Pepe Viyuela: "Soy libre para decir lo que quiero y para callarme cuando me dé la gana"
El actor habla sobre política, las cazas de brujas, la lucha de las cómicas por estar en cartel y sobre José Luis Moreno, entre otras cosas.
Pepe Viyuela (Logroño, 1963) es payaso y actor, pero fuera de los escenarios y del set de rodaje el riojano es un ciudadano más. Y como tal, expresa sus opiniones libremente, aunque su nombre acabe en boca de todos. Lo dice él mismo, no es de los que se calla porque sus palabras le “signifiquen demasiado” y puedan acabar con oportunidades laborales. Sencillamente, no le apetece guardar silencio.
El protagonista de La gran aventura de Mortadelo y Filemón tiene dos proyectos que ya son presente: la narración de las historias de Sherlock Holmes para Audible y el estreno en agosto de su próxima película junto a José Mota, García y García.
Precisamente este último largometraje está haciendo ruido después de que Viyuela calificara a Vox de “cáncer” y algunos usuarios en redes sociales reaccionaran pidiendo el boicot a la cinta. Una “caza de brujas peligrosa”, según el intérprete, que habla en esta entrevista sobre política, sobre la lucha de las cómicas por abrirse paso en un negocio aún machista, sobre José Luis Moreno o sobre la etiqueta que siempre le persigue: la de ‘podemita’.
Vas a narrar las historias de Sherlock Holmes en audiolibro, en Muy de Sherlock Holmes (Audible). El negocio del podcast cada vez crece más. ¿Es momento para que pensemos en la importancia real del oficio del doblaje?
Sí, y también es un buen momento en general para que pensemos en cómo comunicarnos y cómo transmitir la literatura de una forma que hasta ahora no se hacía. Efectivamente hay un boom que no se corresponde tanto con la oferta que aún tenemos, porque hay mucha más demanda. En lo que a mí se refiere, me interesa sobre todo por la posibilidad de que a través de la palabra oída podamos distribuir literatura a mucha gente a la que le resulta complicado leer.
¿Estás disfrutando de este trabajo o te puede más el reto? Tu única arma es la voz, aquí no hay expresión corporal de apoyo frente al público.
Estoy disfrutando mucho. Además, aunque el cuerpo no se vea, siempre es importante implicarlo, y los dobladores lo saben bien, se transmite, lo hacemos como si la gente lo estuviese viendo, para que la palabra se impregne también de la emoción, de la tensión...
Si tienes que elegir, eliges ser payaso. ¿Está denostada esa profesión?
Por parte de alguna gente sí; por parte de otros, magnificada. Es la profesión más bonita que he podido vivir, no la cambio por nada. Dedicarte a hacer reír a la gente es precioso. Más que la profesión está denostada la palabra, que se llega a utilizar como un insulto. Yo estoy muy feliz de ser payaso.
Porque ser payaso no es lo mismo que ser cómico.
El payaso es un personaje que nace de ti, que tú creas, que lo conforman los elementos que te conforman a ti. El cómico no tiene porqué crear sus personajes, el payaso es una caricatura de ti mismo, te pones en juego a ti mismo.
¿Cómo un humorista de lo absurdo (empezaste haciendo mimo) se convierte en uno de los personajes más comprometidos socialmente?
Eso viene ya de serie, por la educación que te han dado tus padres y tus experiencias de vida, va ocurriendo. Me convierto en payaso, en actor, pero no estoy desconectado del mundo en el que vivo. Tengo un compromiso con el momento que vivimos, me podré equivocar en mis opiniones, pero creo que tengo derecho a expresarlas. Soy consecuente con lo que siento y lo que pienso, y lo que no me apetece es callarme porque eso me signifique demasiado y acabe con oportunidades laborales, cosa que no ha ocurrido jamás.
¿Sientes que los actores, a los que se os escucha siempre porque tenéis voz, tenéis ese ‘compromiso’? A algunos les tiemblan las piernas cuando escuchan una pregunta que no tiene nada que ver con su profesión.
Hay mucha precaución, porque no apetece mezclar una cosa con la otra. Uno siempre tiene una opinión, aunque no sea la de un experto, sino la de un ciudadano. Hay mucha gente que se molesta y dice “pero bueno esta persona que es conocida y es famosa debería mantenerse al margen de estas opiniones”. Se puede opinar siendo peluquero, panadero o actor, y merece todo el respeto del mundo.
Como humorista, ¿qué te parece el lío con las cómicas de La Chocita del Loro (Madrid)? ¿Las mujeres no hacen gracia?
Vivimos en una sociedad machista y ese machismo se entrega a todo. Se van marcando etiquetas y roles. Las mujeres tenéis tanta gracia como la pueda tener cualquier hombre, pero se prejuzga desde perspectivas machistas, e históricamente las mujeres siempre han estado relegadas en el mundo del humor. Ahora que no es así, sigue costando abrir camino. En La Chocita del Loro se han equivocado y deberían rectificar porque si basan no tener mujeres en cartel porque va menos gente a la sala... Si eso es real, tienen la obligación de facilitar el camino a quien lo tiene más difícil. Hay espacios que hacen todo lo contrario, como el Teatro del Barrio (Madrid).
¿Algo que decir de José Luis Moreno?
Trabajé en Noche de Fiesta alguna vez, sólo he tenido trato profesional con él. Pero sí que es cierto que a lo largo de los años se han escuchado siempre opiniones negativas de él, problemas con los pagos, eso era un clamor. Lo que me ha sorprendido es lo que está por juzgar, que pueda haber llegado tan lejos. Lo otro estaba en el ambiente.
Dices que los artistas, principalmente los humoristas, os estáis autocensurando. ¿Es real ese miedo de que “te metan en la cárcel” o lo dijiste como una exageración?
Más que en la cárcel, en una picota de presión social. Yo no hago chistes ni viñetas, por lo que me han dado collejas es por mis opiniones. Pero cuando se hace humor uno lleva el freno de mano puesto y dice “uy, a ver a quién voy a ofender esta vez, a ver si por aquí me van a recriminar algo”. Puedes recibir tanta presión por redes y críticas que no quieras pasar por ese trago.
Has dicho que Vox es un cáncer. ¿Lo reafirmas?
Aprovecho para decir que me han llegado comentarios negativos por considerarlo una falta de respeto a los enfermos de cáncer. Mi madre se está muriendo de cáncer, tiene metástasis, estoy sensibilizado con esa enfermedad y esa situación.
No deja de ser una forma de hablar.
Exactamente, es una metáfora, es la opinión de un payaso y no debería tomarse tan a pecho. Claro que me reafirmo, si no es un cáncer es un problema que podría convertirse en un gran problema, si lo prefieren así. Forman parte de esos movimientos de ultraderecha que han funcionado en Estados Unidos con Trump, en Brasil con Bolsonaro o en Hungría con Orbán. Forman toda una corriente ideológica que puede traer problemas muchos más graves de los que ya tenemos en España. Si quieren que cambie la metáfora la cambio, pero vamos, lo seguiré pensando.
A raíz de esas palabras, hay quien llama al boicot de tu próxima película, García y García. Justo cuando se necesita más que nunca que el negocio despegue de nuevo.
Empieza la amenaza, el linchamiento, el disparar a diestro y siniestro. La película no es mía, yo participo como actor y me fastidiaría mucho perjudicar al resto de compañeros. Supongo que ellos también tienen derecho a responder como crean conveniente. Me parece una barbaridad porque arremeten contra todo un colectivo de personas que no tienen nada que ver con lo que he dicho y que quizás ni si quiera estén de acuerdo. Me parecen peligrosas estas persecuciones y cazas de brujas a colectivos enteros por la opinión de una sola persona.
¿Qué te parece que te llamen ‘podemita’?
Que tienen todo el derecho del mundo a hacerlo. No pertenezco ni he pertenecido nunca a Podemos, otra cosa es que me haya sentido cercano a postulados manejados por ese partido. Nunca me he ligado con ningún partido, en cualquier momento puedo hablar mal de Podemos. Soy libre para decir lo que quiero y para callarme cuando me dé la gana.
Algún artículo reciente menciona que te quedaste en Aída, sin recordar este proyecto de Audible, Matadero, tu próximo estreno en cine...
Es otra de las cosas que son falsas y me parecería absurdo mostrar mi currículum para defenderme de gente que no se va a interesar por lo que digo cuando ya tienen su opinión tan formada. Si piensan que soy podemita, bien; que no trabajo, bien; que estoy acabado, bien; que como un chuletón y soy vegano al mismo tiempo, bien (ríe).
Hemos pasado al tema de “cazan al podemita Pepe Viyuela zampándose un chuletón mientras su partido pide prohibir la carne”. Este titular es real. Tú menú de ese día dio mucho que hablar.
Ni soy vegano ni como tanto chuletón (carcajada). Fue una invitación, al chuletón con su ración de patatas, e hicimos una foto para promocionarlo, lo cual no quiere decir que no piense como el ministro, que debemos tender a consumir menos carne.
Parecía que este iba a ser uno de los veranos de nuestra vida y al final la pandemia parece que no va a dejar que sea así. ¿Cómo se plantea lo que queda del verano Pepe Viyuela?
Con trabajo, ensayando. Estrenaremos la función Tartufo en Madrid, con Ernesto Caballero. Trabajando y cuidando a mi madre. No tendré vacaciones ni las echo de menos porque las dos cosas que te he dicho me llenan bastante y merecen muchísimo la pena.
Por último, ¿cómo valoras la altura política durante la pandemia? ¿Algún nombre a destacar, para bien o para mal?
Con todas las reservas, porque la información que manejo es la que maneja cualquier ciudadano: haría una valoración positiva de lo que ha sido el tratamiento de la pandemia. Habrá habido errores, pero ha sido tan descomunal el problema... la labor del Gobierno tiene mi aprobado. Creo que Illa lo hizo bastante bien. Lo que sí he lamentado es que por parte de la oposición se haya hecho un uso interesado en lugar de cerrar filas por un problema que es cuestión de Estado. No se debería haber hecho tanta política con esto. Hay países europeos que no están mucho mejor, ha pasado en lugares como Alemania, y entre los países de nuestro entorno no salimos mal parados.