La planta de biodiésel de Calahorra fue condenada en febrero por un delito medioambiental
Por verter aguas residuales a una acequia de riego de la zona y causando daños en 22 parcelas.
La planta de biodiesel Iniciativas Bioenergéticas S.A., de Calahorra (La Rioja), en la que se produjo una fuerte explosión que provocó la muerte de dos trabajadores, fue condenada por el Juzgado de lo Penal 3 de Logroño el pasado 7 de febrero por un delito medioambiental.
Así lo ha indicado este viernes el Tribunal Superior de Justicia de La Rioja (TSJR) en una nota, en la que también ha informado de que el Juzgado número 2 de Calahorra abrió el jueves un procedimiento para investigar las causas de la explosión.
Además, la Fiscalía Superior de La Rioja ha incoado diligencias de investigación para averiguar el origen del suceso y ha ordenado la coordinación entre el Seprona de la Guardia Civil y la Inspección de Trabajo para el esclarecimiento de los hechos.
La sentencia de febrero pasado contra esta planta fue de conformidad entre las partes; condenó a la empresa al pago de una multa de 1.440 euros y a su representante legal a otras dos multas, que suman 1.920 euros.
El fallo judicial impuso también al representante legal de la empresa una inhabilitación especial para la actividad de producción de biodiesel durante cuatro meses.
Los hechos se remontan al 2 de junio de 2017 cuando, sin la pertinente autorización ambiental, se vertió, a través de una arqueta ubicada en la misma planta, aguas residuales a la acequia de riego de la zona, lo que perjudicó a 22 parcelas de regadío pertenecientes a dos propietarios.
En la sentencia se aplicó la atenuante de reparación del daño porque la empresa abonó a los dos perjudicados 4.522 y 249.500 euros por los daños ocasionados.
Se evitó una catástrofe mayor
El viento y la rápida actuación de los equipos de rescate salvaron que el incendio fuera a más. Rubén Garrido, sargento de los bomberos de Calahorra y uno de los primeros en llegar ayer a la planta de biodiésel ha agradecido el apoyo de todos los cuerpos de bomberos que intervinieron para sofocar las llamas esta madrugada.
Emplearon inicialmente agua, “pero casi nos quedamos de vacío”; y nitrógeno para enfriar la zona, hasta que pudieron disponer de espuma de alta densidad y de la maquinaria necesaria para echarla “desde arriba y con gran caudal” sobre el tanque incendiado, lo que resultó definitivo para sofocar las llamas.
“Hicimos todo lo que estaba en nuestras manos para evitar que explotase un gran tanque de etanol”, que hubiera podido provocar una gran deflagración y una amplia nube tóxica, ha subrayado.
“Lo peor de todo son las dos víctimas mortales, dos operarios que estaban soldando y que fallecieron en el momento de la explosión”, ha explicado Díez, quien ha reconocido que “el viento ayudó, por su dirección y velocidad, a que no afectara a Calahorra, porque la nube de humo hubiera sido peligrosa para personas vulnerables”.