Manual de resistencia, tercera edición: Sánchez va a por todas
Lo que significa el terremoto interno en el PSOE.
Pedro Sánchez va a por todas. Se va a dejar la piel. Puro manual de resistencia. El presidente ha acometido una profundísima renovación interna del PSOE en pleno mes de julio con un objetivo claro: rearmar al partido, agotar la legislatura y conservar La Moncloa tras las generales del año que viene. No se rinde.
Sánchez ha puesto patas arriba el partido este jueves, precipitando el cambio la dimisión el pasado lunes de la vicesecretaria general, Adriana Lastra. Y ha aprovechado esta situación para remodelar todo el núcleo duro de Ferraz, después de meses en los que le chirriaban bastantes cosas y en los que la formación ha vivido silenciosas pero rudas luchas internas.
La nueva dirección que salió del pasado congreso de Valencia, en octubre del año pasado, no funcionaba bien. Había sido un diseño fallido. No encontraron la complicidad necesaria Adriana Lastra y Santos Cerdán como números dos y tres del PSOE, creándose dos órbitas de poder que chocaban por la lucha del control en federaciones y provincias. Y no sólo eso: una buena parte del partido criticaba internamente la labor de los portavoces a la hora de defender la acción del Gobierno.
Uno de los focos de las críticas era Felipe Sicilia, el jienense encargado de dar la voz a Ferraz y dentro del espectro de Adriana Lastra. Muy querido por una parte del partido, pero a la vez sentenciado por su labor. Y tampoco convencía Héctor Gómez al frente del Grupo Parlamentario Socialista. En privado muchos dirigentes se quejaban de falta de colmillo, de no ser los “escuderos” que necesitaba Sánchez, de no apoyar lo suficiente a La Moncloa. Y eso también salía a relucir en el complejo presidencial, el partido no actuaba de muralla ante las críticas al Ejecutivo en un momento complicado.
Pedro Sánchez es, ante todo, un político pragmático. Y sabe que sólo tiene un año para remontar en las encuestas, con una situación complicadísima (guerra de Ucrania, inflación por encima de los dos dígitos, escasez energética en la UE a partir de septiembre, un horizonte de recesión en grandes potencias…). Y el nuevo organigrama, que se materializará durante la reunión del sábado del Comité Federal, responde a lo que viene por delante.
El presidente no quiere disonancias. El partido y La Moncloa, tocando en la misma orquesta y con el mismo son. Hay que defender las medidas que ha tomado el Ejecutivo como los ERE, el escudo social, las ayudas a autónomos, el aumento de becas… Sincronizar las acciones gubernamental y de partido. Es la formación que gobierna. Y se tiene que notar. Por eso ha creado un nuevo órgano integrado en parte por ministros, una especie de matines, manteniendo cargos institucionales y del partido (María Jesús Montero, Isabel Rodríguez, Miquel Iceta, Félix Bolaños, Pilar Alegría y Óscar López).
María Jesús Montero será la persona más fuerte a partir de ahora en Ferraz, en el cargo de vicesecretaria general. La sevillana, no obstante, mantendrá la cartera de Hacienda. Desde que prometió su puesto en 2018, tras la moción de censura, se ha convertido en una persona de referencia para el presidente. Siempre ha considerado que ha gestionado muy bien esa difícil cartera, además de contar con el cariño de la mayor parte de la familia socialistas (sus discursos son muy aplaudidos).
No pasa por alto que mantiene una excelente relación con la prensa (fue portavoz del Gobierno durante la primera etapa de la coalición). Con un factor muy importante: es muy política a pesar de tener un Ministerio cargado de números.
Esta médico lleva décadas en política y fue uno de los pilares de los gobiernos socialistas de la Junta. Pero no se afilió hasta tarde y siempre había rehuido los cargos orgánicos de peso. Ahora ocupará el segundo despacho más grande de Ferraz y tendrá la misión de vertebrar una formación que vive tiempos muy convulsos. Aterriza de lleno en la sala de máquinas consciente de que a partir de septiembre empieza una guerra electoral sin límite, que tendrá como primera gran batalla las elecciones municipales y autonómicas del siguiente mes de mayo.
Montero tendrá a su lado a Santos Cerdán, que al final se mantiene como secretario de Organización y que ha movido las bambalinas de Ferraz en los últimos meses. Además, se incorpora como adjunto al navarro el jienense Juan Francisco Serrano, uno de los valores al alza internamente de los socialistas.
Muy aplaudida internamente ha sido la decisión de elegir a Patxi López como portavoz en el Congreso. Es en el partido todo un referente. En mayúsculas: REFERENTE. Sus discursos son escuchados con atención y devoción siempre y, además, sabe hacer frente a las acusaciones que hace siempre la derecha sobre ETA y Bildu. De hecho, es también respetado en la bancada del PP, al haber sido el primer lehendakari no nacionalista que tuvo el País Vasco (con el apoyo del PP en la época de Arantza Quiroga como presidenta del Parlamento en Vitoria). Con otra cualidad que destacan en el partido: su capacidad de tejer acuerdos. Esto es esencial en un momento en el que hay que sacar muchas leyes en las Cortes Generales, además de intentar pactos con la derecha en cuestiones esenciales como la renovación del Consejo General del Poder Judicial.
Muy querida también es Pilar Alegría dentro del partido. Otra socialista de toda la vida, que ha estado en la fontanería de Ferraz durante la época de Leire Pajín y de Marcelino Iglesias. Conoce muy bien el partido, todos sus rincones, a sus cargos. Y tiene apego por la política local: fue candidata a la Alcaldía de Zaragoza y delegada del Gobierno antes de ser ministra. Precisamente, Sánchez ha valorado su trabajo al frente de Educación, que compaginará con su nuevo puesto. Los socialistas esperan de ella una voz empática ante la ciudadanía, pero, a la vez, muy política. Le corre por las venas esa política, y se ha visto en su confrontación desde posiciones socialdemócratas contra la Comunidad de Madrid por las becas a las familias con más de 100.000 euros para colegios privados.
Esa es la idea de Sánchez con los nuevos cargos: políticos con experiencia, respetados, con vocación de llegar a todos los ciudadanos, con autoridad a la hora de hablar y que defiendan las medidas del Gobierno. Van a una, Ferraz y La Moncloa.
Y, además, hay que tener en cuenta que supone la reconciliación total de todos los factores del partido y la desaparición del núcleo duro del sanchismo que surgió alrededor del Peugeot. Patxi López confrontó directamente con Sánchez durante aquellas primarias, mientras que María Jesús Montero y Pilar Alegría remaron a favor de Susana Díaz (la primera fue la que entregó el documento para intentar tumbar la legitimidad de la dirección de 2014 y la segunda fue la portavoz de la candidatura de la entonces presidenta de la Junta). Hoy todos los sectores están integrados y complementados en este organigrama naciente.
Sánchez lo ha dicho alto y claro: va a por todas.