Nueve playas poco masificadas para disfrutar este verano
Adiós plaga de turistas, hola tranquilidad.
Tumbarse en la toalla y notar los pies del vecino en el cogote no es lo más placentero para disfrutar de las vacaciones de verano. Las playas poco masificadas, y más en tiempos de pandemia, son un bien escaso en algunas zonas de España, pero no es imposible encontrar estos rincones tranquilos donde puede escucharse el sonido del mar y no un barullo constante.
A pesar de que un domingo de agosto es imposible asegurar un panorama totalmente tranquilo, en estos arenales podrás estirar la toalla sin problemas.
Playa de Borizo (Asturias)
Borizo, también conocida como Borizu, es una de las playas menos edificadas de la zona. De arena fina y aguas azules, cuando baja la marea está unida a la isla de Arnielles. La playa cuenta con aparcamiento y varios restaurantes para comer.
Melide (Cangas, Pontevedra)
La playa de Melide está situada en un entorno privilegiado, en la costa de Cabo Home y frente a las Islas Cíes. Sus aguas son cristalinas y su arena blanca y fina. Melide está rodeada de pinos, alejada de cualquier tipo de construcción y cuenta con un pequeño chiringuito para tomar algo. El acceso es fácil y hay un parking cercano donde suele haber hueco para estacionar.
El Rompido (Huelva)
Es tan grande que puedes elegir dónde colocarte sin que nadie te moleste, especialmente si caminas un poco desde el acceso. Perfecta para dar paseos, sus puestas de sol son imprescindibles.
Cala Boix (Ibiza)
Aunque parezca imposible, pueden encontrarse calas en Ibiza libres de masificación. Cala Boix, en la zona de Santa Eulalia, es una pequeña playa que se encuentra en medio de un acantilado. Cuenta con la opción de reservar hamacas y, además de un chiringuito a pie de playa, también hay un restaurante donde disfrutar de arroces y paellas.
Cofete (Fuerteventura)
En Cofete no hay ni hamacas, ni restaurantes, por eso es la playa perfecta para los amantes de la naturaleza. Su tamaño hace que sea uno de los arenales más apropiados de los que buscan tranquilidad y no pegarse por un puesto en primera línea de playa donde colocar la sombrilla.
Cala Rajá (Almería)
Situada en Cabo de Gata, esta pequeña cala rocosa rodeada de acantilados es un espectáculo de la naturaleza. El rey de Rajá es el silencio y el espacio no es problema: podrás elegir dónde colocarte y disfrutar de las aguas del Mediterráneo.
Mataleñas (Santander)
Mataleñas es la mejor opción para evitar el bullicio de playas más concurridas como El Sardinero, la más conocida en Santander. Este arenal es muy cómodo gracias a su generoso ancho, por lo que es posible acudir con toda la familia sin miedo. Solo hay que atreverse a bañarse en el fresco mar Cantábrico.
Calblanque (Murcia)
Situada en un parque natural, Calblanque es un remanso de paz en Cartagena. Este arenal poco tiene que ver con la Manga del mar Menor u otras playas de Murcia y es un paraíso para los amantes de la naturaleza y los que quieran pasar un rato alejados del turismo de masas.
Playa de Castell (Palamós, Girona)
La playa del Castell es una rareza en la Costa Brava, ya que sus vecinos pelearon para mantener el arenal virgen y sin edificaciones. Es tranquila, con un precioso bosque rodeado de pinos y hasta unos restos arqueológicos de un poblado ibérico del siglo I.