé si el baremo para medir a una persona es la risa por minuto, porque en un partido de fútbol si fuera por ocasiones... es cuestión también de probar a más gente, y distinguirlo de forma equitativa sería guay”, opina.
Comedia femenina no es igual a comedia feminista
Como indica Soriano, “catalogar una comedia feminista como algo de mujeres ya es un error, porque también hay hombres que las pueden hacer”. Paula Púa quiere pensar que “cuando habla de comedia feminista, Laura Sánchez se refiere a cómicas que hablan exclusivamente de feminismo en su texto”, porque de no ser así “esta mujer se ha quedado con esa referencia y lo extrapola a todo lo demás. Y que las mujeres no son graciosas es una machistada como un piano”.
Aunque ve un problema claro, y es que según ella “hay un cacao de conceptos que no se terminan de entender”. Y se explica: “La visión global de ahora creo que es ‘está la buena comedia y luego está la comedia femenina, que es la de nicho’. Y dentro del continente está el contenido, que puede ser la comedia feminista (o no)”.
Dentro de ese cacao, lo que sí tiene claro Paula Púa es que hay algo que se ha “malentendido como una amenaza”, y es el hecho de que ahora se tenga más en cuenta a las mujeres en el humor y haya espacios “que son sólo para cómicas, pero sólo para complementar a los espacios en los que sólo tienen cabida hombres”.
¿Humor de hombres para hombres y humor de mujeres para mujeres?
Álvaro Martín, responsable del Palacio de la Prensa, también en la Gran Vía madrileña, está del lado de las cómicas, según sus declaraciones al diario El País. “El público que viene no es mayoritariamente femenino, ni mucho menos. No notamos diferencia entre las personas que van a ver a cómicos y el que va a ver a una mujer”.
En ello coincide el resto:
- Eva Soriano: “El público no es mayoritariamente femenino. En el Palacio de la Prensa hay grupos de mujeres y hombres que vienen porque compran tu humor. No vendemos comedia para un sexo u otro. Lo que cuenta es que la gente se ría”.
- Paula Púa: “Tengo un show con dos chicas más al que han venido tíos y tías jóvenes, de mediana edad, gente mayor... y se han reído. Es muy atrevido sesgar así”.
- Raúl Pérez: “Cuando actúo en el teatro no puedo tener claro si le hago más gracia a un hombre o a una mujer. No creo que haya un humor expresamente para hombres y otro expresamente para mujeres. No noto distinción en ese sentido”.
La guerra de sexos
“En los 2000 se popularizó demasiado esa comedia de guerra de sexos y nos hemos quedado ahí”, comenta Paula. Un error porque “no todos los hombres hablan de lo mismo ni las mujeres, así que es absurdo dividirlo. Si algo te hace gracia no miras si lo ha dicho un hombre o una mujer”.
Y con todo este quilombo que le ha caído encima, Francisco Carretero, de La Chocita del Loro, insiste en que, aunque ahora se dé la circunstancia de que sólo hay dos mujeres en cartel, “todos los meses en los locales actúan cinco o seis”. “Las mismas que nos están criticando”, apunta.
Además, subraya que La Chocita es una empresa ‘de mujeres’. “La directora del teatro es mujer, la encargada de taquillas es mujer, la directora de los locales es mujer... Parece que somos machistas y las estamos fastidiando, y no. Hay mucha gente que se ha currado mucho los textos para entrar en La Chocita. No puedo echar a alguien así por otro que genera menos risas”, desarrolla.
Una explicación que no convence a Eva Soriano porque, en su caso, según su experiencia en la sala, “a partir de conseguir llevar al teatro a X número de personas” se llevaba “50 euros”. Y añade: “El peso de llenar la sala recaía en ti, porque cuanta más gente mejor taquilla y más te ibas a llevar. A eso suma que te daban fechas flojas, un miercoles o jueves”.
Por eso, a su juicio, “ellos mismos han devaluado la marca de La Chocita y han hecho que la gente que quería ir porque era de calidad ahora la vea como casposa”. De hecho, explica que “si no se ven muchas cómicas ahí desde hace un tiempo es porque directamente van a pedir trabajo a otras salas”.
Paula Púa le da la razón: “No somos una colmena, no todos tenemos la misma gracia ni el mismo texto, es un pensamiento arraigado que parece tener La Chocita del Loro, porque que digan que todas tenemos un humor feminista y victimista es para echarse las manos a la cabeza”.
Pero Carretero lo tiene claro porque, como relata, cuando empezaron a abrir locales apenas existían los monólogos en sala, y ahora “hay chicas que se venden con un podcast” para tener un hueco cuando el público de La Chocita busca “los monólogos de toda la vida”.
″¿Cómo no me va a hacer ilusión que chicos y chicas vendan entradas por igual cuando eso ni existía antes?”, sentencia.