Pedro Quevedo: "La única línea roja es el suicidio político"
El diputado de Nueva Canarias, el número 176 que necesita el Gobierno popular para aprobar los Presupuestos, pone condiciones por 500 millones de euros.
176. Esta es la cifra mágica de diputados que necesita el Gobierno para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado, la ley más importante del año y de la que depende la estabilidad de Mariano Rajoy. Y, por el momento, se ha asegurado 175 votos.
Falta solo uno y tiene nombre y apellido: Pedro Quevedo. El diputado por Nueva Canarias es el hombre que puede hacer que salga esta ley. Un experimentado parlamentario, que concurrió en las listas junto con el PSOE, y que votó 'no' a la investidura de Rajoy. Pero, ahora, podría dar un 'sí' a la cuentas pública. Pone condiciones sobre la mesa: una reforma de la ley electoral en Canarias e inversiones en las islas por 480 millones de euros.
Quevedo (Caracas, 1956) vive estos días en su despacho en el Congreso entre enmiendas y llamadas de alto rango. "Es gloria efímera", confiesa en esta entrevista sobre su creciente popularidad en la villa y corte. "Soy talludito, esto le toca a un pipiolo y se equivoca 22 veces. Lo único que me preocupa es no hacer el ridículo, no caer en boberías, no claudicar ante los principios que uno defiende y ser capaz de explicar las necesidades de Canarias". Y siempre con un punto de humor: ha colgado en la pared las caricaturas que proliferan estos días en los periódicos sobre él.
¿Cómo ve de motivado a Cristóbal Montoro?
No lo veo de ninguna manera, porque desde el último debate de Presupuestos, en que se votaron las enmiendas a la totalidad, no hemos tenido contacto.
Había que superar un primer obstáculo muy importante. El Partido Popular tenía que entender que no íbamos a aceptar que las supuestas mejoras para Canarias eran suficientes, por lo que pedimos un proceso negociador. Así se lo trasladé al señor Montoro con la máxima contundencia, también con la máxima tranquilidad. Nueva Canarias no acepta como idóneo este escenario porque está negociado por Coalición Canarias, un partido que depende del PP... Por lo tanto: uno estuvo sentado y el otro, de rodillas. Nueva Canarias no lo acepta.
Montoro dijo algo, que es una pena que no haya dicho hace cinco años: "De todas las comunidades autónomas, Canarias es la más afectada por la crisis". Y no se equivoca. Esas palabras hacen pensar que quizá sí tenemos algún escenario para negociar.
Por lo tanto, ¿en qué fase están?
En la de que el PP acepte que aquí se tiene que producir un proceso negociador. Hay tiempo suficiente. Yo estoy depurando mis propias enmiendas. Entrando en la argumentación de fondo e intentando encontrar los escenarios. Y supongo que el PP está haciendo lo mismo.
Por lo tanto, ya hay algo positivo: todos hemos entendido que esto no se resuelve con un par de fotos y un titular de periódico. Y eso no es poco.
Tiene un mérito tremendo, y está mal que lo diga yo, que una fuerza política que está en las antípodas del PP reconozca o plantee aprovechar esta oportunidad, porque no podemos mirar para otro lado para resolver lo que hemos llamado maltrato sistemático de Canarias y además podemos demostrar.
¿Y sobre la mesa qué pide principalmente Nueva Canarias?
Hay dos elementos: uno político, más de uno pero uno fundamental, y otro económico. El fundamental, el Estatuto de Autonomía de Canarias, un Estatuto al que le ha sucedido algo extrañísimo. En 2007 llegó a esta Cámara y fue retirado a instancias de Coalición Canarias para evitar que se pudiese modificar el sistema electoral de las islas. Este es un escándalo con el acuerdo del PP. Escándalo que se haya puesto en cuestión una herramienta como el Estatuto de segunda generación. El Estatuto está otra vez en las Cortes. Sabemos que ya ha habido movimientos para volver a hacer la misma jugada, pero esperamos que no salga.
No podemos admitir que vuelva a ser rechazado, ni una masacre del Estatuto, aunque ya sabemos que el PP planteará cuestiones inconstitucionales.
Tuvo que reconocerlo el mismo Rajoy, dijo que era para estudiárselo. Claro, natural, porque lo que sucede es un disparate...
Planteamos mayor autonomía, un federalismo asimétrico, no independentista, pero sí nacionalista. Luego, un Estatuto es fundamental para defender los intereses de Canarias. Esto en el plano político.
Y ahora pedirán el AVE a Canarias, dicen. Pues bien: en el plano económico, no por eso no quiere decir que no sean elementos políticos, hemos presentado 50 enmiendas. Y esto contestando a algunos centralistas mesetarios aquello de Y, ahora, pedirán el AVE a Canarias. Este comportamiento chulesco típico del centralismo mesetario es intolerable que confunde los problemas económicos y sociales de Canarias que confunden con el buen clima y con el precio del tabaco. Este es un comportamiento inaceptable. Hay una palabra que lo define en canario, que no diré aquí, y que explica a la perfección ese comportamiento inaceptable.
Habla, entonces, de un abandono histórico de las Islas.
Y, además, no se las ha respetado. Nosotros tenemos nuestro fuero, el Régimen Oficial de Canarias, que viene de los Reyes Católicos y no seré yo quien vaya a defenderlos porque hicieron una masacre en las Islas, pero el reconocimiento de las singularidades... Aclaremos que no estamos en plan llorón, con el petitum bajo del brazo, porque nosotros con las gracias y el reconocimiento estaríamos contentos.
Una comunidad como la de Canarias en el territorio en el que está, en la situación en la que está y fragmentada como está, lo que necesita son herramientas de equilibrio. Y esto lo ha reconocido la UE en su Tratado primario. En Lisboa se vuelve a ratificar el artículo 299 de Maastrich, diciendo que es una región ultraperiférica, aunque no me gusta nada ese término.
Reconocemos que hay situaciones de permanente déficit de competitividad. Canarias, que tiene una agricultura potente, ve cómo su competitividad se rebaja día a día debido un problema de exportación. Producimos los mejores tomates de Europa pero cuesta un dineral traerlos a la Península. Y esto es el REF. Y esto se aplica a un montón de asuntos. Por lo tanto, nosotros estamos intentando que se reconozcan estas cuestiones que unilateralmente se han abandonado por parte de los sucesivos Gobiernos españoles. Y de forma adicional en la etapa del Partido Popular, como reconoció el señor Montoro. Esa declaración no tiene precio. ¿Qué pensamos? Pues parece que alguien está reflexionando y se está dando cuenta de que así no.
¿Y eso en cuántas enmiendas se traduce?
Las 50 enmiendas empiezan por cuestiones de ámbito estatal.
La cuestión de la ley de dependencia y la recuperación del nivel mínimo son 190 millones. Somos un partido consciente del drama de la dependencia. Y la cuestión de la violencia de género en el que a todos se nos llena la boca con la lacra, insufrible... pero no tenemos recursos. Esta es una forma de decir "No nos estamos mirando el ombligo".
Soy diputado por las Islas Orientales, un nacionalista canario, por ende debería mirar primero para Canarias, pero miramos primero por lo estatal.
La cuestión del transporte aéreo interinsular. Al gracioso del AVE habrá que decirle a ver si encuentra alguna tontería de esas en los papeles. No me voy a indignar porque en el territorio continental haya un AVE, sino porque esté dificultando la conectividad entre los canarios. Cuesta más caro moverse entre dos islas alejadas que ir a Londres. Esto no puede ser. Es que no tenemos otra manera de hacerlo. Se está planteando el 75% de bonificaciones, lo que está calculado para tener tarifas que se aproximarían a lo que costaría moverse en esa distancia en el territorio peninsular. Y eso son 40 millones de euros, no 700.
Con la cuestión de la reposición de viviendas, hay un drama. Además, el éxito turístico, que no redistribuye y no repercute, está provocando un problema muy serio por el tema del alquiler vacacional. Actuar en la reposición de viviendas, que se construyeron hace 60 años y que se están literalmente viniendo abajo es imprescindible.
El turismo que es el 33% del PIB canario, ya ha demostrado que su potencialidad no es suficiente para generar el desarrollo que Canarias. Por eso, le hemos dedicado un apartado sustancial a la diversificación económica. Hablo del mundo biomarino, donde tenemos plataformas potentísimas muertas del asco por falta de atención, de la necesidad de crecer en I+D+i...
Porque no tenemos territorio para competir. No estamos planteando la industrialización de Canarias. El tema de la gran fábrica en las islas no tiene sentido, sino que hablamos del presente y del futuro.
Existe un convenio de carreteras Canarias-Estado. Las carreteras son de carácter estatal. Y ¿cómo se hace eso en Canarias? El Régimen Económico y Fiscal canario, el REF, reconoce que en Canarias las carreteras no podrán ser estatales porque Canarias se acaba en el mar. Por el incumplimiento unilateral del convenio de carreteras Canarias-Estado, hemos perdido en los últimos seis años 820 millones de euros. Y, claro, la conectividad es determinante para el desarrollo personal, social y económico. Restan 51 millones de euros para que esté consignado presupuestariamente, 51 millones de euros que faltaban ya en 2007.
Y, entre todo lo que hay por hacer, es urgente consignar al menos tres obras fundamentales. Una en Tenerife. Esta isla tiene un problema circulatorio gigantesco. El problema más acuciante lo tiene la carretera de La Aldea, un lugar muy particular de la isla de Gran Canaria. Para los aldeanos es más fácil ir por mar a Tenerife que llegar a las Palmas de Gran Canaria por el mismo canal. Esa carretera está estupenda para ir de rally, pero es un aislamiento en el siglo XXI. Los aldeanos llevan padeciéndolo 90 años. Tiempo más que excesivo. Ha habido temporales y ha habido que cortar las comunicaciones porque, claro, lo de arriba son las cumbres. Por su parte, Fuerteventura ha multiplicado su población por 20 en los últimos 20 años y, teniendo una carretera de larga distancia y alta siniestralidad, resolver ese problema es un tema estratégico. El eje Norte-Sur es determinante... Lo sencillo es pegarse una galletada.
Todo esto no se puede resolver en 2017, claro que no. Igual que no se podrá abordar la reposición de todas las viviendas necesarias, pero para empezar a avanzar necesitamos un acuerdo político.
En dinero contante y sonante, ¿cuánto vale ese acuerdo?
En total: 480 millones de euros. No se nos ha olvidado el millón de euros para el Sáhara. [Ríe].
¿Mucho o es poco?
Hagamos las cuentas. Financiación autonómica, déficit en financiación per cápita provocado por las terribles decisiones que se tomaron en el año 2009, media de 683 millones de euros al año en datos del Gobierno canario, los nuestros son más. Déficit en el convenio de carreteras Canarias Estado en los años que lleva el PP 820 millones de euros. En inversiones, en financiación per cápita en datos normalizados y ajustados de entorno a 200 millones de euros, por cinco. Multiplicamos, ¿y entonces qué factura deberíamos poner en la mesa? Unos 8.000 millones de euros.
Pero no la ponemos, porque sabemos que no es realista y que no se puede resolver así. Ir a reclamar deudas de esta naturaleza es un ejercicio sin sentido. Sabemos que existen tensiones financieras y que no se puede estar pidiendo todo lo que queramos. ¿Qué queremos, entonces? Invertir el comportamiento. Las relaciones Estado-Canarias. No puede seguir produciéndose un maltrato sistemático.
¿Seis veces más de lo que se debía al PNV?
Exactamente.
Y ya que es posible que no consigan todo en la negociación, ¿a cuáles derechos no está dispuesto a renunciar?
A mí esto de las líneas rojas me trae muy malos recuerdos, ha sido el problema de que no haya habido cambio político en España. La única línea roja, ahora sí lo digo, es el suicidio político.
Usted iba en las listas con el PSOE, votó no a la investidura de Rajoy. ¿Siente que traiciona al PSOE y que pueda haber fricciones con los socialistas?
Lo único que me preocupa del PSOE es que está metido en un proceso bastante complicado. Nueva Canarias y el PSOE tienen un acuerdo electoral, para el Estado, y otro que se denominó Agenda Canarias. Y eso lo lleva cubriendo Nueva Canarias por libro, absolutamente. Y no sé si se puede defender más al candidato socialista como hicimos durante los debates previos a la investidura de Rajoy. Se podrá hacer mejor, pero no más.
Ahora bien, Nueva Canarias que es distinto del PSOE y que está sentado en el Grupo Mixto, tiene la obligación de aprovechar la ocasión para revertir la situación de desatención de Canarias. Hemos explicado al PSOE los pasos dados por una cuestión de lealtad con quienes hemos compartido un acuerdo de naturaleza electoral.
No hay ningún lugar ni desacuerdo con el Partido Socialista, otra cosa es que yo puedo entender la incomodidad del PSOE si se diera. Los socialistas lo comprenden perfectamente, ahora también entiendo que este proceso en el que está inmerso el partido pueda estar interfiriendo. Y eso sí que lo lamento porque un PSOE fuerte es fundamental para el cambio político en España.
Pero a fin de cuentas, no creo en fricciones entre el PSOE y Nueva Canarias. Al margen de los regates cortos o de los comentarios que se puedan hacer, no es esa la sensación de los dirigentes socialistas, no me lo parece. Aquí no se incumple nada. Imaginemos que nos hubiéramos puesto nosotros tontos con la investidura....
¿Entenderán sus bases que su voto apruebe los presupuestos de un partido embarrado en casos de corrupción como Lezo, Gürtel, Púnica...?
Por supuesto y, sobre todo, porque somos serios y no hacemos ningún paripé. La lucha contra la corrupción tiene varias planos: judicial, electoral y político. La corrupción no ha cuestionado la legitimidad del Gobierno de España. En su momento, Nueva Canarias pidió que Mariano Rajoy dimitiera, por su responsabilidad como presidente de un partido manchado por el caso Bárcenas. La cuestión de la corrupción necesita una intervención en todos esos planos. Los ciudadanos han colocado al Gobierno que han colocado. Y no será que no había casos de corrupción en el momento de las elecciones. Claro que nos preocupa y nos repugna. Estamos totalmente en contra de estas prácticas, también lo estábamos antes. Desde el punto de vista político, existe un desgaste. En Nueva Canarias tenemos una responsabilidad frente a nuestra tierra ya que estamos convencidos de que los problemas de los canarios justifican el esfuerzo. Pero nos sentimos incómodos, incomodísimos.
¿Y si Nueva Canarias no fuera la única baza del Gobierno para aprobar estos Presupuestos?
Estoy seguro de que lo han estado intentando, pero creo que no está fácil. Lo entiendo, yo haría exactamente... Ya le dije al señor Montoro que el 176 es él. Es posible que hayan mirado otras opciones pero tengo la sensación de que no parece que haya más alternativas. Con todo, eso ya no nos preocupa a nosotros. Si eso se da en los términos en los que se tiene que dar. Haremos todo lo que esté en nuestra mano. Y si hay posibilidad de desbloquear todo esto, esos Presupuesto no serán los de Nueva Canarias. Volveremos a pedir el cambio político.
Una pregunta más a título personal, ¿cómo lleva el peso de ser el diputado 176?
Primero, soy talludito y esto es importante, porque esto le toca a un pipiolo y se equivoca 22 veces fácil. Además, yo sé que esto es gloria efímera. Sí me produce cierta ansiedad no llegar a todo. Esto lo tolero y lo aguanto bien. Lo único que me preocupa es no hacer el ridículo, no caer en boberías, no claudicar ante los principios que uno defiende y ser capaz de explicar las necesidades de Canarias. Eso es todo lo que preocupa.