Pescadores de Yemen hallan 1,5 millones de dólares en ámbar gris en la tripa de un cachalote
En un país donde el 80% de la población necesita ayuda para comer, el regalo del mar ha sacado a flote a un pueblo entero.
Suena a Las mil y una noches, pero no, esta es una historia real. Ha ocurrido en Yemen, el país más pobre del mundo árabe y uno de los más míseros de la Tierra, donde unos pescadores han encontrado un tesoro en las tripas de una ballena: 1,5 millones de dólares en ámbar gris, una preciada sustancia usada en cosmética, con la que han podido comprar casas y coches y hasta repartir entre sus vecinos.
Según ha desvelado la BBC, un grupo de 35 pescadores del sur de Yemen encontraron un cachalote flotando en el Golfo de Adén. Emanaba un olor muy fuerte, así que decidieron arrastrarla a tierra y ver si tenía ámbar gris en su estómago e intestinos, que es donde se concentra esta materia fecal, considerada un producto de lujo desde hace siglos porque añade matices a los perfumes y cremas imposibles de lograr con otros productos y porque ayuda a preservar estas esencias. “No olía muy bien... pero era un montón de dinero”, reconoce que pensó uno de los pescadores cuando abrieron el vientre del animal.
El ámbar gris viene de los intestinos de cachalote, un mamífero marino similar a las ballenas, pero de otra familia. Los expertos dicen que solo del 1% al 5% de los cachalotes generan ámbar gris.
Cuando hicieron recuento, no se lo creían: más de 1,2 millones de euros en esa sustancia pegajosa y maloliente que ha sido usada desde tiempo inmemorial en la medicina y hasta como afrodisíaco. Una cifra “inimaginable”, confiesa uno de ellos a la BBC, en un país donde el 80% de la población necesita ayuda para comer, sumido como está en una guerra inacabable.
Los 35 afortunados se han repartido por igual el dinero del cachalote y se han podido comprar casas y coches, se han podido casar y hasta han repartido el tesoro en su comunidad, hundida económicamente. Pese al regalo de la naturaleza, siguen pescando cada día. “Es como un sueño increíble. Tengo que seguir en el mar, aunque no atrape nada. Está en mi sangre”.