Pepe Álvarez: "El 8 de marzo va a marcar un antes y un después en la lucha por la igualdad"
El líder de UGT avisa a las empresas de que el sindicato defenderá a las mujeres que tengan problemas por secundar la huelga feminista.
Pepe Álvarez nació en el municipio asturiano de Belmonte de Miranda el 20 de marzo de 1956. Pocos días antes de celebrar su 60º cumpleaños fue elegido secretario general de la Unión General de Trabajadores, uno de los dos sindicatos más grandes de España, en el que milita desde los 19 años. La organización cuenta con aproximadamente 950.000 afiliados que pagan una cuota de 12,40 euros al mes (u 8,40 en el caso de ser reducida).
Su líder es una persona cercana y amable, que habla con mucha claridad. No cobra un sueldo por parte de la organización, sino que sus ingresos proceden de una indemnización al ser despedido en un ERE de la fábrica de Alstom en Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona). Recibe a El HuffPost en su despacho en la sede confederal, en la calle Hortaleza de Madrid, aunque explica que se mudarán a finales de año a Avenida de América.
La mayor parte de su vida ha transcurrido en Barcelona. Dirigió durante 26 años la federación catalana de UGT, lo que le lleva a adoptar una postura que a veces se escucha poco en Madrid, como criticar los encarcelamientos preventivos del antiguo Govern y apostar por una solución dialogada para Cataluña. Aunque apoya que las mujeres secunden la huelga feminista del 8 de marzo, cree que los paros parciales en los que participen también los hombres son más efectivos para concienciar. Asimismo, avisa a las empresas de que el sindicato defenderá a aquellas mujeres que tengan problemas por su participación en la huelga.
Usted fue elegido en marzo de 2016 hace aproximadamente dos años, ¿qué balance hace de estos dos años al frente de UGT?
Estos dos años han sido de puesta en marcha de lo aprobado en el congreso de la UGT. Hemos hecho un cambio de estructuras muy importante, con la construcción de tres nuevas federaciones (servicios públicos, servicios privados e industria y construcción). Hemos mejorado la vida interna y la transparencia de las organizaciones del sindicato.
Desde el punto de vista sindical, nuestro congreso empezó a situar con mucha fuerza los temas de reivindicación, a identificar y poner nombre a las necesidades de los trabajadores. Hemos conseguido que se hable sin complejos de salarios, denunciando la injusticia que representa que sigan cayendo mientras que el país crece al 3%. Con sueldos menores de 1000 euros no se puede vivir cuando un alquiler en una gran ciudad cuesta 700 euros, como mínimo. También decimos que la subida de las pensiones es una mierda. Estos elementos han vuelto a situar al sindicato en el centro de las reivindicaciones de los trabajadores.
Al igual que el 8 de marzo, que va a marcar un antes y un después en la lucha por la igualdad. Aunque este es un tema que no lo centramos únicamente en los salarios, sino también en la igualdad desde el punto de vista del trato. ¿Cómo es posible que con la llegada de la crisis hayan bajado las denuncias por acoso? ¡No es que haya menos, sino que hay miedo a las represalias! El sindicato tiene que levantar la voz y que muchas mujeres se sientan visualizadas.
UGT ha pasado de 1.152.451 afiliados en 2008 a 931.558 en 2016. ¿Cómo piensa revertir esta tendencia?
Estamos en ello. Llevamos dos años de crecimiento. Esta situación tiene mucho que ver con el empleo. Hay muchas personas que se dan de baja del sindicato cuando pierden el empleo, esa es la bajada más grande que ha tenido el sindicato. Seguro que hay gente que se ha ido por otro motivo. El sindicato ha logrado mantener porcentualmente la misma representación que tenía en las empresas. Pero, no es suficiente con la creación de empleo. Aparte de eso, el sindicato tiene que ganar prestigio social, que se gana participando y promoviendo los debates públicos que interesan a los trabajadores, a las mujeres y a los jóvenes. Estos dos colectivos son los que más han padecido la crisis y la salida de la crisis.
España tiene una tasa de desempleo juvenil del 36,8%, ¿qué hacen los sindicatos para revertir esta situación?
El sindicato tiene que analizar si este problema es coyuntural, si tiene que ver con una situación de crisis o es un problema de fondo. Yo creo que es de fondo. Nosotros tenemos un sistema productivo que genera una actividad que no da trabajo de la calidad que requiere un país como el nuestro, que quiere jugar en la primera división desde el punto de vista del Estado del Bienestar. Este debate se dejó aparcado antes de la crisis y lo tenemos que retomar. Si no cambiamos el sistema productivo, aunque mejoremos el sistema de formación, estaremos formando a jóvenes para que vayan a buscar trabajo a otro país. Si los proyectos de investigación decaen de manera automática cuando hay una crisis como ha ocurrido en España, es evidente que no sirve para generar tejido productivo.
¿Cómo se consigue que retornen los jóvenes que se han ido?
Hay que retomar la inversión en I+D+i, pero sobre todo hay que dar el paso para que este país tenga un consenso amplio sobre las políticas industriales. Cuando hablo de industria, no me refiero solo a las factorías. Industria es la alta tecnología y la digitalización. Tenemos que producir productos con valor añadido que nos sirvan para la exportación y el consumo interno. Durante muchos años, tras la entrada en la UE, nos ha ido bien, porque las empresas encontraban mano de obra cualificada, éramos un país medioambientalmente no demasiado exigente, teníamos una fiscalidad muy laxa y unos salarios bajos. Pero eso no lo hemos podido mantener, porque hay otros países que ofrecen todo eso y un poco más. Por eso nosotros tenemos que hacer ese camino hacia la primera división, más pensando en competir con Alemania que con Marruecos.
Eso quiere decir seguramente invertir más en Formación Profesional, dar un salto definitivo hacia la FP Dual, también poner a la fiscalidad al servicio de la producción con valor añadido. Esto sirve para la industria o para el turismo. A nosotros el sector turístico nos funciona porque ha habido un tiempo que no hay donde ir. Tendríamos que pasar de la economía del viento, en donde nos va bien si el viento sopla de cara, a ofrecer servicios de calidad. Tenemos que empezar a medir el turismo no solo por el número de personas que nos visitan, sino por los recursos que dejan.
El 8 de marzo hay convocada una huelga feminista. UGT y CCOO la apoyan mediante la convocatoria de paros parciales de 2 horas, ¿es suficiente con esto? ¿Por qué no han convocado una huelga general?
Las huelgas hay que hacerlas, convocarlas es muy fácil. La cuestión es tener la organización y conseguir que se hagan. Yo creo que en este país quienes podemos movilizar somos las organizaciones sindicales UGT y CCOO. Organizar una huelga general con un paro productivo no sería el objetivo de la lucha por la igualdad. Más bien este es un día de lucha, de debate y de concienciación. Nos parece que eso no se puede hacer solo con las mujeres, sino que hay que hacerlo con los hombres y las mujeres. Para mí, es mucho más importante que haya una lectura de manifiesto y debate en una empresa donde trabajen muchos hombres a que se lea ese mismo manifiesto en una reunión a la que solo acuden mujeres. La lucha contra la desigualdad, el acoso y la violencia machista tiene que venir de la mano de mujeres y hombres.
A mí me parece que la huelga de 24 horas es menos eficaz para concienciar a la sociedad que el paro de dos horas. Pero creo que es una suma que no resta. Me parece muy bien que las mujeres cojan conciencia de la desigualdad y de su situación. Me parece muy bien que las mujeres que deseen hacer la huelga la hagan, también es muy positivo que hubiera un plante en las familias y que se pudiera visibilizar toda esta situación que arrastra históricamente la mujer. Eso es compatible con una jornada de lucha en la que nosotros queremos que el hombre esté presente.
Si una mujer es despedida por hacer huelga el 8 de marzo, ¿cómo la respaldarán ustedes?
Esa huelga es plenamente legal. Cualquier mujer que quiera hacer la huelga, la podrá hacer y, desde el punto de vista legal, no tiene por qué tener ningún problema. Y, si lo tiene, los servicios jurídicos del sindicato la van a respaldar y los servicios sindicales también. Desanimo a las empresas a que tomen ningún tipo de represalia, porque no van a encontrar solo a los sindicatos convocantes de la huelga y al movimiento feminista defendiendo a las mujeres, a nosotros nos van a encontrar también.
Nosotros no podemos convocar una huelga de 24 horas y que no pase nada. No entendemos la convocatoria de una huelga solo de mujeres, porque la desigualdad y el acoso es una cosa de ambos. Conseguir que el sector industrial más masculinizado tenga que abrir un debate me parece mucho más revolucionario que una huelga solo de mujeres.
¿Qué cree que habría que hacer para reducir la brecha salarial de género, que se sitúa en un 20%?
Tenemos que intentar conseguir un consenso muy amplio para poner fin a esta situación. Vista la experiencia europea, nos gustaría hacer de punto de encuentro para que se puedan producir cambios legislativos en un país de pequeñas empresas como el nuestro. Eso requiere transparencia por parte de las empresas. El sistema que me parece más eficaz es el islandés, en el que las empresas están obligadas a que se visualicen los salarios.
Las mujeres en un pequeño comercio no se atreven a denunciar, aunque sepan que existe brecha salarial, porque no hay libertad. O, en las grandes empresas, donde hay sobresueldos que no obedecen al convenio colectivo, se produce discriminación.
La brecha salarial tiene mucho que ver con las categorías profesionales. Aquí algunos ponen como excusa la conciliación, pero es que la conciliación la tenemos que hacer los hombres y las mujeres. Otros hablan de formación, pero tampoco es una excusa aceptable, porque las personas que acceden a un puesto de trabajo tienen la formación necesaria para ese trabajo, sea hombre o sea mujer. Tenemos que analizar a fondo la reforma laboral, si ha sido un elemento dañino para las políticas de igualdad. Yo no me creo que el 75% de los contratos a tiempo parcial sean ocupados por mujeres porque quieren. Una ley de igualdad es necesaria, nosotros estamos trabajando en una propuesta, junto con CCOO.
El 38% de la militancia de UGT son mujeres, ¿cuándo llegará el momento de que haya una secretaria general en el sindicato?
Podría haber sido en el último congreso tranquilamente. Este es un proceso en el que el sindicato ha ido avanzando. La paridad está muy consolidada en los órganos de dirección. Por desgracia, los hombres tenemos más oportunidades que las mujeres en el sindicato, a ellas les cuesta mucho más. Yo soy muy optimista, porque tenemos mujeres dirigiendo en sectores muy masculinizados, por ejemplo, la compañera Laura dirige la sección sindical de Renault.
Yo en el congreso presenté una propuesta, que no se aprobó, para que cuando el secretario general sea un hombre, la número dos sea una mujer, y viceversa. Aunque no salió, espero que en el próximo congreso se dé ese paso.
La negociación colectiva fracasó en 2017. UGT y CCOO reclaman este año un incremento salarial del 3,1% más la productividad. Sin embargo, la propuesta de incremento de la CEOE estaría entre el 1,2 y el 2%. ¿Cree que llegarán a buen puerto?
Hay que llegar a un acuerdo. Nosotros proponemos dos cosas: que ningún convenio colectivo tenga un salario por debajo de los mil euros. Este es un planteamiento tan importante o más que el porcentaje de aumento general de los salarios. En estos años de crisis, los salarios han bajado porque la legislación ha quitado peso a la negociación colectiva y ha permitido la aparición de las empresas multiservicios, que se meten en todos los sectores. Creemos que ir a recuperar los salarios más bajos con subidas porcentuales no va a situar el salario mínimo en una situación de dignidad. De hecho, aunque hemos hecho esta subida importante del salario mínimo interprofesional, continúa siendo bajo. Si no se hace este salto en los convenios, muchos van a tener que revisarse porque estarían por debajo del salario mínimo. Esto significa que puede haber trabajadores que tengan incrementos salariales del 20%. Nos parece que la economía lo puede aguantar bien.
¿Cuál está siendo la respuesta de la CEOE?
Me da la sensación de que la CEOE no esperaba que íbamos a tener la audacia de hacer una propuesta tan poco discutible. He escuchado entrevistas al presidente de la CEOE diciendo que con 800 o 900 euros no se puede vivir. Efectivamente, la solución es hacer esta subida de los salarios. La patronal va a tener difícil darle una explicación a la sociedad de por qué a un trabajador se le niega un salario de mil euros, cuando alquilar un piso en Barcelona o Madrid difícilmente se puede hacer por menos de 700 euros. Sería bueno que el país tuviera un acuerdo entre trabajadores y empresarios que iniciara una senda nueva hacia el nuevo modelo productivo e incluyera otros temas como la seguridad laboral o la contratación indefinida.
Usted señaló recientemente que la reforma laboral de 2012 había sido un "fracaso absoluto". El Gobierno defiende que sin ella no se estaría creando tanto empleo. ¿Cree que es posible revertirla?
Yo la he calificado como un fracaso absoluto, en respuesta a la euforia gubernamental. La reforma laboral ha fracasado porque las relaciones laborales que impone no sirven para el país en el que queremos vivir. Las relaciones laborales marcan la sociedad. Con la porquería de salarios que tenemos no podemos mantener una seguridad social que tenga capacidad para generar unas pensiones dignas. La situación contractual de miles de trabajadores no permite hacer previsiones de vida: una pareja para tener un hijo o comprar un piso se lo piensa mil veces.
La reforma laboral se derogará, se cambiará. Tardaremos un poco más o un poco menos. Lo que venga será un poquito mejor para los trabajadores o mucho mejor. Pero, en todo caso, eso pasará.
¿Cuál es su opinión respecto a la intención del Gobierno de reducir a tres tipos de contratos y penalizar la temporalidad?
Me niego a contestar cada ocurrencia del Gobierno. ¿Por qué tres y no cinco? A mí me motiva poco hablar de medidas que sabemos que en nuestro país no van a ser positivas para los trabajadores. Se han de reducir las modalidades, efectivamente, pero vamos a ver cuántas. Pero lo que es más importante es que reduzcamos, con la actuación de la inspección de trabajo, el uso abusivo que se hace de la contratación en nuestro país.
Creo que las tres modalidades tienen que ver con la propuesta de contrato único que tenía Ciudadanos en su programa. Cualquier persona razonable sabe que esa propuesta se hace desde un desconocimiento bastante fuerte del país. Las conservas, el campo o la hostelería son trabajos de temporada. El contrato único quiere decir que todos seamos temporales siempre.
Si alguien le quiere decir a los españoles que su programa pasa porque todos los trabajadores sean temporales, que lo diga y ya decidirá la gente si quiere votarles. Pero no se puede decir que sea la solución, cuando lo que proponen es un contrato sin derechos. Hay que vivir en el país en el que estamos y hacer propuestas para el país en el que estamos. El sistema de relaciones laborales hay que cambiarlo de acuerdo a las necesidades del país y mediante un acuerdo entre patronal y sindicatos. El Gobierno lo que hace es intentar salir del paso.
Usted calificó como "una mierda" la subida del 0,85% de las pensiones...
En el tema de las pensiones tenemos tres problemas. La reforma del PP hay que derogarla y ahí es donde entra la subida del 0,25%. Las pensiones no pueden estar sujetas al viento del Gobierno de turno. Tienen que recuperar la revalorización automática de acuerdo con el crecimiento del coste de la vida. Si no volvemos a la situación anterior, todo hace prever que los años que haya elecciones las pensiones subirán y el resto de años, no.
Luego está el factor de sostenibilidad, que tiene que ver con todos los que se van a jubilar. Para entendernos esto quiere decir que cuanto más se alargue la esperanza de vida, menos pensión vamos a cobrar. Esto no tiene ningún sentido. Nosotros tenemos un sistema de pensiones que no gasta mucho, no llega al 11% del PIB, cuando en Alemania es el 15%.
En tercer lugar, las cotizaciones pagan cosas que no tienen por qué pagarse a través del sistema de pensiones, como las subvenciones a la contratación. Tenemos un sistema donde el tope de cotización es muy bajo. Estamos en 46.000 euros, cuando en Francia están en 100.000 euros. El destope a corto plazo generaría muchos más ingresos que gastos. Aunque la pensión tenga que ver con lo que has cotizado, al ser un sistema de reparto, siempre es más lo que dejas de lo que vas a recibir. También sería necesario algún impuesto finalista, nosotros proponemos que la robótica pague.
Usted lideró durante más de 20 años la federación catalana de UGT, ¿cómo ve la situación que se vive en estos momentos?
Todo el mundo tiene que hacer autocrítica de por qué se ha llegado hasta aquí. Si no somos capaces de analizar el tema con una cierta frialdad, corremos el riesgo de encontrar soluciones rápidas, inmediatas y no entrar en el fondo. La relación Cataluña - España tiene una historia muy larga y, por desgracia para este país, nunca se ha encontrado un encaje que dé satisfacción a las dos partes. Yo creo que ahora tenemos que hacerlo, porque tenemos el período más largo de democracia de este país.
Me parece que la receta pasa por el diálogo. Todo lo que no pase por el diálogo, es malo para Cataluña y para España. Si alguien cree que con medidas de tipo judicial está arreglado, nos volveremos a equivocar. Al igual que el que pensaba que unilateralmente podía tomar las decisiones que quisiera, también tiene que reconocer que esto no va por aquí. El Parlament de Cataluña tendría que elegir un Gobierno para gobernar de acuerdo a las competencias que establece el Estatut. El Estado tiene que abrir una negociación con pocas líneas rojas. No tendría que ser imposible encontrar un encaje.
¿Cómo vivieron el encarcelamiento de la exconsellera de Trabajo Dolors Bassa que fue dirigente de UGT en su federación?
Lo que pase en los tribunales es consecuencia de las responsabilidades de cada uno. Cualquier ciudadano tiene que hacer frente a las responsabilidades de carácter legal. A mí me gusta vivir en un país muy garantista, en el que cuando haya una sentencia tenga la absoluta seguridad de que es justa, que se atiene a derecho. Por eso, hemos vivido con mucha tristeza el encarcelamiento de todos, de los que están en prisión y de los que han sido excarcelados. Especialmente de las personas con las que tienes más relación y a las que tienes más cariño.
Creo sinceramente que el sistema judicial español tiene que darnos suficientes garantías como para que el resultado final sea justo. A mí me parece que privar de libertad a personas que no pueden defender sus planteamientos, no me parece justo. Los asuntos judiciales que quedan pendientes se pueden hacer con todo el mundo en la calle, porque no se van a ir. Esto no significa impunidad, si hubiera una sentencia, ya habría que ver.
La situación de Cataluña ha empantanado la legislatura, con una gran parálisis de iniciativas en el Congreso y parece que sin presupuestos. ¿Cree que Rajoy debería convocar elecciones?
Tampoco se solucionaría nada. Este país todavía no ha acabado de entender que se necesitan políticas de consenso y del acuerdo. Todo el mundo tiene más pensada su estrategia en las próximas elecciones, que en los problemas de hoy de los ciudadanos. Eso sirve para el Gobierno y para la oposición. Si se mantiene la actual situación multipartidista, el país debe entrar en una dinámica diferente. Acordar no es traicionar, sino solventar problemas. Nos preocupa que en el Congreso haya un estancamiento de la mayoría progresista que existe, por ejemplo, con el boicot a la ILP de la renta mínima, que tuvo 700.000 firmas. No puede ser que el PP y Ciudadanos utilicen el Congreso y el Senado para eternizar los procesos legislativos.
Esta semana se ha conocido que Luis de Guindos se convertirá en el vicepresidente del BCE, tras la retirada de su rival, ¿qué opinión tiene del ministro?
De Guindos es un liberal, muy lejos de las posiciones de mi sindicato. Nosotros no entendemos de nacionalidades, sino de derechos. Nadie me va a obligar a que, por el hecho de haber nacido en el mismo país, defienda a un compatriota, frente a otro ciudadano de la UE. Que tenga mucha suerte y que no pueda aplicar mucho sus políticas en el BCE.
¿Se atreve a hacer quinielas de quién será el sucesor? ¿Qué le pediría que hiciera?
No tengo ni idea, pero lo que sí que me gustaría es que los temas de industria no dependan de Economía. Necesitamos que estén en otro ministerio solo o dentro de otro, pero que no levite tanto como el Ministerio de Economía. Yo en dos años de secretario general, no he tenido una reunión con el ministro de Economía, como sí he tenido con el de Hacienda o con otros miembros del Gobierno. Le pediría al ministro de Economía, que la economía esté al servicio de los ciudadanos, que tenga una visión económica productiva.