Pescanova ¿acierto o patinazo? Entrevista a los responsables del anuncio
Será que me ha invadido el espíritu navideño o que estoy desando encontrar cualquier excusa para escribir artículos positivos, pero este año me ha hecho una ilusión tremenda descubrir el último anuncio de Pescanova. La conocida marca de pescado congelado ha decidido jubilar a su antiguo capitán de barco con chubasquero amarillo para posicionarse al lado de las mujeres cediéndoles su altavoz: ni más ni menos que un spot de 1 minuto y 41 segundos que llegará a millones de personas. Adiós escenas estereotipadas de intrépidos hombres en el mar y mujeres que preparan la cena familiar. Hola marcas que escuchan las preocupaciones de sus clientes y se comprometen con la sociedad. Este año Pescanova ha reunido a un grupo de mujeres y les ha pedido que relaten, desde la mismísima silla donde el Rey da su tradicional discurso de navidad, aquellos conflictos con los que se enfrentan día a día y sus ideas para mejorar. ¿Es o no es como para celebrarlo?
Pues parece que no a todo el mundo le ha caído bien esta iniciativa. Sólo hay que darse una vuelta por su canal de Youtube para comprobar que el vídeo en cuestión ha generado el mismo número de likes que de dislikes y la friolera de 2.500 comentarios en apenas unos días. Algunas personas reprochan a la marca que se esté aprovechando de un conflicto social para vender más productos, sin que ello signifique un compromiso real. Otros (la mayoría) arremeten contra cualquier contenido que reclame abiertamente la igualdad, y lo hacen de forma aún más agresiva si en algún momento se menciona la palabra "feminista". También hay opiniones en contra de la monarquía o del consumo de animales y unas cuantas que cuestionan el componente social de la publicidad. ¿Por qué una marca que decide asociarse a un valor positivo ha generado tanto rechazo? ¿Qué cosas se pueden mejorar? Me he dirigido al departamento de marketing de la marca Pescanova para plantearles algunas de estas preguntas.
Muchas personas también han valorado que la marca haya sido valiente dando un paso al frente. El tema de la desigualdad se podría haber tratado mejor o peor, pero también podrían no haber hecho nada (como hacen la mayoría de marcas). En este anuncio, Pescanova ha cumplido con muchas de las cosas que venimos reclamando a la publicidad. Muestra a mujeres diversas no estereotipadas de distintas edades, rasgos, tallas y condiciones físicas. Las mujeres no están sexualizadas y su función en el anuncio no es seducir al personal ni atraer la mirada. Y todas están ocupando espacio generalmente reservado a los hombres que, al margen de nuestra opinión sobre la monarquía, no deja de ser un lugar simbólico. Una cuestión importante es que esta filosofía la estén aplicando en su propia empresa, que sería lo que definitivamente nos convencería: no quedarse en apuntar al conflicto sino predicar con el ejemplo.
Quizás una de las razones por las que no ha logrado convencer del todo este anuncio es la mala fama que ya tiene en sí la publicidad. Las marcas nos han demostrado durante años que su único interés es aprovecharse de las personas, no esperarán ahora que nos traguemos cualquier mensaje buenrollista a la primera y sin pestañear. Por otro lado, el hecho de que se hayan quedado en apuntar al problema sin hacer nada por solucionarlo puede percibirse como un aprovechamiento del mismo. Quizás la clave esté en proponer nuevos modelos de hombres y de mujeres o situaciones que reflejen aquello a lo que queremos llegar. Además de vender, la publicidad sí puede hacer cosas por las personas, como por ejemplo visibilizar la diversidad, proyectar y normalizar otro tipo de relaciones o incluso apelar a un consumo ético y responsable de los recursos.
Lo que ha dejado claro esta propuesta de Pescanova, es que las marcas deben ponerse las pilas en cuanto a temas de género y volver a ganarse nuestra confianza demostrando un compromiso real. Si no, correrán el riesgo de pegar enormes patinazos y hacer el más absoluto ridículo cada vez que intenten hacer algo "social".