Sánchez y el objetivo 2023: la cumbre de la OTAN le da vuelo para la remontada
El presidente confía en superar las encuestas y se prepara para dar la batalla ante una derecha que vende un cambio de ciclo electoral.
“Excelente”, “histórica” Los calificativos de los mandatarios sobre la celebración de la cumbre de la OTAN en Madrid han dado aire al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que llegaba tocado internamente por los malos resultados del PSOE en las elecciones andaluzas y por el doloroso dato de la inflación en el 10,2%, apretando al máximo el bolsillo de las familias.
En La Moncloa no se oculta la satisfacción por cómo se ha desarrollado la cita de la OTAN en Madrid. “Marca España”, señalan desde el entorno del presidente. Y el jueves por la tarde ya todos respiraron cuando se marcharon las delegaciones. No hubo ningún incidente, la ciudad enseñó su mejor cara y España volvió a demostrar que es de los países que mejor organiza este tipo de actos a nivel internacional. En la reunión a puerta cerrada la mayoría de líderes hizo mención y agradecimiento a la nación anfitriona.
De la cita sale un nuevo orden de defensa internacional. Fue un éxito sacar por unanimidad el nuevo Concepto Estratégico, pero el mundo que dibuja es tembloroso, con una Rusia como principal amenaza y situando a China entre los retos para la próxima década. Con una sensación, además, latente durante toda la cumbre: la guerra de Ucrania se puede cronificar y esto llevará a un invierno largo y duro también en lo económico, especialmente en Europa.
Dentro de la cita, las delegaciones también constataron otra sensación: hay que preparar a las sociedades, explicarles lo que puede venir todavía, hacer pedagogía de que esto afectará mucho tiempo ya a sus vidas y sus bolsillos. Esta inestabilidad toca ya (y lo hará más) a la situación interna de sus países y de sus políticas. El presidente del Gobierno lo advertía durante una entrevista en La Sexta esa semana y hablaba a los españoles diciendo que hay que prepararse “para cualquier escenario”.
Sánchez se enfrenta a muchas cuestiones internas una vez ha pasado la cumbre de la OTAN. Ahora tendrá que encarar la propia discusión de la defensa con sus socios de coalición, ya que Unidas Podemos no está a favor del compromiso hecho por el jefe del Ejecutivo de aumentar a un 2% del PIB el gasto militar de aquí a 2029. El ala socialista lo explica así: “La seguridad no está garantizada”. Por eso, llama a reflexionar a los ‘morados’, con el argumento de que países como Suecia y Finlandia está teniendo que readaptarse ante la situación que se vive. No se trata de gasto militar, sino de defensa de las democracias occidentales ante la autocracia de Vladimir Putin y sus ansias expansionistas al estilo de Pedro el Grande.
En el círculo monclovita ya están preparando la que será la gran cita parlamentaria del año: el debate del estado de la nación, que tendrá lugar en el Congreso de los Diputados los próximos días 12, 13 y 14 de julio. Y Sánchez va a ir “a por todas”, como dicen fuentes socialistas. Es decir, el presidente va a luchar contra las encuestas y está convencido de que logrará la victoria electoral el año que viene. Una de sus virtudes políticas es que nunca se da por vencido (y eso que le dieron por muerto en varias ocasiones).
Su intención es agotar la legislatura y celebrar las elecciones en diciembre de 2023. Él volverá a ser el candidato del PSOE, como ha reconfirmado durante estos días, y ha rechazado esos rumores “de señores con puro”, como repiten en el Gobierno, de que está buscando una salida internacional para después de esta cita electoral. Durante estos días, el dirigente socialista está poniendo mucho el acento en que hay una serie de “poderes oscuros” que están actuando para evitar de nuevo el gobierno de coalición y que gane el progresismo en las urnas.
Otra de las conclusiones que sacaron en Andalucía es que precisamente hay que reactivar ese voto progresista una vez que la fórmula del PP pasa por engullir a Cs y buscar al electorado de “la izquierda ultramoderada”, conscientes de que Vox puede estar tocando techo pero que ya no da miedo a muchos electores. El sello de izquierdas, señalan en el entorno de Sánchez, se tiene que ver en la acción de Gobierno y que los ciudadanos lo noten frente a la salida de la crisis de 2008.
El último decreto anticrisis va en esa línea, con medidas como el cheque para familias vulnerables, los descuentos en los abonos de transportes y la limitación al 2% de la subida de los alquileres. Con otra propuesta estrella: la creación de un impuesto a las energéticas para que haya una distribución “justa” de las cargas ante los beneficios que están teniendo estas compañías precisamente por el alza del precio de la energía. Lo que gustaría, además, en la parte socialista es que “bajen los decibelios” sus socios de Gobierno, porque entienden que ese ruido hace precisamente desmovilizar a los progresistas.
Lo que también tienen claro en La Moncloa es que el PP tiene el cuchillo entre los diente y no está por la labor de grandes acuerdos. Al revés, desde Génova se están armando teorías, que incluso pasan por poner en duda el propio proceso de recuento de votos, como ha hecho el dirigente Esteban González Pons, acusando al Gobierno de querer controlar todas las instituciones. “Es el mismo PP de siempre”, indican los socialistas.
Y hay mucha preocupación por el ‘secuestro’ del Consejo General del Poder Judicial por parte de los populares, que siguen rechazando su renovación. En el PSOE tienen grabada en la mente la sentencia sobre el aborto en EEUU y advierten de que todavía el Constitucional español tiene que fallar sobre la ley del aborto aprobada por José Luis Rodríguez Zapatero.
El presidente del Gobierno también ya piensa en las municipales y autonómicas de mayo del año que viene, que servirán como gran termómetro para las generales. Espera entonces que frenta los últimos comicios autonómicos (Andalucía y Castilla y León) España se tiña en buena parte de rojo, conservando gobiernos como los de Extremadura, Asturias, Castilla-La Mancha, Baleares, Canarias o Navarra. Las especulaciones sobre el salto de ministros para ser cabezas de cartel o cambios en la dirección de Ferraz son constantes. Pero como dice un ministro: “Eso lo sabe sólo él”.
Madrid retorna a la normalidad, la cumbre ha sido un éxito. Vuelven las cosas de casa. Y Sánchez tiene el objetivo 2023.