Pedro Quevedo: ¿traidor en Madrid y héroe en Canarias?
Cuando uno vive fuera de Madrid, se da cuenta de que las miradas metropolitanas, también en la izquierda, se construyen muchas veces sobre la base de grandes narrativas con un alcance limitado, porque parten del desconocimiento sobre cómo funcionan las cosas en los territorios más alejados.
Lo he vuelto a percibir estos días tras la decisión de Pedro Quevedo de apoyar los presupuestos generales del Estado del Gobierno del PP: mientras la izquierda y algunos medios progresistas del país le daban cera al diputado canario, apenas he percibido réplicas sustanciosas de este enfado en Canarias. Si tienen ganas, véanse este programa de la edición regional del Debate de la 1, con Pedro Quevedo de invitado. Nunca un político recibió tantos halagos en directo:
No son los únicos. Me he paseado también por el Facebook de Íñigo Errejón, donde el secretario de Análisis Estratégico de Podemos ponía un vídeo de Quevedo despotricando contra Rajoy en las últimas elecciones, para ver lo que le decían sus seguidores.
Los hay críticos, sin duda, pero me he encontrado muchos comentarios defendiéndolo, algo que a priori uno no esperaría en el perfil de un líder de Podemos. Estos dos me parecen interesantes:
En esta situación, quizá convenga remarcar tres cosas:
Una, que Quevedo ha conseguido patrimonializar un cierto sentimiento de abandono por parte del Estado que anida en amplios sectores de la ciudadanía canaria. Y lo ha hecho con mucha más eficiencia que Coalición Canaria, que además es bastante más de derechas.
Dos, que los partidos que funcionan con una dinámica nacionalista se adaptan a las circunstancias. En Canarias, en Cataluña y en Pekín. Con Rajoy en el Gobierno, lo único que le queda a Pedro Quevedo es utilizar su escaño para justificar que defiende los intereses de los canarios. Y no es poco lo que ha conseguido: subvención del 75% del billete de los residentes canarios que viajen en avión o en barco entre islas, del 100% del transporte de mercancías a la península, unos 204 millones de euros en inversiones y encauzar la reforma del Régimen Económico y Fiscal de Canarias, del Estatuto de Autonomía y de la Ley Electoral de las islas. Miren qué lúcido comentario me hacía este cargo de la izquierda canaria no socialista:
Y tres, que en los sitios pequeños, la transversalidad política en los pactos -a veces el transformismo- es una moneda habitual. Muchas veces pesa menos la ideología que las afinidades personales. Coalición Canaria, por ejemplo, se formó con comunistas y excargos franquistas conviviendo como si tal cosa, y ha gobernado indistintamente con PSOE y PP. Y estos, a su vez, también han gobernado juntos en Ayuntamientos y Cabildos. De hecho, hay mucha gente en la izquierda canaria que no ve del todo mal un pacto entre PSOE y PP para sacar a Coalición Canaria de las instituciones.
Por si Rajoy consigue aguantar los cuatro años con el voto del diputado de Nueva Canarias, va bien enterarse de qué va la vaina: Quevedo ya ha sugerido en varios medios que la palabras de Pablo Iglesias -don Pablo, lo llama con socarronería- e Irene Montero reflejan que van de godos por la vida, que en Canarias significa intentar decirle a sus habitantes cómo tienen que hacer las cosas.
Esa es otra cosa que tienen los sitios pequeños, que cuando te cuelgan un sambenito, no hay dios que te lo quite.