Paulina Rubio fue uno de los personajes que más comentarios suscitó durante el confinamiento el pasado mes de marzo. Se debió a la polémica actuación durante el festival One World: Together at home en la que olvidaba sus propias letras, se confundía a la hora de hablar y donde apareció con un aspecto que llamó la atención de sus seguidores.
Primero decidió tomárselo con humor y trolearse a sí misma, pero seis meses después Rubio ha querido acabar con la polémica sincerándose sobre como vivió ella misma la actuación.
“Hoy decidí romper el silencio y sanar las heridas que me dejaron los comentarios hirientes”, ha señalado en un vídeo de Instagram antes de señalar que ha estado unos meses desaparecida por tomarse “un retiro espiritual para conectar” con los suyos.
La cantante, visiblemente emocionada en las imágenes, ha reflexionado sobre la pandemia del coronavirus y las consecuencias que ha traído tanto a su día a día como a la industria de la música.
“Me tomé este tiempo para reflexionar, para ser mi mejor versión. Primero por mis hijos, después por mí, por mi familia y la gente que me quiere. Soy responsable de todo lo que ha pasado”, ha señalado tras agradecer el apoyo de sus fans y su familia.
“Soy un ser humano y meto la pata y la riego (fracaso) y, de verdad, aprendo de mis errores. Lo que empezó como un concierto en vivo, para hacer una iniciativa para poner mi granito de arena fue uno de los peores días de mi vida. Fue desastroso y aprendí de ello”, ha añadido.
“Mucho de lo que se ha dicho de mí es mentira, pero no estoy aquí para justificarme ni para pedir perdón, estoy aquí para sacarme la espinita, para que el día de mañana cuando mis hijos sean grandes y vean esto, sepan de dónde vengo y sepan que tengo muy claras mis prioridades, que son mis hijos, mi familia y mi público, la gente que me quiere y que me ha hecho”, ha señalado.
Para concluir su vídeo la cantante ha señalado que está “de regreso, renovada, reinventada y lista”. “Hay Paulina para rato, para eso he trabajado tantos años. Me he caído y hoy me levanto de nuevo. Mi futuro es y siempre será la música”, ha acabado diciendo.
Los detalles más curiosos que nos hemos encontrado en las casas de los famosos durante la cuarentena
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Marta Hazas y Javier Veiga tienen algo en común con Amelie, aunque su gnomo no se mueve de la terraza d casa.
¡Ahí a la izquierda! El cantautor tiene su muñeco más 'sinvergüeza': su caganer. ¿El otro será también él o su compañero Joaquín Sabina?
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No sólo se come, sino que se agota. Ya queda muy poco...
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Irreverente hasta en la decoración. Mira bien esa peineta, la encontrarás en casa de otro famoso.
O lo que es lo mismo: devoción llevada al extremo.
Carlos Herrera tiene el despacho lleno de santos. Es un hecho.
Nada más que decir sobre de la toalla sobre capote. Eso sí, las cabezas de toro no tienen desperdicio.
Sabíamos que la princesa de pueblo era del Atleti, ahora lo tenemos más que confirmado.
Sí, ahí en la estantería, entre las fotos y ese radiocasette de los 90. Rozalén y su shisha nos representan.
¿Carmen, esa del fondo eres tú? ¿No se parece al retrato del Che Guevara?
Comodidad ante todo. Di que sí.
¡Tenemos favorita!
Y si no lo es, el actor lo disimula bien. En su entrevista con El Hormiguero hubo mucho ir y venir de luces.
Ay, el Simón.... ¿Tendrá también el Operación?
¿Te acuerdas de la mano de Dani Martín? Aquí está otra vez. Pero no es de Úrsula Corberó. Está en Argentina, en la casa de novio, el actor Chino Darín. La mano y los caballetes son de él.
Aunque más bien parece el plató del Club Megatrix.
Ahora se entiende todo...
No sólo eso. El baño de Jordi Évole está justo al lado de la cocina. Todo el mundo sabe que el cuadro de Mujer en el baño (1983) lo indica.
Evidentemente.
¿Quién quiere inducción pudiendo cocinar a fuego lento?
Todo un arca de Noé como nuevo plató de Late Motiv.
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