Sánchez retoma la iniciativa: viaje a Barcelona, fecha a la exhumación y vuelta a los mítines

Una semana durísima. El Gobierno esperaba una masiva respuesta en las calles a la sentencia del procés, pero nadie podía imaginar las barricadas y el fuego. Unas imágenes impactantes a tan solo tres semanas para las elecciones generales, lo que hace todavía más compleja la situación.

Todo ello además salpicado de unas encuestas que han ido publicándose a lo largo de estos días, que apuntan a que el PSOE se estanca e incluso baja respecto a los comicios del 28-A, con un Partido Popular acercándose a los 100 diputados y con Vox aguantando bastante -llegando en algunos sondeos a aparecer como el tercer partido-.

Este fin de semana los altercados en Barcelona no han sido tan virulentos el sábado y el domingo -aunque sigue la tensión por las noches en la ciudad-. Y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha decidido viajar a la capital catalana por sorpresa este lunes por la mañana. Hasta el momento solo se había trasladado allí el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.

Y lo hace Sánchez tras un fin de semana también movido políticamente en el que no accedió a cogerle el teléfono al líder de la Generalitat, Quim Torra. Sánchez le ha mandado una misiva este mismo lunes por la mañana con los siguientes mensajes: “condenar la violencia de forma rotunda, amparar a las fuerzas de seguridad y evitar la discordia civil”.

La visita a Barcelona que ha realizado Sánchez se ha hecho sin convocatoria a los medios antes. El presidente ha telefoneado a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, para hablar de la situación. Esto contrasta con no cogerle el teléfono a Torra durante estos dos días. El presidente sigue con su estrategia de aislar al líder independentista mientras no condene claramente la violencia, como se le ha pedido en varias ocasiones desde La Moncloa.

Lo primero que ha hecho el presidente ha sido visitar la Jefatura Superior de Policía en Via Laietana, uno de los puntos de más tensión durante estos días con barricadas y fuego por la noche. Uno de los mensajes que más ha enviado el Gobierno durante estas jornadas ha sido el respaldo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y la total coordinación con los Mossos. 

Además, ha mandado el mensaje de “moderación” y ha avisado de que la “crisis no ha acabado”. El recibimiento en la calle no ha sido para alegrarse: abucheos y pitidos. 

Sánchez ha viajado a Cataluña justo un día después también de que Albert Rivera hiciera un acto, con sabor electoral, en la mismísima plaza de Santa Jaume. Además, este mismo lunes también se ha desplazado hasta la ciudad condal el líder del PP, Pablo Casado.

En Moncloa siguen diciendo que se trata de una situación de “orden público” y esperan que baje el clima en los próximos días. Desde la oposición, el PP pide un requerimiento a Torra y la aplicación de la Ley de Seguridad Nacional, en tanto que Cs apuesta por volver a aprobar el 155. Vox va más allá y exige que se declare el estado de excepción, alarma y sitio en Cataluña.

En el Gobierno afirman que no les temblará la mano si hay que aprobar medidas excepcionales ante la situación. Esperan que su gestión sea aprobada por esa mayoría cautelosa a la que quieren seducir para el 10-N.

Lo que dicen las encuestas

El debate territorial no le sienta nada bien a la izquierda a tenor de las encuestas durante estos días de precampaña. Según la de Sigma Dos para El Mundo publicada este lunes, el PSOE caería 1,6 puntos y perdería dos diputados. El PP llegaría a 97, 31 más que en las anteriores elecciones, y Vox sería el tercer partido (con 36, lo que supone un aumento de 12). Detrás estarían Podemos (32), Cs (19) y Más País (7).

También ABC ha publicado otra encuesta, hecha por GAD3. El PSOE tendría el mismo resultado que en abril, con 123 escaños, el PP subiría hasta los 102 y Vox sería tercero con 33 escaños. Sitúa a UP en cuarto lugar, con 31 diputados, y a Cs lo hunde al quinto lugar, con 18. Más País debutaría con tan solo cuatro asientos en la Carrera de San Jerónimo.

Cataluña está copando toda la precampaña, de manera mucho más contundente de lo que se podía esperar por los episodios violentos. Y se ha cambiado el guión que había este momento, donde todo giraba en torno a los partidos que podrían dar estabilidad al país y formar Gobierno.

Exhumación de Franco: movilización de la izquierda

Este lunes desde Moncloa también se ha puesto fecha a la exhumación de Franco, un hecho que puede movilizar al electorado de izquierdas muy descontento por la falta de acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos. Será esta misma semana, el jueves a las 10.30 horas -justo una semana antes de que arranque la campaña electoral la noche del 31 de octubre-.

La exhumación de Franco fue una de las grandes promesas de Sánchez al llegar a La Moncloa por la moción de censura contra Mariano Rajoy. Se ha ido retrasando debido a la batalla judicial con los Franco, pero ahora se podrá vender como una victoria del Gobierno socialista a las puertas de la campaña. Se espera que despierte a una parte del electorado que hoy duda en ir a las urnas. La abstención siempre perjudica a la izquierda y más tras la cifra del 75% que se logró en abril, la más alta desde las elecciones de 2004.

Vuelta a los mítines

Y un punto también de inflexión: el presidente volverá oficialmente a la precampaña. La semana pasada estuvo encerrado en La Moncloa siguiendo los acontecimientos y fue a Bruselas al Consejo Europeo para tratar el Brexit. Pero este mismo lunes volverá a protagonizar un mitin por la tarde, a las 19 horas en Alcázar de San Juan (Ciudad Real) buscando el voto en el feudo socialista de Castilla-La Mancha -gobernado ahora por mayoría absoluta por Emiliano García-Page-.

De allí a Andalucía el martes: buscará en este tradicional granero socialista votos. En concreto irá a Huelva y Cádiz, teniendo en cuenta también que el tema catalán suele perjudicar al PSOE en el sur.

Sánchez toma la iniciativa... en la campaña más extraña que recordamos en años.